Ni la lluvia, ni la incomodidad impidieron que alrededor de 6 mil personas se den cita en la plaza de San Francisco en el encuentro del Papa con la sociedad civil. Los discursos extensos de los empresarios molestaron a los presentes, quienes con pifias rechazon los mismos desde la plaza, mientras la ceremonia se realizó en el interior de la iglesia.

Pero escucharon con mucha atención el discurso que el papa Francisco dio y que se enfocó en la importancia de la familia. Pidió que los valores fundamentales como el amor, fraternidad y el respeto mutuo que se enseñan en el núcleo de la casa se traduzcan en valores sociales esenciales como son: la gratuidad, solidaridad y subsidiariedad.

"En el ámbito social la gratuidad no es complemento sino requisito necesario de la justicia. (..). Si vemos en el otro al hermano nadie puede quedar excluido ", promulgó el papa Francisco.

Cuando concluyó su enunciado, la gente agrupada en la plaza pidió con barras que el Papa salga a darles la bendición antes de ingresar al papamóvil. Lo esperaron con luces de las velas, pero al final él subió en el vehículo y se trasladó directamente a la iglesia de la Compañía donde se reunió de forma privada con los sacerdotes.

Eso desilusionó a los presentes que esperaron algunos más de 6 horas y no alcanzaron a verlo. "Creo que no le costaba nada salir y darnos su bendición. Es todo lo que esperábamos", comentó Margarita Jaramillo, una de las asistentes.

En la iglesia la Compañía otra multitud lo esperó. Bendijo y abrazó a pequeños con discapacidad. Sostuvo una reunión privada con la comunidad jesuita y luego en el papamóvil retornó a la Nunciatura. Ahí entonó una Avemaría ante las personas que lo esperaron.  Les dijo que "duerman bien y que sueñen con los angelitos". Aqiuí descansará hasta mañana que cumplirá su último día en Quito. 

Visitará el ancianato de las Hermanas de la Caridad en Tumbaco y luego la iglesia de El Quinche. Luego irá al aeropuerto de Tababela rumbo a  Bolivia y posteriormente a Paraguay. (I)