De caña alta o baja; puntiagudas o redondeadas, con cierre o sin él, de taco alto o plano. De tanto fabricar calzado, la familia Sandoval se ha especializado en producir modelos tan diferentes que ningún cliente puede quejarse de falta de variedad.

El inconfundible olor a cuero se percibe apenas se ingresa al local, situado en una de las céntricas calles de Cotacachi.

Los clientes, la mayoría turistas, ocupan diferentes espacios del almacén: algunos se acomodan en los sillones para esperar que la vendedora aparezca con la talla solicitada. Otros se calzan los zapatos y caminan unos pasos sobre una alfombra para confirmar si es la talla adecuada. Mientras los clientes buscan los modelos de su preferencia, otros preguntan por el descuento del 10% en calzado seleccionado.

El calzado —aclara Diego Sandoval— es 100% confeccionado con cuero; “nada de cuerinas ni cuero sintético”. Según este joven empresario, el cuero con el cual fabrican el calzado no proviene de Cotacachi, sino de la provincia de Tungurahua.

Diego explica que dependen de esta provincia, porque en ella funcionan la mayoría de tenerías. En Cotacachi estas no proliferaron, porque fue declarado un cantón ecológico y su operación no está permitida. El cuero siempre será mejor que otros materiales como la cuerina, ya que este, precisamente, es resistente a la lluvia y se puede impermeabilizar. En el invierno, además, los zapatos de cuero mantienen la temperatura de los pies.

Adicionalmente, el cuero es más duradero y se estropea menos que el material sintético. Se estima que pueden durar unos 4 años.

El cuero legítimo se reconoce con facilidad porque suele tener una superficie lisa y suave, a comparación del sintético, que tiende a ser rígido; además, si una persona hace la prueba de arañar una parte de él, este no vuelve a su estado anterior, lo cual significa que no es legítimo.

El negocio de la familia Sandoval ha crecido. En la actualidad, tienen 3 almacenes en Cotacachi y uno en Atuntaqui. La confección del calzado y de artículos de cuero es una tradición familiar que comenzó hace 30 años. Cada mes producen un promedio de 600 mil pares.

Cerca del 90% del proceso de confección es realizado de forma artesanal; casi no se utiliza maquinaria. “Al ser hecho a mano, los artesanos pueden corregir posibles errores. Los zapatos hechos a mano tienen mejor calidad”, comenta Diego.

Cada año, participan en ferias internacionales donde no solo exponen el calzado confeccionado a mano, sino que intercambian conocimientos con empresarios del ramo de diferentes países.

En estos encuentros, los participantes también adquieren materias primas e insumos para la industria de calzado como herrajes, suelas y tacones. También pueden actualizarse sobre los nuevos modelos carteras y zapatos.

Para el diseño de los nuevos modelos de calzado, no solo acuden a las ferias internacionales, sino que también revisan catálogos que se publican por Internet y acogen las sugerencias de los clientes.

Los principales compradores del calzado fabricado en Cotacachi, provienen, sobre todo, de Quito, Cuenca, Loja y Guayaquil.

En la mayoría de negocios no solo se fabrican zapatos, sino también complementos como chompas, carteras y cinturones.

El comercio en Cotacachi se ha incrementado en los últimos años. Una de las razones es la mejora en la vialidad, el aumento de locales comerciales, el turismo que llega a la zona y, por supuesto, la habilidad de los artesanos para convertir el cuero en artículos de alta calidad.

Los fines de semana, este cantón recibe un gran número de turistas, quienes valoran el talento de los artesanos y la calidad de los artículos Cotacachi ofrece una gran variedad de productos, pero los más reconocidos son los artículos de cuero. (ARB) (I).