No solo es un vivero ornamental que produce alrededor de 600 mil plantas anuales. Este 2017 se convertirá también en otro atractivo turístico en Ambato y a la vez en un área de concienciación y de aprendizaje ambiental.

Es el vivero municipal de la capital tungurahuense que está situado en el sector de El Peral en el tradicional barrio Ficoa. Cuenta con un terreno de 12.765 m².

En abril de 2015 empezó la construcción de la primera etapa a un costo de $ 228.867,87. En la actualidad este proyecto no pasa inadvertido para los caminantes por su colorido, ornamentación y trajín a un costado de una de las orillas más pobladas del río Ambato.

La cerca de malla color verde encierra un sitio de trabajo programado. Es el viernes 17 de marzo.

A las 10:00, un camión sale de ese sitio con una carga de vistosas plantas y 4 obreros en el balde. El automotor avanza sin prisa por una vía asfaltada y estrecha de unos 500 metros de longitud que se empata con el sector La Delicia.

“De este vivero municipal se procesan todas las plantas que se han implementado en las áreas verdes de la ciudad. Nuestra meta es procesar anualmente 600 mil”, explicó Jorge Tapia, jefe de la Unidad de Mantenimiento de Parques y Jardines de la Municipalidad. A diario se reponen entre 30 y 100 especies en parterres, parques y jardines”.

El objetivo de este megaproyecto es devolver a la capital tungurahuense, en el menor tiempo posible, el tradicional apelativo de ‘Ambato, tierra de flores’.

En los viveros hay una variopinta oferta de calistemos blancos y rojos, lavandas, hortensias, truenos, colas de zorro, margaritas, geranios, lirios, agapantos, crásulas, begonias, escanceles, vincas, cucardas, verbenas y durantas. Hay también camelias, hiedras, senecios, cartuchos, buganvillas, kalanchoes, aguacollas, hebes, aretes, helechos, bacopas, entre otras.

Su crecimiento es parte de un proceso manejado técnicamente por agrónomos y paisajistas en 2 invernaderos y varias áreas a campo abierto que se riegan con agua que proviene de un tanque reservorio.

Además, se está adecuando una sala de exhibición para que los visitantes puedan ver la gran fauna que allí se obtiene sin afectar al resto del lugar por un posible contagio fitosanitario. “La gente no lo ve, pero en su ropa podrían llegar adheridos hongos y bacterias que podrían contagiar todo.

Por eso es que restringimos el acceso a algunos sectores y se habilitará la sala de exhibición este año con fines de concienciación”, explicó el agrónomo Marco Haro, responsable de la producción que involucra 70 variedades entre arbustos, árboles y plantas ornamentales.

En el vivero hay también un sector cubierto con plástico y malla para crear un microclima en el cual se propagan las plantas. Allí trabaja Silvia Pilla, quien se encarga “de desyerbar y sacar los pies de las plantas para sembrarlas en fundas con tierra tratada previamente. Aquí están 2 meses y pasan a la siguiente etapa de producción”.

Cerca de allí, César Mayorga realiza el esqueje o los cortes de las ramas podadas para seleccionar las mejores para injertarlas o plantarlas en suelo fértil. “Aquí no se desperdicia nada y así obtenemos más vegetación para embellecer”.

La segunda etapa está en marcha

El pasado 8 de marzo, el alcalde Luis Amoroso anunció el inicio de la segunda etapa del vivero municipal a un costo de $ 87.661 y que estará lista en 90 días. Se construirá una senda adoquinada con luminarias para paseos nocturnos y se colocarán bancas de jardinería, macetas colgantes, aspersores y otros. (I)