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Una entrevista en uno de los jardines de la nueva universidad del conocimiento, en el cantón urcuquí

“Toda la esperanza puesta en Yachay depende de nosotros” (VIDEO)

Daniela Armijo García. Nacionalidad: Ecuatoriana. Edad: 17 años. Estudios: Colegio Nacional Pedro Carbo. Aficiones: Escuchar música, navegar en internet y pasear con sus amigas  Interés a futuro: La biotecnología y la genética humana. FOTO: JHON GUEVARA.
Daniela Armijo García. Nacionalidad: Ecuatoriana. Edad: 17 años. Estudios: Colegio Nacional Pedro Carbo. Aficiones: Escuchar música, navegar en internet y pasear con sus amigas Interés a futuro: La biotecnología y la genética humana. FOTO: JHON GUEVARA.
13 de abril de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

Daniela Armijo es una joven segura de sí misma. Su forma de expresarse y de clavar la mirada con sus expresivos ojos negros lo dicen todo.

Es bolivarense, nació en SanJosé de Chimbo hace 17 años. Siempre se destacó por ser buena alumna, pero nunca creyó que tanto, hasta que recibió una noticia que cambiaría el rumbo de su vida.

Obtuvo 978 en el Examen Nacional de Educación Superior (ENES). Con ello recibió una beca completa de educación y aseguró un cupo en la Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay, la primera especializada en ciencia y tecnología en el país.

Ahora Daniela tiene un gran reto por delante. Superar la nivelación que inició el 31 de marzo y graduarse en la primera generación.

En una entrevista con EL TELÉGRAFO, la joven comenta sobre sus planes a futuro, opina sobre la educación en el país y cuenta cómo elaboró el discurso que conmovió al presidente de la República, Rafael Correa, hasta sacarle algunas lágrimas.

¿Qué piensa una joven tan afortunada como tú sobre el futuro?

Creo que el futuro es trascendental. Primero quisiera graduarme dentro de la primera promoción de Yachay. Ahora somos la primera nivelación.

Luego de alcanzar esto, quiero ayudar al país y a la patria que tanto nos está dando. De esa manera me voy a sentir más útil con la sociedad.

¿Cómo te vislumbras, tú, de aquí en 6 años, cuando te gradúes, qué te imaginas haciendo?

Una especialidad en genética. Es lo primero que quiero hacer. Luego me propongo trabajar en Ecuador, devolviendo todo lo que el país me ha dado y poniendo en práctica mis conocimientos.

Estoy tan interesada en realizar esa especialización porque las enfermedades que se relacionan con genética tienen tratamientos muy caros y no todas las personas pueden solventarlos. Mi meta es trabajar por ellos.

¿Desde cuándo nace en ti la idea de estudiar genética?

Desde sexto curso. La verdad no tenía idea de qué seguir en la universidad, entonces comencé a investigar. Encontré mucho sobre biotecnología y me gustó. Luego, empecé a indagar más sobre genética y me fascinó.

¿Cómo te ha ido en la segunda semana de nivelación en Yachay?

Me ha ido muy bien. Me estoy adaptando un poco más a los profesores. Solamente tenemos 3 ecuatorianos, la mayoría son extranjeros. En estas semanas siento que he aprendido mucho.

El inglés es muy importante para ustedes porque en septiembre recibirán nuevas materias. ¿Cómo ha sido para ti la nivelación en el idioma?

Un poco complicado porque no tuve buenas bases de inglés cuando estudiaba en el colegio, pero estoy aplicándome y creo que sí voy a poder. Lo tengo que hacer.

Durante estas semanas de clase, ¿cómo evalúas la metodología?

Es muy buena, en este poco tiempo hemos avanzado bastante. Los profesores tienen muy buenas técnicas para enseñar y para hacerse entender, porque algunos no hablan español.

Las cosas no aprendes de memoria porque ellos te hacen reflexionar y cuestionar. Te hacen pensar y eso es importante para aprender.

¿Cómo ha sido la dinámica con los profesores extranjeros. ¿Han tenido algún vínculo con ellos?

Son súper chéveres, se han acoplado mucho a nosotros y nosotros a ellos. Algunos están viviendo dentro del campus y en la tarde los vemos, conversamos en los pasillos. Nos han dicho que se sienten muy a gusto aquí.

Yachay es una universidad que se enfoca en la investigación, que es un proceso largo. ¿Te sientes preparada para hacerlo?

Es una universidad totalmente científica. Sé que la investigación es algo fuerte y eso tiene un peso muy grande. Pienso que todos los estudiantes que estamos ahora y los que vendrán seremos muy capaces de afrontar todo tipo de investigaciones.

Tenemos equipos de última tecnología, los mejores profesores extranjeros, mas para que la universidad progrese y llegue a alcanzar todo lo que está en expectativa, depende de nosotros. Si los estudiantes no aprovechamos todo lo que nos está dando el país, ni la universidad ni nosotros vamos a progresar.

La responsabilidad que tenemos los estudiantes es muy grande. Sobre nosotros recae una gran carga horaria. Toda la esperanza puesta en Yachay depende de nosotros.

Durante la inauguración, tú emitiste un discurso que sacó unas cuántas lágrimas al Presidente. ¿Qué crees que caló en su sensibilidad?

El discurso lo hice pensando en lo que yo siento y pienso. En mi ideología y en lo que yo veo.

El hecho de que sea muy joven no significa que no me dé cuenta de todo lo que está pasando a mi alrededor. Es la primera vez que alguien se preocupa de esa manera por nosotros. Antes a nadie le importaba la educación. A los otros gobiernos lo que les interesaba es que la gente no se eduque para que de esa manera vivamos siempre en la ignorancia y así ellos poder hacer lo que crean a su conveniencia. Este es el primer gobierno que sí se preocupa por una educación de calidad, por entregarnos a nosotros como ecuatorianos una excelente educación.

¿Cómo elaboraste ese discurso?

Me invitaron a que lo escriba. Lo hice con apoyo de mi papi, que me ayudó a corregirlo.

Me imagino que sentías muchos nervios...

Claro, imagínate ver al Presidente, a todos los profesores, a las personas de la Universidad. Tenía muchos nervios y miedo de equivocarme.

El hecho de que el Presidente se haya parado, te haya dado un abrazo, ¿qué significó para ti?

El momento en el que terminé el discurso, le agradecí. Bajé, se paró y muy amablemente me abrazó. Entonces yo le dije que estaremos eternamente agradecidos por la oportunidad que nos da. Fue algo grandioso que yo pueda ser portavoz de muchos de los estudiantes de aquí, de los jóvenes y agradecerle por todo lo que nos está dando. Fue un sentimiento muy bonito.

¿Alcanzaste a ver que lloraba?

Sí, al momento en que yo estaba terminando el discurso, lo vi. Y a mí también se me estaba quebrando un poco la voz. Cuando bajé y lo abracé, los 2 nos agarramos a llorar.

En tu discurso señalaste que tu ciudad no ha sido atendida en educación. ¿Por qué crees eso?

Es algo que no sucede solo en mi ciudad, pasa en todo el país. Antes, los únicos que podían estudiar eran las personas que tenían dinero, un alto estatus económico. En Bolívar muchos se graduaban de primaria o secundaria y buscaban una fuente de trabajo para subsistir. Ahora, como ha mejorado la educación fiscal, todo es gratuito, hay más progreso. Yo veo cambios. Por ejemplo, no soy la única que ha logrado entrar a una buena universidad. De mi provincia hay muchos que a través de las becas del Grupo de Alto Rendimiento estudian en el exterior.

¿Qué mensaje das a los jóvenes que todavía ven negada la posibilidad de estudiar?

En la vida siempre debemos trazar nuestras metas muy altas. Hay que estudiar mucho porque el estudio es lo único que nos va a servir en la vida. Todo implica sacrificio, pero eso a la larga será recompensado muy bien. Soy de Bolívar, yo pude, ustedes también lo harán. No se queden, confíen en ustedes.

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