Cuenca.-

Veinticuatro años han transcurrido desde que se produjo la tragedia de La Josefina, en la provincia del Azuay. El general Juan Méndez, estratega y comandante de la crisis  en ese entonces, dijo que esta montaña sigue “inestable” y que en cualquier instante se va a ir al piso.

“Puede ser en 1, 2, 10 o 100 años, pero eso es algo inexorable”.

En estos días el invierno ha provocado la caída de rocas en el sector del Tahual, a pocos metros donde en 1993 se produjo la mayor tragedia que se ha registrado en el sur del país. Más de 280 millones de metros cúbicos de agua se acumularon en la parte de Azuay y Cañar con el taponamiento del río Cuenca y Burgay.

Méndez señala que es urgente tomar medidas para que no se queden aislados los cantones que están tras La Josefina y que es un paso obligado incluso por cuestiones de estrategia nacional, ya que están las centrales hidroeléctricas más importantes del Ecuador.

General, ¿qué se puede decir 24 años después de la tragedia?

Diría que al problema lo han minimizado. No se han tomado las debidas precauciones. Diría también que sigue siendo una amenaza, pues todo el austro por su contextura geológica es muy sensible a los fenómenos naturales.

¿Es decir, el peligro no pasó?

La amenaza está allí y las futuras generaciones tendrán que convivir con un peligro permanente. No sabemos cuando se desate el mismo, en un año, 10 años o 100 años... no lo sabemos. Las autoridades deben hacerse eco de todas las advertencias que han hecho los técnicos y poner manos a la obra, pero sobre todo enseñarles a convivir con el peligro a los habitantes, ya que tarde o temprano se desatará la montaña, inexorablemente.

¿Los deslizamientos que se han registrado podrían ser una advertencia?

Por supuesto. Son indicios de que el ángulo de declive ha progresado y eso es una señal de que puede venir un gran deslizamiento. Seguir sacando arena o piedra en el sector es de alto riesgo. Una comisión llegó dos años después de la tragedia y dejó varias advertencias, no sé si se pusieron en práctica. No sé si se ha educado a la gente de Paute, Gualaceo y de Cuenca en caso de que suceda una emergencia. Un fenómeno natural causa grades pérdidas humanas.

¿Siempre se habló de construir un túnel por el sector?

Así fue. Al Estado le iba a costar, en ese entonces, por traer un topo que estaba en Quito, 600 millones de dólares y abrir un túnel desde el sector de Guangarcucho, por la margen derecha, que desemboque cerca de Gualaceo. En un caso de caerse el Tahual o La Josefina, el túnel serviría de desfogue para que el río Cuenca siga su cauce y no provoque otro acumulamiento de agua, como en 1993. La roca que allí existe es azul, es decir es una de las más duras que hay en esta parte del país.

¿Cómo se produjo el desfogue en 1993?

Yo ordené disparar cohetes Law; esta arma tiene capacidad de destruir un tanque de guerra. Nada estaba preparado, fue un chispazo. En ese momento llegó la llamada telefónica de un oficial que me pidió firmar un documento para que se destruyeran 300 laws que estaban en una de las brigadas de Cuenca. Fueron lanzados dos cohetes, el uno mal dirigido, pero el segundo fue como torpedo y no hizo efecto sino 12 horas después, es decir a las 05:30 del 1 de mayo de 1993.

¿Y por qué no se hizo antes?

Porque la idea salió en ese momento. Dos días antes incluso llevamos a Patricia Talbot con la Virgen del Cajas para hacer una misa con 4 personas. Italianos que estaban en este sitio predecían un desfogue de 17.000 m cúbicos de agua por segundo, pero toda la energía se fue por el río Jadán, lo  que salvó a la represa de Paute, que solo podía aguantar 11.000m3/seg.

¿Todo ese desfogue, la fuerza del cohete, habría movido más la montaña?

Claro que está movida, por eso digo que en cualquier momento se va abajo el resto que quedó en pie. Ustedes deben saber que el Tahual está carcomido por dentro. Su base está afectada, que es lo más importante. Toda la estructura de La Josefina y Tahual quedó resentida, ¿pero cuándo se va a ir abajo? No lo sé. (I)