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"Los pegucheños tienen cerca del 60% de las propiedades de Otavalo"

"Los pegucheños tienen cerca del 60% de las propiedades de Otavalo"
Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo
07 de mayo de 2016 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

Peguche es una comunidad indígena situada a pocos minutos de Otavalo, en la provincia de Imbabura. Muchos la conocen por su cascada, un salto de agua de 18 metros de altura, formada por las aguas del río del mismo nombre, que nace en el lago San Pablo. La cascada es, de hecho, uno de los atractivos turísticos más importantes de esta zona. Alrededor de esta se han tejido mitos y leyendas acerca de su creación y de su historia.

Cada 21 de junio se celebra la fiesta de San Juan, en la que los pobladores se bañan en las aguas de la cascada y participan en rituales para cargarse de energía y fuerza para afrontar de buena manera los afanes que trae consigo cada día.

En esta comunidad de la provincia de Imbabura nació José Maldonado El ‘Mashi’, uno de los personajes más reconocidos de las sabatinas. Él es quien traduce al kichwa el Enlace Ciudadano. Además, tiene un programa en Radio Pública.

Peguche fue siempre un asentamiento indígena frente al predominio mestizo del centro de Otavalo. ¿Cuál era la relación con esta ciudad?

Bueno, hay que decir cuál es hasta ahora la relación. Normalmente, desde tiempos antiguos, se consideraba a Peguche como un sitio de obraje, porque la gente trabajó mucho en la actividad textil, pero esto no solamente viene desde tiempos de la conquista, sino de atrás. En toda la zona de Otavalo los indígenas eran expertos tejedores. De aquí nacen los grandes mindalas. Antes de que se registrara la presencia de los incas, se dice que los mindalas ya conocían la zona. En esta región había muchas llamas de color blanco, de ahí también la vestimenta blanca que utilizamos. Utilizaban este tipo de tejidos para intercambiarlos con sal y manteca. Obviamente, había algunos indígenas que no solo intercambiaban estos productos, sino los cueritos de las llamas. De ahí viene el gran trabajo que realizamos los indígenas, especialmente, los de Peguche. Puedo asegurarle que somos comerciantes y siempre lo fuimos.

¿Y este oficio se mantiene o ha sido reemplazado por otros?

Obviamente, no se mantiene en esencia. Yo soy el producto de una primera migración de mi papi que vino a Quito. Él venía a esta ciudad a vender sus tejidos.

Después, en la década del setenta también hubo una gran ola de migrantes que se desplazó hacia España. Hay una cosa anecdótica. Para tener acceso a la educación, muchos indígenas (incluido yo) nos cambiamos de atuendo y nos cortamos el cabello. Los primeros indígenas que fueron a España lo hicieron con poncho y trenza y otros vestidos con prendas occidentales. Los que iban vestidos como yo no vendieron nada, pero los otros, aquellos que mantuvieron sus prendas, hicieron un gran negocio. Esta experiencia hizo que muchos indígenas volvieran a utilizar sus propias prendas. Tengo que decirle también que Peguche es una suerte de punta de lanza en lo que se refiere al comercio. Los indígenas han estado en Europa, Asia y Sudáfrica con sus productos.

¿Los comerciantes provienen, sobre todo, de Peguche?

La situación es la siguiente: los indígenas de Peguche estábamos dispersos porque no vivíamos en Otavalo, que era el centro principal. Normalmente los indígenas teníamos que estar en las comunidades. Además, la meta de muchos pegucheños era adquirir propiedades en Otavalo. Fue a través de la venta de artesanías que lograron acumular un capital para adquirir viviendas y propiedades. Hoy en día, si no me equivoco, los indígenas de Peguche son dueños del 60% de propiedades en Otavalo, fruto de la venta de artesanías y de la migración, primero a escala local y también internacional. Esto también significaba prestigio para la gente que compraba en Otavalo.

Peguche era un obraje en la época de la colonia y los indígenas vivían en una situación de esclavitud. ¿Hasta cuándo fue así?

Este fue un proceso bastante penoso que se dio después de la conquista. Los indígenas de toda esa región, incluido Otavalo, eran expertos tejedores y eso nos benefició para no tener ni las encomiendas ni las mitas. Nosotros fuimos de los obrajes. Sí se vivieron situaciones difíciles, porque prácticamente padres e hijos pasaron décadas tejiendo y, además, tenían que pagar un tributo.

¿Y les alcanzaba?

A veces no alcanzaban a cubrir el tributo y cuando fallecía el padre, el hijo tenía que pagarlo. Con el advenimiento de la República hubo muchos cambios que nos permitieron liberarnos de esta situación, pero la esencia de ser artesanos y tejedores la mantuvimos antes, durante y después de la colonia.

¿Usted vivió mucho tiempo en Quito?

Sí, claro. Yo fui concebido en Quito, pero nací en Peguche. Todos mis hermanos nacieron allí, porque en la capital era más difícil que nos atiendan. Después regresamos a la capital por el trabajo de mi padre y también por los estudios.

¿Su padre mantuvo el negocio de la venta de artesanías?

Como ya vivíamos en Quito, mi papi llegó a ser profesor en algunos colegios como el Manuela Cañizares, el Gran Colombia y el Central Técnico. Solo en la época de vacaciones pasábamos en Peguche. En ese período me gustaba caminar por los bosques; era muy juguetón. Hoy en día, esos espacios verdes están llenos de casas. Tenía una persona que vivía en la vivienda que se llamaba Segundo y era muy amigo mío. Con él salíamos a recorrer todo Peguche. Recuerdo también que mi mami me daba tostado y chochos para llevar en la caminata. En ese entonces Peguche era muy grande para mí. Jugábamos con carrizos y me encantaban los riachuelos.

¿Peguche es un sitio turístico?

De alguna manera, a través de la cascada se ha dado a conocer. Esto también ha permitido que las artesanías se expendan en la comunidad. En un sitio cercano a la cascada también se vende comida típica.

¿Y la presencia de extranjeros es notoria?

Sí. A esta comunidad han llegado muchos extranjeros y yo también he realizado una labor de guía de turismo. Cuando era profesor de la Universidad San Francisco de Quito, solía llevar a los estudiantes extranjeros a Peguche para que compartan una o 2 noches en la comunidad. Les encantaba compartir con las familias indígenas. En sus casas dormían en una estera.

A Peguche se la conoce, sobre todo, por su cascada. ¿Qué otras riquezas tiene la comunidad?

Peguche tiene grandes artesanos. Tenemos artesanías de calidad y también grandes músicos. En un inicio había grupos locales que luego salieron al exterior, en particular, a Estados Unidos y Europa. Tenemos uno de los grandes grupos que es de Otavalo, pero que se inició en Peguche, es el grupo Charijayac. Es interesante constatar que cuando en Europa valoran la música andina, comienza a ser demandada en la cultura urbana-occidental.

También tenemos al grupo Yarina que se especializó en Estados Unidos. (I)

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