El desconocimiento influye en la desnutrición

La desnutrición infantil es más común de lo que se cree. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la malnutrición está presente en más de la mitad de las muertes de niños y que el problema no solo está ligado a la falta de acceso a alimentos.

Las dolencias infecciosas, sobre todo la diarrea persistente o frecuente, la neumonía, el sarampión y la malaria, deterioran el estado de nutrición del niño, así como el hecho de amamantar incorrectamente, elegir alimentos inadecuados o no asegurarse de que el niño haya comido lo suficiente.

La pediatra Paola Yépez, de la central médica Veris, explica que en nuestra sociedad también existen otros motivos que dan paso a una malnutrición en los infantes. Recalca que una de ellas es el poco conocimiento de los padres y la falta de control nutricional desde la etapa del embarazo. “Una mujer que está desnutrida va a traer al mundo hijos con peso deficiente”.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), en 2012 la talla baja por edad o desnutrición crónica en Ecuador era del 25,2%, lo cual reflejaba un “importante problema de salud pública en los niños y niñas de 0 a 6 meses”.

Hace una semana el presidente Rafael Correa informó que hasta diciembre de 2015, 156.649 niños atendidos en el Sistema de Salud Pública, es decir el 20,8%, registraron desnutrición crónica. La Ensanut recogió datos en los que indicaban que la mayor carga de desnutrición estaba en la población indígena, con el 42,3%. Además de que a mayor nivel de instrucción de la madre más baja es la prevalencia del retardo en talla.

Luccy Veintimilla es madre de Geidy Thunstrom, de 11 años, y considera que en nuestra sociedad hay mucho desconocimiento en cuanto a una correcta alimentación. Durante 14 años vivió en Estados Unidos, en donde nació su hija. Los 2 primeros meses le dio el seno y luego por recomendaciones del médico la leche materna fue reemplazada por una fórmula. Asistía periódicamente a las consultas con el pediatra y cuidaba la alimentación de la pequeña, evitando las comidas con alto nivel de azúcar. Actualmente en la dieta de la menor no faltan las frutas y verduras, “incluso ella misma se prepara ensaladas, porque le gustan”.

La nutricionista María Quito, del hospital Abel Gilbert Pontón, asegura que hay personas que creen que una dieta requiere de mucho dinero. “A veces me dicen no me mande dietas porque no tengo plata, pero no saben que lo sano es lo más económico. No hay nada mejor que darle al niño una fruta en lugar de una compota prefabricada”.

Añade que la leche materna debe ser el primer alimento del niño durante los 6 meses iniciales, porque contiene inmunoglobulinas y calorías que no se encuentran en ninguna leche de fórmula del mercado.

La pediatra Yépez menciona que solo por cuestiones de salud específicas, como las madres con infecciones con VIH o que están tomando medicación, no pueden amamantar. La dieta adecuada para que el niño tenga un crecimiento y un desarrollo óptimo debe estar basada en las necesidades energéticas dependiendo de cada edad y de la actividad física del infante. De no alimentarse bien, un niño corre el riesgo de tener un bajo desempeño escolar y mayor riesgo de padecer enfermedades gastrointestinales.

“A nivel general, un niño desnutrido es un problema social debido a que la desnutrición trae consigo enfermedades agregadas, habrá mayor gasto a nivel del Estado para la salud, más hospitalizaciones y ausentismo de padres al trabajo”, expresa Yépez.

El Gobierno busca erradicar la desnutrición crónica infantil en todo el país, mediante campañas de información y atención personalizada para niños de 0 a 5 años y a mujeres embarazadas. También se plantea incluir una reforma laboral para ampliar el permiso por maternidad de 3 meses a 1 año, sin sueldo. (I)

Datos

Uno de cada 4 niños sufre de desnutrición a nivel mundial. Los países más afectados son aquellos que están en vías de desarrollo y tienen una población de bajos recursos.

La lactancia materna es considerada esencial para la nutrición e insustituible. Su composición varía según la edad del niño, la hora de lactada y los componentes de la dieta de la madre.

La Ensanut menciona que la lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida disminuye el riesgo de desórdenes alérgicos y la mitad de episodios de otitis (inflamación en el oído) aguda.

Otros estudios sugieren que la lactancia materna protege al bebé del síndrome de muerte súbita, en comparación con los niños que toman fórmula y que representa un riesgo 5 veces mayor.