Un amplio debate internacional sobre el conocimiento como bien común, la democratización de la información y el valor de las ideas en la coyuntura actual serán abordados por expertos de Francia, Brasil y Ecuador.  Del 28 al 30 de abril, en Ciespal, se desarrollará el Seminario “Capitalismo cognitivo y economía social del conocimiento”. René Ramírez, titular de la Senescyt, será uno de los panelistas.

Desde su oficina en el centro-norte de Quito, dialogó con EL TELÉGRAFO y explicó algunos conceptos claves para comprender por qué es necesario que Ecuador deje atrás la lógica del capitalismo cognitivo y dé el salto hacia una economía social donde se valoren las ideas y el conocimiento local.

1. Planteamientos del capitalismo cognitivo y la economía social del conocimiento

La discusión se centra en el tratamiento del conocimiento como un bien. En el capitalismo cognitivo, el conocimiento se construye en base a una ingeniería institucional que es hiper privatizadora y mercantilista. En el proceso de generación de ese conocimiento, el capitalismo lo hace de una manera competitiva y privada. Además busca generar monopolios. Se da un proceso de generación de patentes y privatización de todos los bienes del conocimiento que generen réditos económicos.Cabe recalcar que ese conocimiento no se difunde y, por ende, no llega a la sociedad.
En cambio la economía social del conocimiento plantea que el conocimiento en sí no tiene límites para las ideas, para el pensamiento; no se limita la capacidad del ser humano de conocer y generar innovación. Se trata de eliminar ese colonialismo del conocimiento científico versus la pluralidad de conocimientos que existe en las sociedades y en el mundo. Es la recuperación del conocimiento, su valor de uso por sobre su valor de cambio.
Veamos un ejemplo entre ambos para comprender mejor. En el capitalismo cognitivo, el conocimiento y la investigación son utilizados para producir patentes que les den más utilidades a las transnacionales; mientras que en la economía social del conocimiento (a lo que quiere apostarle Ecuador), lo que interesa es una investigación que sirva y solvente las necesidades de la sociedad, que garantice el derecho de los ciudadanos a los medicamentos y que promueva el acceso a la salud para la población.

2. ¿Quién acapara entonces el conocimiento y la investigación en Ecuador?

Es una disputa geopolítica mundial. A muchos grupos no les interesa una propuesta como la ecuatoriana por el precedente que se puede dar. El conocimiento se ha generado en el norte y nosotros simplemente consumimos. Por eso creemos que el conocimiento es la única forma de emanciparnos y conseguir soberanía como país. En este momento, Ecuador y los países de la región, principalmente, consumen conocimiento de grandes transnacionales. Por ejemplo, en cuanto a patentes en Ecuador,  el 98% de ellas es transnacional y el 2% es de empresas o entidades nacionales. Esto da cuenta del nivel de esclavitud que tenemos como sociedad.

3. Temas estructurales para transitar hacia la economía social del conocimiento

El cambio social y productivo de Ecuador está basado en la educación pública de calidad que no sea importadora de conocimiento, sino generadora. Otro tema estructural es el desarrollo tecnológico en función de las necesidades del país y la región. Además, debemos tener como sociedad una cultura proclive a la innovación, la creatividad y esto implica romper con el rentismo en el aparato productivo.
Mientras tengamos una élite rentista y un sector empresarial que no busque la innovación sino generar mayores utilidades a través de la renta del capital, difícilmente daremos este salto. El sector empresarial tiene que sumarse a este pacto, invertir más en investigación científica, en innovación y no únicamente esperar las rentas de la actual estructura productiva.
Un sector que es un cuello de botella importante para la construcción de la economía social del conocimiento es el importador. A cada momento aspira a recibir más rentas y no dejar que se desarrolle la tecnología local. ¿Qué misterio hay en hacer una computadora, una televisión con conocimientos e investigación local?

4. ¿Las generaciones anteriores podrán transitar hacia esa economía, cuando crecieron en otra dinámica de aprendizaje?

Más importante que aprender es desaprender y, justamente, lo que necesitamos es romper con ese aprendizaje que llevó a que no seamos proclives a la indagación, a la curiosidad. Hoy en día estamos en una generación con más capacidad de cuestionar y, a través del cuestionar, buscar la verdad y proponer alternativas. En este caso algo fundamental es el papel de los medios de comunicación como generadores de un debate público para construir una sociedad de la información del conocimiento y la innovación por medio de la investigación.

5. Enfoques de la investigación que requiere Ecuador

Un primer paso sería el tema del desarrollo tecnológico nacional. No hay ningún misterio en hacer una computadora o televisión con el conocimiento local (...) Valdría la pena realizar investigación aplicada para mejorar el aprendizaje, para satisfacer derechos de salud, para tener tecnología más barata y aplicarla a vivienda social. En ciencias fundamentales podría generarse la investigación genómica, la caracterización genómica y la bioprospección sobre biodiversidad. Al momento, en Ecuador nadie sabe cuan rico somos respecto a la biodiversidad que tenemos.

6. ¿Cómo concibe la economía social del conocimiento a los saberes ancestrales y a la naturaleza?

Propende un diálogo de saberes entre diferentes actores. Es decir, se valora el saber del pescador como el del biólogo, del agricultor, del investigador, del  ciudadano de a pie. (...) No podemos cerrarnos a decir que las ciencias occidentales son las únicas que deben tener supremacía. Si vemos el mundo actual, la crisis mundial que vive tiene que ver con la manera en la que se ha gestionado el conocimiento.

7. Límites para la investigación relacionada a la biodiversidad

El límite es la ética. No pueden volver a pasar en Ecuador casos sobre piratería genética que hacen los países del norte. Aquí no se ve el límite ético que tienen las ciencias occidentales que tratan, por ejemplo, a nuestras culturas e indígenas como ratas de laboratorio. Vienen, investigan, no hay consentimiento previo. Hay casos en los que se llevan sus muelas, su ADN, su pelo, hacen investigación y sacan conclusiones para publicar en revistas o después vendernos los productos a nosotros mismos.

8. Código Ingenios

Esta herramienta permite la investigación y el desarrollo del conocimiento con la articulación entre las universidades, los institutos públicos de investigación con el sector empresarial, el Estado y la sociedad, que son los actores más tradicionales de los ecosistemas de innovación. (I)