Las familias que viven en la ruta de ingreso a la comuna Río Muchacho ven pocos carros pasar por día. El camino es lastrado, infructuoso. Los que más disfrutan de esas condiciones son los niños de la zona, ya que así corren y juegan sin problema alguno.

Tras más de 15 minutos de andar por el lugar a un promedio de 40 kilómetros por hora, en una vía que parecería no conducir a ningún lugar, se encuentra la finca de Darío Proaño y su esposa, la neozelandesa Nicola Mears.

La zona es montañosa, envuelta en verdor, húmeda. El sitio contrasta totalmente con lo que hay a 8 kilómetros de distancia: la paradisiaca playa de Canoa.

Estos ambientalistas trabajan desde hace 28 años en su finca para potenciar la agricultura orgánica. De las 9 hectáreas que tiene el lugar, 6 ya están reforestadas.

En la actualidad, el sitio es un parque ecológico, en el que los visitantes pueden realizar actividades como tours a la finca, caminatas, montar a caballo, elaborar chocolate artesanal, yoga y avistamiento de aves, entre otras.

“El acceso antes era gratuito, pero las personas no aprendían mucho paseando por su cuenta y así decidimos crear un lugar para visitar, así nació el parque ecológico”, destaca Nicola, quien en 1989 viajó desde Nueva Zelanda a Bolivia, por una conferencia sobre agricultura orgánica y se quedó en Sudamérica.

“Seguí viajando y encontré cosas interesantes, gente interesante y de ahí conocí a mi esposo, Darío Proaño. Él es de Quito”, resalta con una marcada sonrisa. Destaca que junto a su cónyuge realizan proyectos ambientales, como cuando Bahía de Caráquez fue declarada Ecociudad, hace 18 años.

La tranquilidad se interrumpe por el mugido de una de las 3 vacas que hay en el lugar. “Además tenemos 6 caballos, 5 chanchas y unos 100 pollos, esos no los tenemos contados”.

Cuenta que la comida en el lugar es vegetariana en un 90%. “Mi esposo no consume carnes y nosotros comemos carnes blancas, nunca rojas, unas 3 veces al mes. Todo lo cultivamos aquí, comemos de nuestras propias manos”.

Indica también que en el tour para los visitantes, hay la opción de cosechar sus propios alimentos y luego prepararlos. “La comida es bien sabrosa, hay gente aquí que no es vegetariana que la prueba y nos dice que es muy sabrosa. Para cocinar así se debe ser más creativo”.

Nicola recuerda que en los primeros años que sacaban adelante el proyecto de la finca junto a su esposo (cuando todavía vivían en Bahía), no había electricidad. “Ahora estamos buscando una compañía de internet que nos dé el servicio, pero estamos lejos de todo y es muy difícil instalar redes acá”.

Además de recibir visitas continuas de extranjeros, el parque ecológico Río Muchacho acoge a internos. La francesa Laura Defonte es una de ellos. Llegó hace 6 meses al lugar y desde ahí ha sido un tiempo maravilloso de aprendizaje, destaca.

Con 19 años y un año de estudios en Ciencias Políticas en París, decidió darse un tiempo de descanso y viajar a Ecuador para conocer la cultura local. Tuvo que cancelar $ 300 por el tiempo que estuvo en el parque ecológico.

“Buscando en internet encontré este lugar y me pareció maravilloso. Al principio me costó mucho el hecho de no estar conectada a internet, pero esto me ayudó a conectarme con la naturaleza; descubrí que me gusta mucho trabajar con la tierra, sembrar, cosechar y luego disfrutar de lo que hice con mis manos”, manifiesta.

Con su español entrecortado, el que ha aprendido en su estancia en el país, Laura cuenta que esta es su última semana en Río Muchacho y que viajará por un mes más por Ecuador; después, cuando llegue a Francia, culminará su informe para la universidad sobre los 6 meses de interna en el parque ecológico. Indica que iniciará nuevos estudios, en Economía.

La canadiense Emma Wood, de 21 años, es otra extranjera que realiza internado (en total hay 5 personas, de Canadá, Francia y Alemania). Lleva 2 meses en Río Muchacho. Su pasantía es parte del año cultural que debe hacer en sus estudios de Agricultura, en Toronto.

“Para llegar aquí busqué en Google y fue una de las primeras direcciones que me salieron sobre sitios para hacer los trabajos que yo necesitaba”. Emma destaca que la naturaleza y la falta de conexión a internet le ayuda a concentrarse en el entorno. Ahora disfruta mucho más de los trabajos en el huerto, sembrar, ver cómo crece la planta.
El parque ecológico Río Muchacho fue elegido por National Geographic Travel como uno de los mejores lugares ecológicos para alojarse en Ecuador; además el Channel 5 Quebec lo mencionó como uno de los 13 mejores ejemplos de turismo responsable en el mundo. (I)