Yolanda Bueno lleva 17 años apoyando a las reclicladoras en el cantón Cuenca. Según ella, es una labor muy sacrificada y hasta peligrosa para quienes trabajan en las calles, en especial durante las noches.

Las recicladoras que cumplen este trabajo, en su mayoría son de escasos recursos económicos y están sometidas al discrimen, por el hecho de “recoger la basura”. “Por ventaja vemos que en Cuenca la ciudadanía va cambiando sus prácticas de recoger la basura. Existen personas muy comprometidas con un manejo responsable de los desechos”.

Agrega que todavía existe falta de información para que los habitantes puedan separar correctamente los desechos e indica que las autoridades laboran para tener una ciudad más limpia.

“El proceso de separación tiene que tener también una cadena mucho más técnica, para beneficio de todos”.

En Cuenca existen alrededor de 500 familias que se dedican a esta labor, aunque Bueno indicó que no hay un censo para tener una información más apegada a la realidad, pero que cada día se van sumando a este trabajo más personas, “justamente por falta de trabajo, debido a la crisis económica por la que están atravesando”.

Existe mucha gente que labora con sus niños, muchos no tienen los elementos necesarios para hacer una buena recolección y eso hace que ellos vendan inmediatamente sus productos, pero a precios bajos.

“Además de que es un trabajo sacrificado, estas personas no son bien vistas. Nos creen parte de la basura”. (I)