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El Telégrafo
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Los niños creen que la mendicidad es un trabajo

→Un grupo de niños participa en un proyecto para salir de la mendicidad. El fin de semana intervinieron en una mañana deportiva. Al finalizar un partido de fútbol formaron una ronda.
→Un grupo de niños participa en un proyecto para salir de la mendicidad. El fin de semana intervinieron en una mañana deportiva. Al finalizar un partido de fútbol formaron una ronda.
Karly Torres / et
13 de diciembre de 2017 - 00:00

Adrián, de 9 años;  Melanie, de 10;  y Leonel, de 12, corren y luego se abrazan con otros menores que son parte de su equipo de índor fútbol. Ellos participaron en un campeonato efectuado en las calles 18 y la K, en el suburbio de Guayaquil.

Cuando rueda el balón ellos sueltan carcajadas, pero al parar el juego,  sus miradas cambian y las sonrisas desaparecen de sus rostros.

Los niños evidencian tristeza y enfado. Lucen cabizbajos y preocupados. Olvidan, por un momento, cuando  escuchan de nuevo el pitazo.

En este torneo, coordinado por una organización social, no hay copas, ni trofeos, pero sí la intención de alejarlos de la mendicidad en la que viven algunos vecinos del sector.

Leonel desde los 6 años sale a las calles a “trabajar”. Así él llama a la acción de pedir dinero.

De lunes a viernes, en la tarde (tras salir de la unidad educativa en la que estudia), recorre vías principales, semáforos y mercados. “Me voy por ahí cuando termino los deberes, me baño, como y salgo un rato a la calle. A veces me quedo hasta la noche”.

El tiempo que permanece fuera de la casa depende de lo que las personas le regalen. “Hay días en los que, en una hora, recibo $ 1 o $ 2 o me regalan ropa y comida”.

Va a la casa para dejar lo recaudado y después se lo entrega a su mamá, que -según Leonel- está desempleada. Y retorna a la calle.

Sin embargo, cuando no consigue dinero acude a los trabajos de construcción, donde por ayudar en la mezcla recibe una paga.

Para Leonel, diciembre es uno de los mejores meses para ‘hacer dinero’. Esos recursos los utiliza para alimentarse con sus cuatro hermanos, la mamá y la abuela. El año pasado -recuerda- las personas le dieron desde $ 5 en adelante.

El 24, 25 y 31 de este mes son los días en los que más menores pululan y piden recursos a los conductores en los semáforos.

Daniel Torres, de la Asociación de Participación Ciudadana de Manos Limpias, recuerda que desde el mes pasado han tratado de evitar que 300 menores mendiguen en las vías.

La organización los reúne para que participen en actividades lúdicas, cineforos, deportes y se mantengan ocupados. “Cuando empezamos a trabajar en la campaña Da Dignidad tuvimos casos de padres que se acercaron, de forma agresiva, agarraban a los pequeños y se los llevaban para que no nos proporcionaran ningún tipo de información. Detectamos que siempre cerca de ellos hay algún adulto a la espera del dinero que recogen”.

Adrián, quien es un niño afrodescendiente, cuenta que  no sale solo. Lo hace acompañado de un primo de su misma edad o con su hermano mayor.

Hace un año sale a las calles. La Navidad pasada -recuerda- tuvo en sus manos algunos billetes de $ 20.

“En otras temporadas, cuando estaba ‘malo’, me daban $ 5, y cuando no había nada me regresaba a casa. Hay personas que me dan comida, pero no me la como, sino que prefiero la plata. Con eso me compro ropa o mi mamá la guarda en el banco”.

El resto de los meses el menor alterna el pedir caridad con trabajos (sacar la basura en el barrio, vender caramelos, cocadas, frutas o ropa que un señor le da).

Adrián es el menor entre  10 hermanos. “Yo soy el ‘conchito’ de mi familia; el más grande ‘jala’ (inhala droga)”.

Melanie, quien también es afrodescendiente, realiza esta actividad desde que sus padres se separaron. “Ellos se pelearon y mi mamá se quedó sola. La ayudo con lo que me regalan y así alimento a cuatro hermanos”.

Los 25 de diciembre la menor recorre las calles del sector en el que vive. Lo hace acompañada de su amiga apodada ‘Empeda’.

“Mi mamá me manda para comprar la ropa de Navidad. Ella me dice que tenga cuidado, pero esto lo hago por mis ñaños”.

Asimismo, una semana antes de celebrar el fin de año lo hace con un año viejo.

“Hay quienes nos dan $ 1 y otros, centavos. Cuando termina el día nos repartimos entre un grupo”.

La menor de edad, cuando no está en las calles, pasa en las casas de sus vecinos lavando platos o ropa. Le pagan $ 5.

Juguetes y sueños

Torres  prepara para el 22 de diciembre una fiesta navideña en la que reunirá a todos los niños abordados en las vías. “No solo entregaremos los juguetes que fueron donados con la campaña Da Dignidad del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES); adicionalmente, una canasta de víveres que hemos recogido por autogestión”.

Adrián está deseoso de recibir una pelota. Cuando crezca quiere ser futbolista, mientras que Leonel, quien prefiere de regalo una bicicleta, ha pensado en convertirse en policía.

Mientras que Melanie sueña con tener una computadora para hacer las tareas que le envían del colegio.

Ella cuenta que en ocasiones no hace las tareas, porque no hay dinero para ir a un ciber.  “Quisiera dejar de pedir dinero y dedicarme solo a mis estudios, y a jugar al amigo secreto”. (I)  

Adolescentes entregaron propuesta a ministro

→Sebastián Salazar, del Colegio Alfredo Pérez Guerrero de Otavalo, rechazó las condiciones en las que trabajan algunos adolescentes en el país.

“La ejecución de actividades que no les corresponden y con remuneración injusta atenta contra su bienestar”.   

El activista, de 16 años de edad, participó ayer en la elaboración de la propuesta del Capítulo del Trabajo de Niños, Niñas y Adolescentes que se pretende incluir en el nuevo Código Orgánico Integral del Trabajo.

El documento, que tiene por objetivo regular las labores de los chicos que bordean los 15 y 17 años, fue entregado al ministro de Trabajo, Raúl Ledesma.

Otro de los planteamientos de la propuesta es generar política pública para que las empresas en las que hay menores ocupados en actividades de adultos den las facilidades necesarias para que no dejen de estudiar.

El tema del salario también consta en el documento. Según el representante estudiantil, se plantea que los adolescentes reciban una remuneración correspondiente al 70% de un salario mínimo.

Aunque Ecuador no cuenta con cifras exactas sobre la cantidad de adolescentes que trabajan, pues, según Ledesma, esto sucede con mayor frecuencia en el área rural, Sebastián dio una cifra.

En su discurso indicó que más del 42% de ese grupo etario lo hace en situaciones “que dejan mucho qué pensar”.

Por su parte, el titular de la cartera de Estado resaltó que en el país está permitido que un adolescente, a partir de los 15 años trabaje, pero para ello se requiere que la empresa cumpla con todos los requerimientos.

Durante la entrega de la propuesta participaron los representantes de los consejos estudiantiles de 10 colegios de la capital.

Una de ellas fue Érika Reyes, presidenta de la Unidad Educativa Andino.

La joven comentó que por dos semanas se reunió con los presidentes de los cursos de su colegio para plantear propuestas referentes a las ocupaciones de sus contemporáneos.

Para ella, es importante que los chicos no se salten las etapas de su vida, pero si por necesidades personales o familiares trabajan, el Estado debe garantizar que no sean explotados ni maltratados.

Con lo mismo coincidió Alejandro Guanoluisa, presidente del Colegio Luis Napoleón Dillon. Aunque el joven reconoció que  no participó en la elaboración de la propuesta, al igual que otros siete representantes, indicó que su establecimiento tiene una dinámica diferente que implica prácticas en empresas en los dos últimos años de bachillerato.

En su colegio, los alumnos a  diario realizan seis horas de prácticas y considera que es necesario que estas horas sean remuneradas.

“Con eso nos podemos ayudar para los pasajes u otros gastos del colegio. También sería un incentivo”.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo hay 1.000 millones de jóvenes, aproximadamente.

El 18% de la población global es de adolescentes.

Al concluir el encuentro los representantes estudiantiles intercambiaron números celulares para mantenerse en contacto y así trabajar de manera coordinada los temas de su interés. (I)  

Menores de edad integran organismo en Guayaquil

→En Guayaquil fueron presentados ayer los nuevos integrantes del Consejo Consultivo de la Niñez y Adolescencia (CCNAG).

La actividad se desarrolló ayer en Malecón del Salado y fue organizada por el Cabildo porteño.

El Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos (CCPID-G) precisó que los 24 representantes de los menores de edad estarán en el cargo durante dos años (2017-2019). Esta es la segunda promoción.

Luzmila Nicolalde, titular del CCPID-G, explicó que los 24 integrantes fueron seleccionados tras reuniones con 1.200 niños y adolescentes tanto de la zona urbana como de la rural.

Según la funcionaria, acudieron a colegios de la ciudad con el objetivo de identificar a los jóvenes líderes. En esas citas participaron chicos de 8 a 17 años de edad.

“Ellos pasaron por un proceso de formación a través de la Escuela de Participación, lo que les permitió conocer y aprender sobre políticas públicas, derecho a la participación, habilidades para la comunicación y el accionar del Sistema Cantonal de Protección Integral de Derechos”.

Entre las funciones del colectivo están ser consultados sobre los asuntos que los afecten; difundir, promover y vigilar el cumplimiento de las normas a favor del colectivo en todos los lugares y espacios donde se desenvuelven: familia, escuela y comumidad; y proponer acciones que beneficien a la ejecución de los derechos de los niños y adolescentes.

Allyson Olalla, de 15 años, es una de las integrantes del CCNAG. Ella adelantó que este año será la primera asamblea y “veremos los primeros proyectos. No desecharemos todo de una vez, sino poco a poco”. 

De su lado, Raymont Castillo, de 16 años, expresó que le gustaría trabajar en el tema de los abusos en los planteles, pues es un problema actual.  

Los demás miembros del CCNAG son Yeira Ayala, Sergio Reyna, Ronal Medina, Melani Cancio, Andreia Gafer, Nathaly Ocaña, Javier Peña, Oliver Merchán, Emily Peña, Doménica Freire, Brithany Ramírez, Adriel Izaguirre, Andrés Vélez, Geovanna Castro, Dayanna Ramírez, Steven Merchán, Michael Moreira, Bryan Ruiz, Ivonne Pazmiño, Josué Alves, Nisa Argudo y Jimmy Ramírez. (I)

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