Ambato.-

Por décadas el cantón tungurahuense Quero, ubicado a 26 kilómetros de Ambato, se ha destacado por su excelente producción agrícola.

Papa, zanahoria, arveja, haba, maíz, y una diversidad de frutas, son algunos de los productos que allí se cultivan gracias a la riqueza del suelo y abundantes fuentes hídricas.

No obstante esta urbe ubicada a 3.220 metros de altitud es también conocida por sus hermosos paisajes y encantos naturales, entre ellos cascadas y espectaculares miradores, así como por la elaboración de artesanías y muebles en madera.

Ambos factores atraen cada semana a cientos de turistas de todo el país, lo cual beneficia enormemente a la economía y turismo de la localidad.

Los extensos prados y sembríos de tubérculos, verduras, hortalizas, y hierbas de campo, constituyen un colorido y aromático encanto adicional.

“Entre febrero y abril gran parte de las plantas, arbustos y árboles de nuestras parcelas florecen y desprenden olores inigualables. Especialmente en los caseríos y comunidades del sur, entre ellas Hualcanga, El Guanto, Shaushi, San Anita, San Vicente, San José, y El Guasmo, entre otras, razón por la cual en estas fechas los turistas recorren a diario los senderos locales con sus familias”, explica Venancio Corrales, agricultor de Hualcanga.

Un par de kilómetros más arriba de esta zona se encuentran los espectaculares miradores de la ciudad, desde donde se puede observar urbes vecinas como Cevallos y Mocha.

Cascada de Jun Jun

Uno de los principales encantos naturales de Quero es la cascada de Jun Jun. Irónicamente es poco conocida entre los tungurahuenses tiene una impresionante y abundante caída de agua de más de 10 metros.

Está ubicada cerca de la Facultad de Ciencia Agropecuarias de la Universidad Técnica de Ambato (UTA), en el sector denominado Querochaca.

Un verde amplio y frondoso bosque, de eucaliptos y pinos, da la bienvenida a los visitantes. En sus alrededores se realizan cada fin de semana actividades deportivas, familiares y de relajación.

Marlon Loaiza, guía turístico ambateño, señala que “para ingresar a la cascada se debe atravesar un sendero de aproximadamente un kilómetro de distancia desde la UTA, el cual está perfectamente señalizado y asfaltado. La caída de agua emite un fuerte ruido y cubre un amplio sector, por ello los prados nunca dejan de reverdecer. Allí los visitantes juegan fútbol, hacen fotografías y videos, y se recuesten en el refrescante pasto dejando sus preocupaciones”.

Gracias a la responsabilidad ambiental de autoridades y estudiantes de unidades educativas del cantón, el lugar se mantiene limpio, ya que con frecuencia se realizan mingas para retirar botellas y bolsas de plástico, restos de comida, desechos orgánicos y más desperdicios.

La cascada de Jun Jun es un sitio predilecto para aficionados a la fotografía. A más de la belleza de la caída de agua, el río y la vegetación, el sector es ideal para el avistamiento de aves e insectos de la serranía.

El fotógrafo Gabriel Noboa señala que los “colibríes, pájaros pechiazul, coloridas mariposas, abejorros y libélulas revolotean en las flores del lugar. Este espectáculo sin igual, sumado a la belleza del ocaso, en la que el Sol se tiñe de rojo, atrae todas las miradas y se inmortaliza en retratos y vídeos”.

En una orilla del río Quero, el cual se forma en la parte baja de la cascada, existe un sendero en el que dar paseos y admirar la variedad de vegetación que puebla las parcelas cercanas, es una experiencia inolvidable.

Allí existen árboles de pino, eucalipto y un sinnúmero de arbustos ornamentales y aromáticos que deleitan a los entusiasmados caminantes.

Este lugar forma parte de la Ruta Agroturística del cantón Quero, la cual incluye emprendimientos gastronómicos, artesanales y agropecuarios de la ciudad, y se ubica en la lista de cascadas preferidas por los turistas en Tungurahua.

“Este hermoso rincón de la Sierra es solo una muestra de los atractivos que nuestro cantón ofrece. La cascada también es una evidencia de responsabilidad ambiental, ya que autoridades, estudiantes y vecinos realizan mingas frecuentemente para mantener limpios los senderos y cuidar de la vegetación y fauna endémica”, manifiesta José Morales, alcalde de Quero.

Con el propósito de incrementar los servicios turísticos del lugar, allí se han habilitado pequeñas cabañas donde se hacen asados y acampar.

Arte en madera

El cantón Quero ha dado al país grandes artesanos que son recordados por su destreza y habilidad para crear verdaderas obras de arte con madera.

Entre las nuevas generaciones de fabricantes suena fuerte el apellido Moreta. Uno de los talleres más reconocidos del cantón pertenece a Mentor Moreta, quien es propietario de una afamada manufactura.

Con un formón, un martillo, una sierra y 2 herramientas más de carpintería, hace más de 30 años este hombre de 51 años abrió su taller en el centro del cantón y hasta la fecha no ha dejado de trabajar.

“Soy el primer carpintero de mi familia, razón por la cual aprendí el oficio siendo ayudante en aserraderos de maestros de antaño. Esta actividad primero empezó como una afición, cuando llegaba la festividad de Finados (2 de noviembre) mis padres, tíos y abuelos me regalaban juguetes de madera y yo adoro el olor y textura de este material; cuando adolescente empecé a imitar estas creaciones y nunca paré”.

Mentor ha logrado integrar en su taller a su esposa, hija mayor y a sus 2 varones.

Ellos le ayudan en todos los procesos de fabricación de cucharas, bateas, tablas de cocina, mazos, bolillos, cofres, espátulas, y otros artículos.

“Pino y árboles traídos de la región Amazónica son nuestras principales materias primas. Mi padre nos enseñó desde pequeños los tratamientos que deben aplicarse a los troncos recién cortados para conseguir trozos de madera en óptimas condiciones”, asegura Mariela Moreta, hija del hábil carpintero.

A sus 24 años, esta joven domina las tareas de corte, preparado, tallado y pintura de las artesanías. Esta última parece ser su especialidad, pues a diario  plasma en las creaciones de su padre con mucha pasión, paisajes andinos, adornos e imágenes que parecen salidos de un cuento de hadas con pintura.

Ella, sus padres y hermanos, exhiben sus obras en cantones vecinos cuando se celebran fiestas mayores, conmemoraciones de cantonización y otras ocasiones especiales. De vez en cuando esta familia participa en ferias de  los cantones Ibarra y La Maná, así como de ciudades vecinas.

El costo de las artesanías en el taller del maestro Mentor, entre ellos los carros de madera, un juguete muy apreciado por grandes y chicos, va desde $ 1 hasta los $ 15, dependiendo del modelo, tamaño y acabados.

Elaboración de muebles

La familia Moreta no es la única de este cantón que trabaja con madera. En el barrio San Vicente, ubicado a 5 minutos del casco urbano, al menos 12 hogares más viven de la manufactura de todo tipo de muebles en canelo y laurel.

“La Asociación de Muebles San Vicente es jurídica desde hace 3 años, pero existe desde hace 4 décadas. Nuestros padres y abuelos la crearon a fin de unir a quienes se dedicaban a la fabricación de juegos de sala, comedor, dormitorio, cocina y hasta hoy permanecemos unidos”, explica Édison Acosta, presidente de la asociación.

Asopmable, como se conoce al gremio, tiene una sala de exhibición en el barrio San Vicente, donde los visitantes pueden apreciar los modelos, acabados y colores de las creaciones, todos los días.   

El lugar está ubicado a 10 minutos del centro de Quero y la vía de acceso está asfaltada. Los valores de los juegos de comedor y sala, y otros muebles, van desde los $800. (I)

DATOS

El cantón Santiago de Quero comparte un nexo comercial, turístico y ganadero muy estrecho con sus similares Cevallos y Mocha.

Está ubicado a 26 kilómetros de Ambato y tiene una población de más de 16.000 personas. Las 3 vías que conducen al lugar están asfaltadas y señalizadas.

La producción agrícola y pecuaria es destacada con productos como la papa, zanahoria, haba, arveja, maíz, manzana, zambo, etc. En el cantón existen más de 12  empresas lácteas. (I)