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Al menos 3.700 estudiantes en el último año rinden la prueba

El examen de Medicina tiene 8 sedes habilitadas a nivel nacional (Infografía)

El examen de Medicina tiene 8 sedes habilitadas a nivel nacional (Infografía)
15 de noviembre de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

Saben que es preciso iniciar una evaluación a las carreras profesionales que tienen incidencia directa en el bienestar de las personas y están de acuerdo en ello.  Lo que inquietó a la mayoría de los 3.700 estudiantes, que rendirán el examen de habilitación de la carrera de Medicina este domingo en 8 sedes del país, es el tiempo que tuvieron para prepararse.

Entre los pasillos de los distintos centros médicos, públicos y privados, y los pacientes que deben visitar, los alumnos aprovechan los poquísimos instantes de quietud para chequear los libros y recordar algunos temas que vieron al inicio de su vida estudiantil.

Son 19 grandes temas ‘básicos’, según las autoridades, los que se incluirán en una prueba que por primera vez se tomará en Ecuador.

Ricardo y Miguel son estudiantes que cursan el 12° semestre de Medicina en la Universidad de las Américas (UDLA) y al momento cumplen el internado rotativo en el Hospital Metropolitano de Quito.

Ricardo Jaramillo tiene 24 años y aunque aún no tiene definido con claridad la especialidad que seguirá cuando se gradúe, reconoce que al momento le atrae la ginecoobstetricia y la rama de la cirugía.

 Conversa constantemente con los galenos a los que ayuda en el centro médico y también con los pacientes a los que visita. Precisamente el trato a ellos fue lo que más desarrolló en los casi 10 meses que lleva en el internado.

“Esa es una condición necesaria que debe perfeccionar todo médico y en eso también nos ayuda esta práctica”,  comentó Ricardo.

Su día empieza muy temprano. A las 06:00 ya está en el hospital, del que solo se separa 10 horas después en el mejor de los casos. “La vida de los médicos no está sujeta a horarios fijos. En teoría, salimos a las 14:00, pero eso muy pocas veces se cumple porque siempre hay cosas de última hora que suceden y hay que permanecer más tiempo”.

Enseguida, según el día, recibe las clases universitarias en el hospital y ya en la noche retorna a casa. “Con los deberes y trabajos que preparar te queda poco tiempo para revisar los temas del examen. Es imposible hacerlo”.

En febrero culminará su año de internado y enseguida debe cumplir con la rural, al sitio donde sea asignado por sorteo. Él espera optar por un postgrado y evitarse este trámite. “Yo voy a optar por un postgrado, aunque la especialidad no la tengo definida”.

Ricardo cree que la prueba que se le tomará es demasiado general. “Son temas que hemos visto a lo largo de la carrera, es verdad, pero hay cosas muy específicas que necesitas refrescar y para eso se requiere revisar lo estudiado en otros años; pero lo que menos tenemos es tiempo para eso”.

Su universidad como todas las instituciones que a nivel nacional ofertan esta carrera, ha brindado cursos de capacitación y aulas virtuales como una forma de ayuda a los estudiantes. Aunque no se siente totalmente preparado espera superar con éxito esta prueba.

De su lado Miguel Moncayo experimenta un ajetreo similar entre las clases y la vida hospitalaria, que se complica cada 4 días, cuando vive turnos que sobrepasan las 24 horas.

“Por más esfuerzo que uno quiera hacer, hay situaciones que no puedes controlar, como el sueño, y hasta con eso he debido luchar para  encontrar algún tiempo y estudiar”, confiesa el estudiante de 25 años.

Sin titubear confiesa que no cree llegar con la suficiente preparación para rendir la prueba, pero confía en los conocimientos que adquirió en cada uno de los 12 semestres que hasta el momento desarrolla.

“Que te hayan dicho a último momento que debes dar la prueba te inquieta. Debería ser como en Chile donde desde el inicio sabes que al final necesitas rendir un examen. Además, el temario que nos dieron es el índice del libro más grande de medicina y es imposible revisar eso en tan corto período”.

Miguel considera que la actividad pone a prueba su carrera. “No creo que esté bien que se arriesgue una extensa carrera de 6 años, que con sacrificio hemos desarrollado, en 4 horas que dura el examen, porque a veces los nervios nos pueden traicionar”.

La vida habitual de Miguel varió en los últimos meses. Descartó por completo la vida social y hasta postergó sus horas de sueño. De las temáticas que se abordarán en el examen, Miguel se siente incómodo con  la referente a la neurología, porque fue una de las materias que menos le agradó durante la vida estudiantil. “Es cuestión de gustos y a mí no me agrada esta especialidad. Ese es mi punto débil”, confiesa.

Pero en cambio se siente a gusto con la pediatría y la gastroenterología, aunque lo que más le llama la atención y le apasiona al extremo es la microbiología, patología y todo lo relacionado a laboratorio. Espera completar alguna especialidad en este campo cuando se gradúe.

Miguel se siente afortunado porque en el hospital donde labora recibe la ayuda de los distintos galenos, quienes le han trasmitido la sabiduría de su experiencia y le han ayudado a diferenciar las enfermedades de acuerdo a los síntomas que presentan. “Para mí hoy es más fácil distinguir las patologías y por ende establecer bien los diagnósticos que son clave en esta profesión”.

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