Ecuador, 18 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Los incas y los españoles volvieron a utilizar esas vías

El transporte aborigen causó también una interrelación nacional

Para que los conquistadores del Cuzco sometieran a los pueblos ancestrales del norte debieron utilizar una red de caminos existentes, tal cual lo hicieron los españoles.
Para que los conquistadores del Cuzco sometieran a los pueblos ancestrales del norte debieron utilizar una red de caminos existentes, tal cual lo hicieron los españoles.
13 de septiembre de 2015 - 00:00 - Pedro Reino Garcés, historiador/cronista oficial de Ambato

Deseo un poco, si se quiere, ‘desmitificar’ la primera asociación intelectiva con la que nos educaron cada vez que se menciona la ‘transportación indígena’.

Ocurre que nos han condicionado a pensar en los chasquis como hitos o prototipos de lo más rápido que se tuvo en movilidad indígena.

En primer lugar diré que los chasquis o trotacaminos corresponden a una segunda época de la historia indígena en nuestro medio.

La palabra está en quichua por lo cual debe corresponder a la época del dominio inca.

Es menester entonces que fijemos el criterio de que los hombres primitivos de nuestra cultura prequichua, que fueron los quitu-pansaleos, debieron haber desarrollado un sistema de transportación con los pueblos circunvecinos dependiendo de los estados armónicos de relación interétnica e intraétnica.

Se supone que lo que se transportaba eran básicamente los productos alimenticios, cerámica, ropa e implementos para la vivienda.

El hombre nativo lo hacía por sus propios medios, es decir, convirtiéndose él mismo en instrumento de carga y haciéndose ayudar por los camélidos andinos que figuran hasta hoy para estos menesteres.

Sus vías o caminos vecinales ahora los conocemos bajo denominación quichua. Se llaman chaqui-ñanes, es decir, caminos de a pie.

Estos senderos debieron haber tenido su propia denominación en la lengua prequichua, cuya autodenominación se perdió. Por metodología histórica se conoce a la lengua y a la cultura como quitu-pansalea.

Los nativos, de hecho, habrían sido viajeros que se encontraban con gentes de otros pueblos para intercambiar sus cosas, las hierbas del Oriente, los pilches de la Costa que necesitaban para beber y para comer, y hasta el oro y los objetos para los adornos y vestimenta.

¿Dónde estaban sus centros económicos y ceremoniales? ¿Dónde estaban sus cuarteles y guarniciones? ¿Dónde estaban sus cementerios y zonas sagradas?  

Si reflexionamos en eso, pensaremos también en los caminos y en el mecanismo de la transportación.

Tungurahua, Cotopaxi, Pichincha, Bolívar como provincias actuales configuraban un hábitat de personas con una misma lengua.

Si la gente se entendía, seguro que hubiera estado unida por una red de caminos en un perfil de patria chica.

Desde esas épocas se desarrollaron ya como pueblos de importancia: Mocha, Tisaleo, Pelileo, Quero, Píllaro, Patajaló, Mulli-hambato, Quisapincha, Simiatug, Chimbo, Guanujo,  Tacunga, Sigchos, Callo, Pujillí, y sobre todo Angamarca la Vieja, que, a decir de investigaciones recientes, fue una suerte de capital comercial y centro minero del oro antes de la llegada de los incas.

La importancia de los aposentos de Mocha fue descrita por el cronista colonial Pedro Cieza de León, quien explica que la antigua Mocha, la que está sepultada  por un desprendimiento del cerro de Puñalica ocurrido en el terremoto de 1.698 cuando se derrumbó el Carihuairazo, tuvo edificaciones.

Fueron hechas con piedras gigantescas que, según el cronista, “se espantó de verlas”. Un par de estas eran del tamaño de una casa de 3 pisos y se las puede ver hasta la actualidad en las proximidades del río Mocha, que más adelante toma el denominativo de Pachanlica.

La fortaleza de Mocha, de las piedras que espantaban por su tamaño, debió tener sus vínculos con los centros poblados de la comarca. Las crónicas coloniales relatan aún las vías o caminos del Inca que iban desde Mocha hacia Tisaleo, Pelileo, Quero, Mulli-hambato; y desde luego habrían tenido el contacto con los puruguayes de Chimborazo.

Pasemos ahora a reflexionar en la conquista de los incas ¿Por dónde llegaron los ejércitos sureños a doblegar a nuestros nativos?

Pues se entiende que igual que hicieron los españoles, habrían seguido en  los sitios que les permitía la estrategia, los mismos caminos ancestrales de los nativos.

Así lo hizo Benalcázar y así lo hizo Pedro de Alvarado cuando por la Costa vino a aparecer por las zonas de Pasa y Quisapincha, que para la época tenían una verdadera red vial que ahora está perdida.

Debo insistir en esto porque recuerdo todavía las ‘enseñanzas’ de un profesor de historia que tuve en el bachillerato en Ambato. Al hablar de la llegada de Alvarado a Quisapincha nos hacía memorizar que había subido la cordillera abriendo camino con hacha y machete.

No sé cuántos de esos hierros habrían traído los audaces españoles, pero ahora opino que ni siquiera con un equipo de motosierras hubieran logrado tal propósito en tan corto tiempo.

Ventajosamente la investigación y la reflexión contemporáneas nos explican claramente que por caminos ya existentes de modo ancestral por Pasa se llegaba a la Costa y que ahora la técnica contemporánea trata de explicar como triunfo de iniciativa burocrática y politiquera.

La lógica campesina hasta ahora nos indica que un chaqui-ñan es un camino que une de modo más directo 2 puntos de interés.

La red de caminos vecinales que perviven hasta la actualidad, siguen siendo las mismas vías que tuvieron nuestros indígenas nativos (ahora pavimentadas).

Cuando vinieron los españoles, en las escrituras de la época hacen constar esas vías como “Caminos Reales”. Es decir, vías que pasan a pertenecer al Rey. También se señala que hay vías llamadas “Caminos del Inga” que al parecer fueron mejorados para el Tahuantinsuyo, con sus correspondientes puentes y calzadas. Entre Pelileo y Mocha por ejemplo aún hay un Camino Real que ahora está pavimentado. (O)

Vías que iban de Mocha a Quero y de ahí a Guano

De Mocha también se describen caminos que bajaban hacia Quero por el costado oriental del Pachanlica. Tomaban las quebradas de ‘Pilco’ (quebradas de pájaros), pasaban por Yayuligüí, Ipolongo y llegaban a Quiligüí y luego al antiguo pueblo de Quero, destruido también en el terremoto de 1.698. Hay que escribir que la actual ciudad de Quero está reubicada en el sitio que está registrado en crónicas coloniales como Quiligüí, denominación que es de la lengua quitu-pansalea, previa a la redenominación quichua: Quero significa madera o diente. La importancia de Quero se debía a las famosas maderas de los cerros de Llimpique que volvieron famosos a sus artesanos, por lo cual los incas reimplantaron en su dominio varias colonias de mitimaes. Quero tenía un camino que lo conectaba directamente con Guano en la actual provincia de Chimborazo. De Quero se sube a trasmontar el lomo de la cordillera o nudo de Igualata-Sanancajas, pasa por zonas muy fértiles, y a pesar de encumbrarse tanto, la pendiente de la vía que ahora es carrozable, es de muy fácil pendiente y de rica integración. Los laberintos de las colinas dan por Jaloa (Aloac es otro topónimo similar en las proximidades de Machachi), suben por Sabañac y llegan hasta Galán en la cresta andina.(O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media