Durante las guerras de independencia, Ibarra fue uno de los centros más activos desde el punto de vista militar, ya que era punto estratégico para la defensa de Quito.

El coronel Carlos Montúfar y numerosos patriotas pretendían marchar hasta Pasto pasando por Ibarra con el fin de tomarse esta urbe.

Lamentablemente fueron derrotados por el coronel Sámano, en la batalla de San Antonio de Ibarra, luego de lo cual los realistas cometieron atrocidades entre los pobladores de la ciudad, fusilando a muchos patriotas, entre ellos al coronel Francisco Calderón.

Durante el período republicano, en el mes de enero de 1858, el comandante Luis Villavicencio Leiva fue nombrado primer jefe de la guarnición de Ibarra y envía un informe al ministro de Defensa en Quito que dice: “el cuartel del batallón Calderón de Ibarra está compuesto por 705 integrantes, ocupamos una casa maltrecha frente a la plaza llamada de la Merced”.

En agosto de 1868 ocurre el terremoto de Ibarra y no quedó ninguna evidencia del cuartel militar que en otros tiempos albergó a los batallones Záparos, Pichincha, Mariscal Sucre, Yaguachi, Ricaurte y Vencedores. En el año de 1907, el mayor Joaquín Delgado, comandante del batallón Jaramijó N⁰ 8, construye un nuevo edificio bajo la supervisión de José Domingo Albuja, quien trazó los planos dándole una configuración medieval y al siguiente año se inaugura el frontis principal. De esta forma nace el Antiguo Cuartel Militar de Ibarra, ubicado en las calles José Joaquín de Olmedo, entre Juan José Flores y García Moreno.

Esta edificación emblemática de la ciudad desde la década de 1980, cambia su administración, el cuartel deja de ser de los militares para ser administrado por una institución pública. En el año 2000, la Municipalidad de Ibarra presenta la propuesta de convertir al cuartel en un museo, pero no es hasta el año 2013 que esta propuesta se pone en marcha consiguiendo los recursos para su remodelación.

Verónica Gómez, coordinadora de Estudios y Proyectos del departamento de Planificación del Municipio, manifestó que el valor de la obra es de $7,5 millones.

En su primera fase se reubicaron los puestos de comida que se encontraban en la calle Olmedo, a media cuadra del cuartel, de la misma forma, los vendedores de nogadas fueron reubicados en el parque de La Merced, frente al cuartel.

Desde su apertura al público en diciembre de 2015, se han realizado presentaciones y exposiciones de la Universidad Católica de Ibarra, de la Universidad Técnica del Norte y de otros establecimientos educativos de la provincia. Además, a través de la dirección de cultura se están planificando más actividades que se desarrollarán en este lugar. (I)