Son pocos quienes conocen la calle Santa Ana en Cuenca. Una arteria de aproximadamente 100 metros de extensión, pero llena de historia y que ha permanecido cerrada para los ciudadanos por muchos años.

Esta calleja, que no tiene más de 5 metros de ancho, está entre la catedral de la Inmaculada y el viejo seminario San Luis, en el centro histórico de Cuenca.

“Me dicen que tras esa pared está la calle, pero no conozco”, dice Jaime Riofrío, un ciudadano que tras la pregunta se queda inquieto por conocer la calzada. “¿Y por qué no nos dejan ver o por qué no abren?” nos pregunta de vuelta.

Esta pequeña calle tiene una larga historia. Según el historiador Juan Chacón, en el Libro Primero de Cabildos de Cuenca se habla de un reparto de cuadras y solares a los vecinos de ese entonces, Gil Ramírez Dávalos, que luego fue fundador de esta ciudad, asignó esa cuadra, dividida en 4 solares, a los vecinos.

Chacón, que ha hecho una investigación al respecto, indica que la artería también servía como referencia del actual parque Calderón y tenía una dirección de oriente hacia el occidente.

“Bien se podría saber por dónde atravesaba la calle, verificando la altura de los techos de las casas, ya que estos eran más bajos que en otros lugares”, indica el historiador.

Pero esta vía no era una calle común y corriente, ya que no solo servía para delimitar los solares; se presume que los caciques cañaris fueron a Lima para hablar con el virrey Hurtado de Mendoza y pedir que se funde la ciudad de Cuenca, “entonces ellos vienen con Gil Ramírez Dávalos y fundan la ciudad en 3 días”, dice el historiador y agrega que el tiempo es demasiado corto para fundar una urbe. “Lo que concibo es que los caciques cañaris tenían ya hecha la planta octogonal en donde querían que se funde esta ciudad” indicó Chacón y añade que dentro de este plano ya constaba la calle Santa Ana.

Calle con un eje astronómico

Para el historiador la calle Santa Ana está relacionada con los equinoccios que se producen 2 veces al año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre. En estas fechas el día y la noche tienen la misma duración en todos los lugares de la Tierra. Cuando este evento se produce, el sol alcanza su punto más alto en el cielo, justo sobre la cabeza de las personas, formando un ángulo de 90°; esta calle cuencana estaría alineada para apreciar el fenómeno.

Hay otro eje astronómico, el de la Cruz del Sur, que pasa por la calle Benigno Malo, a pocos metros de esta artería que aún permanece cerrada. “Es decir que en este sitio hay 2 ejes astronómicos”, y agrega Chacón que no es una calle cualquiera, sino que es un símbolo cultural también. “Posiblemente fue un calendario agrícola y un sitio ritual, además este lugar formaba parte de la plaza de los Cañaris”, indicó.

Lamentablemente estos símbolos de la calle no han sido tomados en cuenta por las autoridades, ya que a poco tiempo de la Fundación, el cabildo vendió a los vecinos de ese entonces, los terrenos para conseguir fondos.

Paralela a la calle Santa Ana había una acequia que transportaba el agua para el consumo de la población. Se indica también que cuadras más abajo, en el mismo centro histórico de Cuenca, está otro segmento de la calle Santa Ana, conocida como la calle de San Blas.

La calle pasó más de 40 años cerrada hasta que el Municipio de Cuenca se decidió a rehabilitarla. El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, dijo que se hacen todos los esfuerzos para mantener su fachada y también para hacer de esta calle un atractivo turístico. Está previsto que para mediados de este mes estén concluidos los trabajos y se abra al público. (I)