Pasar por Loja y no llevar bocadillos a casa es un “pecado”, dice Marlene Quizhpe, una cuencana que gusta de estas golosinas cuya fama trasciende en todo el país.

Estos dulces, propios de la provincia de Loja, son los más buscados aparte de los roscones y bizcochos, estos últimos recomendados para tomar con leche.

En el Centro Comercial de Loja, desde muy temprano, hay clientes esperando que las puertas se abran para comprar estas delicias que provienen de varios cantones de esta sureña provincia.

Este sitio ubicado en el centro de la ciudad destina su segunda planta para la venta de los bocadillos con o sin maní. Allí están los expendedores  luciendo uniformes blancos e invitando a los visitantes a que compren. “¡Venga, acá está el rico bocadillo!”, se escucha a la distancia, mientras los clientes comienzan a hacer los pedidos.

“Los cuencanitos son los que más consumen nuestras variedades”, dijo Víctor Masachi que ha trabajado 5 años en este lugar. Él retomó la labor luego de que su esposa falleciera. Ella era la encargada de atender a los clientes y laboró en el sitio por 12 años.

Los vendedores saben que agosto y septiembre son de gran demanda, por lo tanto, deben aprovisionarse  semanas antes para satisfacer a sus consumidores.

La peregrinación de la Virgen del Cisne lleva hasta Loja gran cantidad de turistas de todo el país, en especial de las provincias de Azuay, Cañar y Zamora.  Al regresar a su casa van con los tradicionales bocadillos, turrones, rosquitas como regalos para sus amigos y familiares.

“Muchas veces llevan entre 200 y 300 bocadillos”, dijo Masachi que trabajó en Estados Unidos. El precio va desde $ 1,25 la libra y cada 15 días hace su pedido.

Agrega que muchos de sus clientes llevan los dulces a España e Italia, pero sobre todo a Estados Unidos, donde hay una gran comunidad de ecuatorianos.

Unos metros más allá está Luz María Minga que dice trabajar aproximadamente 30 años en el sitio. “Aquí estoy desde que se inauguró este mercado”, señala.

Ella  hace los bocadillos  para que su producto sepa mejor que el resto, dice. Utiliza panela, maní y azúcar.

Desde el sector de Quinara trae el primer ingrediente, mientras que el maní le llega del cantón Catacocha y también desde Cariamanga. Prefiere el producto del último sector.

Recuerda que cuando inició su trabajo, el precio de la libra era 50 centavos de sucre, pero ahora se vende a $ 1,25.

“Al cuencano le gusta el buen bocadillo, mediano y manizado”, indica la mujer que muestra signos de cansancio por la ardua jornada.

“Antes solo había 5 vendedores de estas delicias, ahora están regados por toda la ciudad”.

Recuerda con claridad el panorama de hace 30 años cuando se derribó el mercado anterior y se levantó uno nuevo.

“Ofrecieron darnos el centro de abastos en 2 años, y así lo hicieron. Nos lo entregaron en ese tiempo”.

Presentes en las fiestas 

En toda fiesta popular que se realice en la provincia, no pueden  faltar los charoles de bocadillos, “es ya como un símbolo nuestro”, indica  el ciudadano Jorge Quezada.

Si bien en toda Loja se hace este producto, la gente reconoce que en Chaguarpamba, Olmedo, el cantón Loja y Catacocha está el mejor, ya que la materia prima, (panela y maní) también resulta ser la de mayor calidad de toda la provincia.

Los artesanos lojanos han pasado de generación en generación los conocimientos básicos para hacer este producto, el cual es muy solicitado en todo el Ecuador y también en el exterior. (I)