El deseo de quienes viven en Alluriquín: agua potable (GALERÍA)

Pese a vivir entre vertientes, cascadas y ríos, a los 3 mil habitantes de San José de Alluriquín lo que más les hace falta es agua para vivir.

Geovana Cadena tiene una lavacara rosada donde recoge todos los días agua que se filtra por una tubería desde las montañas. El agua no es potabilizada, tiene un leve tratamiento sanitario, y por ello no la puede beber ni utilizarla para cocinar los alimentos. “Mire cómo se asienta el lodo al fondo del tanque del inodoro. El agua ya no se puede tomar porque está sucia. Yo tengo que comprar dos botes de agua a diario para el almuerzo. Son más de $3 dólares”, comenta.

El rumor que se escucha entre las angostas calles de Alluriquín es que el proyecto hidroeléctrico Toachi - Pilatón, ubicado a 8 kilómetros de su parroquia, financiará la instalación del sistema de agua potable. Y eso emociona a sus habitantes.

“Es cierto lo que comenta la gente. La hidroeléctrica costeará este maravilloso proyecto con alrededor de 1 millón de dólares”, reconoce William Arteaga, presidente del Gobierno Parroquial. “Es una justa compensación y remediación por un proyecto que invierte más de $ 500 millones. Si sacamos un 5% de ello para inversión social, atención y remediación es beneficioso”, reconoce Arteaga.

Con el proyecto, que iniciará este año, quedarán en el olvido las mingas que realizaban algunos habitantes durante dos días para sacar agua de las vertientes. También dejarán de cancelar a la Junta de Aguas por el líquido no potabilizado y tendrán medidores de consumo.

“Yo no veo nada negativo en el proyecto que se está ejecutando. Nosotros necesitamos agua y empleo. Solo hay temor de que la represa de agua se rompa y afecte a Alluriquín”, dice Geovana.

La hidroeléctrica Toachi – Pilatón está ubicada entre los límites de las provincias de Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cotopaxi. Es una de las 8 centrales que el Gobierno construye para el cambio de la matriz energética. Con la obra se aprovecharán las aguas de los ríos Toachi y Pilatón, que aportarán con 254.4 megavatios (MW) de potencia al país para generar energía eléctrica.

Wilson Tapia trabaja en la planta desde hace 1 año y 3 meses como guardia de seguridad. Dejó el área de la construcción para aventurarse en un nuevo cargo. Labora 25 días de lunes a domingo durante 12 horas diarias, haciendo controles de ingreso de personas y vehículos.

“La hidroeléctrica ha sido una gran oportunidad. La situación laboral en Alluriquín es complicada, no hay fuentes de empleo. Casi toda la gente elabora dulces, es como el camino que uno debe seguir cuando es grande y se casa, pero ahora con la planta también las personas pueden trabajar como secretarias, ingenieros, ser más profesionales”, cuenta Tapia, mientras autoriza el paso a un bus lleno de trabajadores que viven en Alluriquín.

Margarita Mosquera hace meses que labora en servicios auxiliares. Saca copias, entrega documentos a los ingenieros y hace pedidos de movilización por teléfono. Antes laboraba en la finca demostrativa de la hidroeléctrica cuidando plantas y sembrando frutas. “Manteníamos bonito el sitio porque ahí se realizaban capacitaciones”, dice.

La hidroeléctrica emplea a 1.600 trabajadores, el 60% de ellos de todo el país, y el 40% de zonas aledañas al proyecto.

El otro lado de Alluriquín

La localidad es conocida como ‘La tierra dulce’ porque gran parte de sus habitantes se dedica a la venta de panela, melcocha y manicho. Érika Yugsi elabora 2.500 fundas de melcochas de sabores durante una semana y duplica sus ventas en verano.

La población rural, en cambio, tiene otra actividad. Son ganaderos y trabajan en el sector lechero. Alluriquín produce 70 mil litros diarios de leche. Empresas como Nestlé, Rey Leche y Tony comercializan el producto en la capital.

La zona está en medio del río Toachi y el Damas. Tiene 9 cascadas que se han convertido en balnearios para turistas en medio de una vegetación exuberante. “Esta zona es muy próspera. Con sinceridad espero que mejore, que haya empleo”, comenta Édison Barahona, propietario de ‘Baños sauna Orión’, mientras espera en la puerta principal que alguien decida ingresar.

Datos

Con la hidroeléctrica Toachi - Pilatón, el caudal del río Pilatón se alterará debido a la creación de un embalse que desviará el cauce natural del río que luego será conducido por un túnel de 59 kilómetros hasta ‘La Casa de Máquinas Sarapullo’.

Óscar Naranjo, subgerente del proyecto, aseguró que esta medida no afectará a las poblaciones aledañas, pues se conservará al menos el 10% del agua, lo que se denomina ‘caudal ecológico’. El técnico asegura que los afluentes del río Pilatón nunca estarán secos.