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La comida, al final de la jornada solidaria, es la característica de este tipo de encuentros

La elaboración de redes de pesca, una tarea ancestral que se mantiene viva en Manabí

Pescadores artesanales en el barrio Perpetuo Socorro en Manta trabajan unidos para elaborar un espinel que es la línea de pesca donde luego ubicarán anzuelos para atrapar peces en el mar.
Pescadores artesanales en el barrio Perpetuo Socorro en Manta trabajan unidos para elaborar un espinel que es la línea de pesca donde luego ubicarán anzuelos para atrapar peces en el mar.
Foto: Rodolfo Párraga / EL TELÉGRAFO
11 de noviembre de 2017 - 00:00 - Patricio Ramos

Manta.-

Los pescadores artesanales de Manabí no solo se juntan para ir a sus faenas en el mar. También lo hacen al momento de elaborar las artes de pesca. Trabajan de forma conjunta. Desde el norte, por Cojimíes, hasta el sur en Puerto López, la asociatividad es una herramienta que les da buenos resultados.

En el cantón Manta, sobre playa El Murciélago, suroeste de la ciudad, el pescador artesanal Alberto Mera, residente del barrio Perpetuo Socorro, elabora su espinel (línea de pesca) con la ayuda de 8 vecinos. Mera (66 años) concentró a sus amigos también pescadores desde las 10:00 del pasado 6 de noviembre en los exteriores de su casa.

La vereda que está a espaldas del cerramiento del cementerio general es el mejor lugar para trabajar, afirma. Un buen cebiche de pinchagua (sardina), elaborado por María,  la esposa de Alberto, es la mejor paga para quienes ayudan en esa labor.

Como se trata de una línea de pesca, utilizan nailon de alta resistencia. Ángel Mero, es uno de los vecinos que colaboran en la fabricación del arte de pesca. Se mueve con mucha agilidad, traslada el nailon con rapidez, lo extiende en el piso hasta formar una línea larga de 100 metros. “Luego se colocarán miles de anzuelos, cada línea lleva flotadores lo que permitirá que el espinel quede sobre la superficie del mar”, reseña Mero.

Una línea de pesca puede medir entre 1 y 2 kilómetros de acuerdo con la manera en que haya sido elaborada. El arte de pesca de Alberto será de 1.500 metros de longitud.

El nailon se compra en las tiendas de venta de materiales de pesca que existen en la ciudad. Cuando se trabaja en conjunto abaratamos costos, y solo se compra el material, la mano de obra no cuesta nada, pues nosotros nos regimos por el refrán “hoy por ti y mañana por mí”.

Esta semana se ayuda a Alberto, la próxima será a Manuel y así sucesivamente, comentó José Gutiérrez, un pescador residente en la barriada.

Hay algunas ventajas al trabajar unidos en la fabricación de un espinel, la unidad que existe en tierra sigue en el mar; así ha sido desde tiempos ancestrales, comentó el historiador manabita José Elías Sánchez. Una modalidad similar se ejecuta en los enclaves marinos de Los Esteros, Tarqui, San Mateo, Santa Marianita y San Lorenzo pertenecientes a Manta.

Más hacia el norte, en el cantón Jaramijó, a 10 minutos de Manta, los pescadores elaboran sus redes con la ayuda de sus familiares. Byron Manuel Delgado vive en la parte alta de Jaramijó. Fabrica un trasmallo (red de ojo grande). Sirve para atrapar peces pequeños que pueden ser localizados una hora mar adentro.

Este oficio se enseña a los hijos. Primero miran, luego empiezan a entrelazar el nailon hasta que después de 4 meses de práctica están listos y se encargan por sí solos de varios tramos del trasmallo, asegura Delgado. En la parte baja del poblado a 500 metros de mar, sobre la Avenida Balsamargua, todos los días es visible la actividad de tejido de redes.

Las mujeres son las encargadas de la preparación de los alimentos. En la familia Delgado, un estofado de cabezudo (pescado de carne blanca) acompañado de una porción de arroz, plátano asado y ensalada es elaborado por la esposa de Byron. “Mi esposo e hijo, como buenos pescadores, comen mucho, por ello hay que servirles porciones generosas de alimentos, ya que hacen mucha fuerza cuando están de pesca”, afirma esta ama de casa.

En los estuarios de los ríos Chone y Cojimíes, los pescadores de camarón también elaboran sus atarrayas. En 4 días se fabrica una, afirma Joselo Díaz, habitante de Puerto Portovelo. (I)

En el cantón Jaramijó los pescadores fabrican un trasmallo que es una red para atrapar peces de carne blanca. En los portales de las casas están ubicados los talleres donde se reúnen entre familiares. Foto: Rodolfo Párraga / EL TELÉGRAFO

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