El denominado turismo accesible, que trata de beneficiar e involucrar a las personas con discapacidades en el Ecuador, es una tendencia mundial que también se aplica en diversas provincias del país.

En Tungurahua, esta labor ha conseguido una mayor penetración en el cantón Baños de Agua Santa, especialmente en lo relacionado con el hospedaje y la arquitectura incluyente en dependencias públicas y privadas, mediante la construcción de rampas técnicamente colocadas. En ese contexto, Alfonso Eliécer Morales es parte importante de una cofradía que impulsa esta labor. Lo hizo en su momento como concejal y ahora como empresario.

Es un apasionado de este tema porque él mismo experimenta una serie de dificultades y necesidades desde su silla de ruedas, que no le han impedido visibilizar los aciertos y desaciertos en este asunto.

¿Qué es el turismo accesible?

Es un reto para las instituciones públicas y los empresarios privados, por cuanto la accesibilidad turística es un factor intrínseco a la calidad. No se puede concebir un turismo de categoría sino está al alcance de todos. Por eso difunde, promueve y motiva destinos a los que pueden acceder las personas con algún tipo de capacidad especial.

¿La accesibilidad tiene que ver también con la tolerancia?

Así es, no solo es arquitectura e ingeniería, tiene que ver con la tolerancia de una sociedad con las personas con discapacidad congénita o genética. Está íntimamente relacionada con el disfrute y conservación del ambiente.

¿Cuándo empezó a considerarse esa tendencia en Ecuador?

El origen específico de este concepto está en Baños de Agua Santa. Entre 2005 y 2009, cuando fui concejal, impulsamos el proyecto de eliminación de las barreras arquitectónicas a nivel urbano. Eso fue un proceso.

¿Estos cambios hicieron posible el reconocimiento internacional y nacional?

Sí. En 2009, el Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis) reconoció a Baños como la primera ciudad más accesible del Ecuador. Además, obtuvo el premio internacional otorgado por la Society for Accessible Travel & Hospitality y el Premio Reina Sofía de España porque incluso se mejoró la accesibilidad a los refugios temporales implementados por el proceso eruptivo del volcán Tungurahua.

¿Y qué pasó con las ordenanzas?

También se trabajó en eso. Se creó entonces la Ordenanza de Movilidad de Personas con Discapacidad que ayudó a impulsar el concepto de turismo accesible, pues Baños es un destino mundial y una ciudad turística por excelencia.

¿Esto llamó la atención mundial hacia esta ciudad?

Por supuesto, en julio de 2008 se organizó en esta urbe el Primer Congreso Internacional de Turismo Especial con 24 panelistas (4 extranjeros) y se empezó a tomar de manera más seria y formal la aplicación del turismo accesible.

¿Baños es entonces la ciudad con más rampas del país?

No solo es eso. Tiene que ver con la eliminación de obstáculos para la libre movilidad. Es una norma y dejó de ser una excepción. La urbe cuenta con más de 190 rampas y refugios temporales accesibles.

¿Y qué pasó con los hoteles y restaurantes?

La motivación continuó y se construyeron las primeras habitaciones accesibles para personas con discapacidad en hoteles y hosterías. La Municipalidad dio ejemplo. En la terminal y en los balnearios municipales se edificaron y adecuaron rampas y senderos para facilitar el ingreso de una persona con silla de ruedas. Esto ocurre en El Salado y La Virgen.

¿Usted también se unió a esta campaña, tras dejar la concejalía?

Fue así. Lo hice con el hostal Las Granadillas, un proyecto de hospedaje 3 estrellas, para acoger a turistas con discapacidad, desde el ingreso hasta el cuarto piso.

¿Cuándo se colocó la primera piedra del proyecto?

La pusimos en abril de 2005 y todavía no la terminamos. Hoy está considerada como uno de los pasos más importantes en lo relacionado con el buen vivir de las personas con discapacidad y puede visitarse en Illuchi Bajo, en Baños.

¿En el Ecuador, cuántas personas con discapacidad podrían volverse viajeras?

Es un mercado en exploración. Según el Conadis, hay conmigo 270 mil ecuatorianos que requieren infraestructura y productos para su movilidad.