Tras las fiestas de fin de año, los cuencanos esperaban ansiosos el 6 de enero, no para recibir a los Reyes Magos, sino para ser parte de un evento que conjuga la risa, la sátira y el ingenio que ponen cada año los integrantes de las universidades, colegios y barrios de la ciudad, tal como sucedió la noche de ayer en la avenida Huayna Cápac, en el concurso de disfraces.

La tradición se ha enraizado en los habitantes de la urbe. Este festival comenzó en la década del setenta, organizado por Radio Cuenca, pero luego tomaron la posta la Unión de Periodistas del Azuay y el Amistad Club.

Más de 50 mil personas, en promedio, llegan cada año hasta la Huayna Cápac para observar y calificar el trabajo que realizan los concursantes.

De estas ingeniosas y graciosas sátiras no se escapan los políticos ni las autoridades locales, tampoco los deportistas ni los dirigentes de Cuenca y del país. Pero este ‘laboratorio’ de risas no es improvisado. Sus actores se preparan 2 meses para ser parte de esta fiesta.

Los estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca iniciaron las labores desde hace un mes. Ellos señalan que más allá de los premios que puedan recibir está entregar a la ciudad un aporte cultural y artístico.

“Es una oportunidad grande, porque la ciudad está pendiente de lo que se haga y se presente el 6 de enero”, dijo Andrea Ávila, representante de la Facultad de Diseño de dicha casa de estudios.

Los estudiantes trabajan todo el año realizando colectas para financiar su tema y desfilar. “Con los premios que ganamos, que ya llevamos 2 en primer lugar, formamos un fondo para gastos del siguiente año”, indicó. El proyecto es de todos los alumnos, “porque llevamos el nombre de la universidad y mucho más esta vez que estamos cumpliendo 150 años”.

Ciento cincuenta personas trabajaron cada día en la elaboración de los muñecos y animales que se exhibieron anoche con el tema El circo de chendo y charadas, que representaba las tradiciones cuencanas.

Además, 550 personas estuvieron involucradas dentro de la parodia. “Lo importante es mostrar lo mejor de Cuenca en una forma artística”, manifestó Ávila.

Mientras tanto, en la Universidad del Azuay, José Sanmartín junto con estudiantes y profesores de Diseño trabajaron por más de 3 semanas en la elaboración de su estructura.

Ellos han participado durante 15 años en el concurso y han ganado 5 veces; sin embargo, creen que el premio no es el objetivo, sino el rescate de las tradiciones de la ciudad. Los premios obtenidos han servido para financiar el evento del siguiente año. Anoche intervinieron con una comparsa de 565 estudiantes.

“Comenzamos 30 hace 15 años, pero luego se fue incrementando hasta tener este número de estudiantes”, dijo Sanmartín.

Según el presidente de UPA, César Banegas, existe una ordenanza municipal que financia estos eventos con la suma de $ 30 mil, “pero el presupuesto va quedando corto”. (I)