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Un portal digital aconseja cómo ser más amigable y consecuente con el medio ambiente

Para una neoyorquina ha sido posible vivir durante 2 años sin producir desechos

Lauren compra la comida al granel para evitar las envolturas de los productos que venden en las tiendas. Foto: Tomada de Internet
Lauren compra la comida al granel para evitar las envolturas de los productos que venden en las tiendas. Foto: Tomada de Internet
06 de enero de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad y agencias

Lauren Singer (23 años) ha dado mucho de qué hablar en los EE.UU. por su forma radical de comprometerse con el medioambiente. Hace 2 años esta mujer decidió no generar desechos y, según cuenta, hasta el momento lo ha logrado.

Todo ocurrió cuando cursaba sus estudios ambientales en la Universidad de Nueva York. En el último año conoció al profesor Jeffrey Hollender, activista y cofundador de la distribuidora de productos naturales Seventh Generation. “Fue cuando me di cuenta de que lo que predicaba y mi cubo de la basura lleno de plástico hasta arriba era toda una contradicción”, relató a un medio local.

La joven admite que en los últimos 4 meses solo ha generado 4 adhesivos que traía la fruta orgánica.

Su secreto es reciclar y reutilizar. Singer aseguró que dejó de utilizar envases de plástico y los reemplazó por vidrio. Además empezó a comprar comida al peso para evitar los empaques; dejó de utilizar su coche y ahora en su guardarropas solo hay prendas de segunda mano.  

En cuanto al papel higiénico y a la comida orgánica, la joven lleva estos residuos a un sitio donde los convierten en abono orgánico. Eso sí, asegura que lo más complicado fue dejar de utilizar algunos productos de uso diario como pasta dental y cremas.

Singer dice que no hay límites, por eso ideó cómo hacer estos productos a base de bicarbonato, agua y aceite de oliva. Todos estos secretos los recopila en su portal www.trashisfortossers.com cuyo lema es: ‘Dile no a la basura’. En el sitio web entrega varios consejos para que las personas generen menos desechos y opten por objetos hechos a mano o reciclados.

Según los reportes mundiales, la Tierra tarda 1,5 años en regenerar los recursos que la población consume en 12 meses.

El informe Planeta Vivo 2012 del Fondo Mundial para la Naturaleza afirmó que de 1970 a 2008, la biodiversidad en el mundo se redujo en el 30%; el impacto mayor se sufrió en los trópicos (países en vías de desarrollo), en los que se perdió el 60% de la biodivesidad. Solo las fundas plásticas se demoran entre 400 y mil años en descomponerse y son la principal amenaza a las especies marítimas, mientras que el papel se desintegra en casi 10 años.

A la quiteña Belén Mosquera le queda la duda de que una persona pueda ser totalmente ecologista. Si bien ella afirma tener conciencia ambiental, cree que le falta mucho.

Al inicio le costó porque sus padres y sus 2 hermanos no separaban ningún tipo de basura e incluso compraban botellas de agua cuando podían hervirla y usar el mismo envase. “Ahora que vivo sola, yo separo la basura, voy a trabajar en bici, dejé de comer carne y compro comida orgánica. Si uno cambia, el resto también lo puede hacer”, dice.

Teresa Salgado, a sus 67 años ya no utiliza fundas en el supermercado, tampoco compra cosméticos y utiliza cremas elaboradas de forma natural. “A esta edad me doy cuenta del daño al planeta. Cuando era niña hasta otro aire se respiraba, ahora no y eso preocupa”, asegura.

Para Miguel Palacios, director de la carrera de Educación Ambiental de la Espe, no se ha logrado calar lo suficiente en la ciudadanía en el tema ambiental. La enseñanza no llega a la práctica, o si se aplica, no se mantiene.

Por ello considera que la educación ambiental es clave para un cambio real. “Debe ser obligatoria en todos los niveles educativos, desde el inicial hasta posgrado, pues los nuevos profesionales deben ser ambientalmente responsables. Tratar la educación ambiental como eje transversal no ha dado los resultados esperados en ninguna parte del mundo”, cuestiona.

Para el experto, llegar a ser como la estadounidense Singer es posible, pero conlleva practicar una filosofía de vida. “A nivel colectivo es muy difícil, es una situación extrema y no puede detenerse el aparato productivo porque de este depende el bienestar de las personas, de la sociedad”, afirma mientras también explica que por algo hay que empezar. Por ejemplo, la Espe participa en un proyecto de universidades verdes que lleva adelante el Ministerio del  Ambiente, y que pretende reducir la huella ecológica en las universidades.

El director insta a los gobiernos de turno a comprometerse con el medio ambiente, pues afirma que aún hay explotación petrolera indiscriminada, problemas de contaminación de los ríos, los mares y en todo el planeta en general. “Falta un compromiso mayor que se refleje en acciones concretas”, expresa Palacios.

DATOS

La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas.

En Ecuador la huella ecológica entre 2008 y 2009 per cápita aumentó 6,11%, pasando de un consumo de 1,53 hag (hectárea global) a 1,62 hag per cápita en tan solo un año. Ecuador todavía no sobrepasaba la Biocapacidad Mundial.

Cerca de 100 mil animales marinos mueren cada año por culpa de las fundas de plástico arrojadas a los océanos. Entre ellos, animales emblemáticos como tortugas, delfines y ballenas. Por cada km² hay más de 46 mil bolsas. Según la Agencia de Protección Ambiental, 6 bolsas plásticas son tiradas a diario, por esto millones de toneladas de bolsas plásticas están desechadas en todo el planeta.

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