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La unidad trabaja en la inserción laboral y escolar

Jonathan dejó las drogas por un proyecto de vida

Antes de terminar el tratamiento residencial, los usuarios exponen sus fortalezas y los objetivos trazados.
Antes de terminar el tratamiento residencial, los usuarios exponen sus fortalezas y los objetivos trazados.
William Orellana / El Telégrafo
11 de mayo de 2016 - 00:00 - Redacción Sociedad

Desde que estaba en el colegio Jonathan consumía drogas. Empezó con 2 o 4 paquetes diarios de base de cocaína, hasta que probó marihuana y el tipo de heroína conocida como la ‘H’. Llegó al punto de consumir hasta 20 dosis diarias y gastar toda la quincena que ganaba como vendedor ambulante.

Le había prometido a su pareja que no consumiría más drogas, pero recayó y ella decidió dejarlo. Fue entonces cuando sintió que no podía lograrlo solo y decidió contárselo a su madre, en busca de ayuda. Tras una evaluación psicológica y conocer que de manera voluntaria Jonathan quería cambiar, fue internado en el único Centro Especializado de Tratamiento de Adicción y Drogas (Cetad) de Guayaquil.

En Quito también hay una unidad similar, administrada por el Ministerio de Salud Pública, que se caracteriza por el tratamiento residencial de las personas que consumen drogas. El psicólogo Omar Garay, responsable zonal de Discapacidades y Salud Mental, explica que no todas las personas requieren un internamiento, ya que depende del tipo de droga y del período en que la ha consumido. Se considera dependencia cuando la persona ha superado los 12 meses de consumo.

La Asociación Americana de Psiquiatría recomienda un período de rehabilitación durante 6 meses, porque existe el riesgo de una recaída si es menor el plazo. Garay manifiesta que en todos los casos se evalúa la voluntariedad del paciente, porque es la única forma de garantizar una rehabilitación satisfactoria. Además, indica que la familia juega un rol importante en la recuperación porque son quienes sirven de motivación y crean vínculos afectivos entre los pacientes.

La madre de Jonathan no podía ocultar la felicidad y tranquilidad, al saber que su hijo era una persona renovada. Su vestimenta y aspecto denotan su cambio a un hombre sano y responsable. El viernes pasado Jonathan egresó del centro y fue despedido por sus compañeros y orientadores con globos y una torta. Antes del agasajo, se dirigió a ellos para contarles su historia y el proyecto de vida que se ha trazado a corto, mediano y largo plazo.

A los 23 años, anhela terminar la secundaria, trabajar como soldador, tener una casa y estar en armonía con las personas que lo rodean. Asegura haber encontrado en el Cetad más que un grupo de ayuda, una familia, amigos y una escuela. Fue ahí en donde perfeccionó las técnicas de soldadura, durante los talleres que son impartidos como parte del proceso de recuperación.

El director del centro, Carlos Burgos, explica que transmitir un ambiente de confianza es uno de los factores importantes en la recuperación de cada uno, para que dejen las drogas por sus propios medios. “A través de las distintas terapias, como gimnasia, actividades lúdicas, los profesionales hacen que ellos conozcan sus propias fortalezas y debilidades”, expresó Burgos.

El Cetad recibe a hombres entre los 18 y 65 años, aunque el promedio de edad de los residentes es de 24 años. Cada tratamiento está valorado en $ 1.500 mensuales, asumidos por el Ministerio de Salud.

La deserción escolar es un factor de riesgo para el consumo

Burgos señala que hay factores sociales que marcan la diferencia entre el ingreso ambulatorio intensivo o el ingreso residencial, que es el caso del Cetad. Estos tienen que ver con la vulnerabilidad, el fracaso laboral y escolar y la inexistencia de un grupo de apoyo primario a su alrededor.

El Cetad Guayaquil tiene capacidad para 30 personas, pero en estos días se encuentran internadas 24. De ellas, 6 personas egresaron en los últimos días; 2 tienen trabajo bajo contrato porque eran bachilleres y 3 con trabajo ocasional porque no terminaron el colegio.

Burgos indicó que ante la deserción escolar hay una articulación con los ministerios de Educación y de Inclusión Económica y Social, que se encargan de dar aporte y soporte para que los usuarios puedan reinsertarse a la sociedad.

Este año, por ejemplo, hay 3 jóvenes que están matriculados en horarios nocturnos para recibir una educación asistida y 10 bachilleres se están preparando para rendir el Examen Nacional de Educación Superior (ENES) y obtener un cupo en una universidad. (I)

Datos

Si una persona sospecha que alguien está consumiendo alguna droga debe llamar al 171 en donde son atendidos por profesionales, médicos y psicólogos.

Si se tiene la certeza de que alguien está consumiendo drogas debe dirigirse a una de las 116 unidades operativas del Ministerio de Salud, en donde son atendidos de manera prioritaria.

En estas unidades, los profesionales realizan un proceso de valoración y, dependiendo de la necesidad del paciente, son enviados a los centros ambulatorios intensivos. En la Zona 8 son 4.

Están ubicados en los centros de salud del Cisne II, Santiago de Guayaquil, Martha de Roldós y de Atención Diferenciada Adolescente en Durán. En caso de que lo amerite, se deriva al Cetad.

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