María Villacreses siempre fue tradicional en la manera de preparar el pescado. Ya sea en ceviche o como filete apanado, ella priorizaba la cocina de antaño. Cuando le conversaron de un curso que habría en la localidad portuaria San Mateo sobre nuevas formas de preparar el pescado, en principio se mostró escéptica. Pero no se trataba solo de la forma de cocinar, sino también de cómo darle un valor agregado al producto.

Las mujeres obtienen el pescado de primera mano. Generalmente se lo facilitan sus esposos, que están vinculados con las labores del mar desde su adolescencia, algo muy tradicional en esta caleta.

El curso, dictado por técnicos del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), tuvo la finalidad de que las mujeres de la comunidad aprendan a procesar el pescado para hacer croquetas, salchichas y hamburguesas. La meta es que este producto pronto esté en las perchas de los supermercados a escala nacional.

Cuando llegó a la capacitación, María se alistó para aprender nuevas técnicas. “Yo soy rápida para receptar todo lo que me enseñan”, indica la mujer, que después de 2 años del curso, es una de las más activas en el negocio.

La idea, junto con otras 41 compañeras de la Cooperativa de Producción Pesquera Damas de San Mateo, es montar una compañía para procesar el pescado que sus esposos les surten, hacer las hamburguesas y luego venderlas listas para ser consumidas por el público.

“La idea es que quienes visiten San Mateo puedan comerse una hamburguesa de pescado al pie del mar”, resalta Belkys Delgado, presidenta de la Cooperativa.

El Magap instaló una planta procesadora en el puerto, pero debido a que las instalaciones no están abiertas en su totalidad (todavía no ha sido inaugurado), las mujeres no pueden utilizar las máquinas a tiempo completo. “En mi casa hago las croquetas, las salchichas y las hamburguesas de manera artesanal”, dice María, cuyo proveedor de pescado es esposo, Luis Alvia, quien realiza sus faenas marítimas por 3 días.

Belkys cuenta que la iniciativa provino del gobierno de Japón que donó una planta al Viceministerio de Acuacultura y Pesca del Ecuador para que las mujeres de San Mateo emprendan negocios para así desarrollarse económicamente y aportar al hogar.

Durante el pasado fin de semana, las emprendedoras fueron parte del Festival del picudo, evento en el que vendieron también sus hamburguesas. “Tuvimos que hacerlo de manera artesanal, porque no pudimos utilizar la planta para esos días”, expresa la dirigente.

Con respecto a la comida preparada, “la Uleam (Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí) nos capacitó para innovar los platos. Tuvimos ceviche de picudo con menta, picudo con camarón y el picudo con crema de champiñones. En 3 horas de feria se acabó todo”.

Resalta además: “Estos eventos nos ayudan a ser conocidas, esperamos que vengan más turistas, que conozcan todo lo que tiene San Mateo para ofrecerles”.

Además, también las integrantes de la Asociación de Producción Pesquera Artesanal y Valor agregado realizaron el curso. En total son 350 mujeres de este grupo que se capacitaron. Las agremiadas lanzaron la marca Mateos, productos del mar con el fin de competir en el mercado. Entre las charlas que recibieron están temas como manufactura y buenas prácticas de higiene.

Mónica López, presidenta de la Asociación, explicó que el proceso de sus productos inicia con la compra de la pesca, en el muelle del puerto, a la Cooperativa 20 de Septiembre, que agrupa a pescadores artesanales de la misma localidad.

Luego, la pesca es llevada a la planta piloto para darle el valor agregado. “Nuestro producto estrella es la salchicha de pescado”, expresa López, quien cuenta cómo es la preparación: “picamos el pescado, luego lo llevamos al cuter (herramienta que consta de una cuchilla muy afilada) para molerlo, después lo mezclamos con maicena, agua, aceite y albahaca. Esta mezcla pasa por el embutidor donde tomará la forma de la salchicha y finalmente son selladas al vacío”.

Para proyectos similares al que se lleva a cabo en San Mateo, el Viceministerio de Acuacultura y Pesca identificó 38 grupos en Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Los Ríos y El Oro, para trabajar en el fortalecimiento del grupo familiar (pescadores y esposas de los pescadores) y generar valor agregado de los recursos pesqueros como pescado, camarón, concha y el cangrejo azul. (I)