Cada cuatro semanas, Alberto Sáenz, trabajador sanitario del Servicio Nacional de Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores Artrópodos (SNEM), del Ministerio de Salud Pública (MSP), llega junto a un equipo técnico a diferentes hogares de Guayaquil.

Su labor es verificar los depósitos de agua, donde pueda haber criaderos de mosquitos y entregar el biolarvicida, un producto cubano que permite el control biológico del Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue.

Anita Castro y su familia reciben a Alberto Sáenz en su hogar ubicado en Monte Sinaí, noroeste de Guayaquil. Él le explica a ella y a su familia las medidas de prevención que se deben tomar en cuenta y luego le indica el uso del biolarvicida.

Anita, mientras coloca 2 tapitas del producto biológico en un tanque de 200 litros de agua, recuerda que hace unos meses tuvo un diagnóstico de dengue.

“Los síntomas que empecé a sentir fueron dolor de cabeza, escalofrío, picazón en todo el cuerpo, náuseas y no tenía apetito. Además, se me hinchó el estómago”, expresó. Ella recordó los consejos recibidos por los técnicos del MSP y decidió no automedicarse y acudir a la unidad de salud más cercana.

Anita asegura que en las diferentes visitas de los trabajadores sanitarios ellos rotulan los tanques con la fecha en la que se realizó la inspección y la cantidad de tapitas aplicadas para evitar que los moradores olviden lo realizado.

Desde 2012, el Ministerio de Salud, a través del SNEM y con la participación de 1.251 técnicos ecuatorianos y 79 cubanos, ha implementado el proyecto de participación comunitaria para el control biológico del Aedes aegypti en sitios donde históricamente se registran casos de dengue.

Algunos de estos lugares son Manta, Montecristi, Jaramijó (Manabí), Machala, Huaquillas (El Oro), Santo Domingo (Santo Domingo de los Tsáchilas) y Guayaquil (Guayas). Se prevé extender la atención a otros lugares donde ya se han reportado casos, afirmó Carlos Tumbaco, analista de la Dirección Nacional de Estrategias de Prevención y Control del MSP, encargado de las enfermedades metaxénicas (aquellas transmitidas por vectores tales como dengue, malaria, leishmaniasis, entre otras).

Este proyecto del MSP busca involucrar a la comunidad en la lucha contra el dengue, para que sean los moradores de los sectores vulnerables los responsables de eliminar focos de infección (criaderos).

Yadira Mora, líder comunitaria de Santo Domingo, recalcó la importancia de que los habitantes de lugares de alto riesgo de trasmisión del dengue participen activamente en la prevención.

“No podemos esperar a enfermarnos y luego quejarnos, debemos aprender lo que los visitadores del Ministerio nos explican y enseñar cómo cuidarnos nosotros mismos, a nuestras familias y a la comunidad”, comentó.

Tumbaco agregó que la lucha contra el dengue no solo depende de la aplicación del biolarvicida, sino del apoyo de los gobiernos locales y los actores sociales, así como la participación activa de cada miembro de las familias.

¿Qué hacer con los neumáticos viejos?

El Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Ambiente, como parte del plan ‘Mi familia contra el dengue’ y el Plan Nacional de Movilización de Neumáticos Usados, trabajan coordinadamente con el objetivo de acopiar los neumáticos en los diferentes rellenos sanitarios de las zonas priorizadas por el dengue, como una de las acciones preventivas ante la temporada invernal.

Esta es una actividad de promoción de la salud que disminuye las enfermedades vectoriales, a la vez que promueve la conservación del medio ambiente en todas las regiones.

Hasta julio del año en curso se recolectaron 26.131 neumáticos fuera de uso, de las provincias de Manabí (15.210), Loja (7.503), Bolívar (409), Tungurahua (230), Esmeraldas (6.000) y El Oro (5.350).

Durante agosto se trasladaron 2.750 neumáticos fuera de uso de las islas San Cristóbal, Santa Cruz e Isabela al puerto de Guayaquil. Estos neumáticos, en la mayoría de los casos, son reciclados.

Recomendaciones finales

El MSP, como parte de complementar las acciones contra el dengue, recomienda lavar y cepillar bien las paredes internas de los tanques una vez a la semana.

Además, aconseja eliminar o poner las llantas en un lugar donde no haya acumulación de agua.

Otra de las medidas apunta a eliminar junto con la basura, tarrinas, latas, botellas o todo recipiente inservible que se encuentre dentro de la casa o en el patio, en el que pueda acumularse el agua.

Mantener bien tapadas las cisternas o tanques elevados y cambiar el agua de plantas acuáticas y bebederos de animales cada 3 o 5 días también es importante.

Es preciso -además- poner las botellas que sean útiles en el patio con el pico hacia abajo; asimismo, rellenar con arena o cemento las botellas con el pico roto que se colocan en las paredes de la vivienda para evitar el ingreso de ladrones, ya que estas acumulan agua y pueden convertirse en un criadero de mosquitos.

Es fundamental participar activamente en la correcta y adecuada utilización del biolarvicida. En sospecha de dengue, las personas no deben automedicarse y deben acudir al centro de salud más cercano.