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En 1999 los baneños fueron evacuados hacia albergues situados en Ambato, Pelileo y otras ciudades

El Tungurahua mantiene períodos intermitentes de actividad

A comienzos de abril del 2015, el volcán dio nuevas señales de reactivación luego de 6 meses de una pausa relativa. Hay alerta amarilla. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
A comienzos de abril del 2015, el volcán dio nuevas señales de reactivación luego de 6 meses de una pausa relativa. Hay alerta amarilla. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
26 de abril de 2015 - 00:00 - Gina Capuz. Segundo Ciencias

A 8 kilómetros al norte de la ciudad de Baños de Agua Santa se encuentra el volcán Tungurahua. Su diámetro es de 16 km.

Entró en erupción en octubre de 1999 y se mantiene en ese estado hasta la actualidad. Su actividad se ha caracterizado por continuas y periódicas explosiones estrombolianas, vulcanianas, emisiones subcontinuas de gas y ceniza, flujos piroclásticos, fumarolas y actividad hidrotermal.

Por esta causa, el 17 de octubre de 1999 se efectuó una gran evacuación poblacional en la que participaron más de 17 mil personas, tanto de Baños como de otras comunidades situadas en las zonas próximas al coloso en las provincias de Chimborazo y de Tungurahua.

A finales de ese año y a comienzos de 2000 se produjo el retorno de los baneños, por la fuerza, hacia su ciudad tras permanecer en albergues de Ambato y Pelileo. “Pero no todos los coterráneos regresamos. En mi caso, abrí un restaurante en Ambato y formé una familia. Me ha ido muy bien y solo retorno a mi ciudad para visitar a mi madre y mi hermana”, explicó Antonio Vaca, propietario de café Cbastian.

Según los técnicos del Instituto Geofísico (IG), en los últimos 1.300 años el Tungurahua ha producido erupciones con flujos piroclásticos, caídas de ceniza, flujos de lava y deslaves (lodos, agua y ceniza), al menos una vez por siglo.

Es por eso que en los lienzos que se exhiben en el Santuario de la Virgen del Rosario de Agua Santa, se narra la historia de esta ciudad vinculada directamente con las erupciones sucesivas del coloso.

En julio y agosto de 2006, el volcán produjo 2 grandes explosiones con flujos piroclásticos que afectaron a los flancos occidental y suroccidental.

La caída de ceniza fue regional y afectó incluso a Guayaquil. Desde entonces el volcán ha mantenido episodios de actividad intermitentes con duraciones de días y semanas y pausas en la actividad de hasta 6 meses. (I)

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