De acuerdo con un estudio del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el cultivo de tuna en el país ocupa alrededor de 180 hectáreas.

Este vegetal comestible con grandes propiedades medicinales y aspecto intimidante, es el fruto del nopal, una especie de planta espinosa originaria de Centroamérica.

Las provincias donde tiene mayor presencia son Imbabura, Loja, Santa Elena y Tungurahua, en las que se siembran las variedades: amarilla sin espina, la amarilla con espina, la blanca y la silvestre.

En esta última localidad destacan  los cultivos del cantón Cevallos, ubicado a 15 minutos de Ambato, debido a las propiedades del suelo, clima, y sobre todo abundancia de abono orgánico.

“Este producto es fundamental para el florecimiento del nopal, ya que aporta sustancias vitales para el desarrollo de la enorme planta. La tuna crece en terrenos casi desérticos, secos y arenosos, y no requiere de muchos cuidados como otras frutas”, señaló Mambrey Robalino, productor de la comunidad Andignato de Cevallos.

Sembrar nopal se convirtió en un estilo de vida para él, su familia y muchos de sus vecinos. Desde hace una década cambio sus sembríos de manzana, pera, durazno, claudia, entre otros frutos andinos, debido a una sobreproducción local.

“En 2007 las cosechas eran tan abundantes que el producto casi se regalaba en los mercados de Ambato y cantones vecinos. A raíz de esta situación, decidimos cambiar las siembras tradicionales, como manzana y claudia, por la tuna”, agregó.

Cosecha

Pese  a que la planta de nopal no requiere mayor cuidado para su florecimiento, la producción aparece a los tres años de su siembra. “Este tiempo es necesario para que la planta consolide sus raíces y la savia madure. Especialmente cuando se cambia de cultivos tradicionales de frutas y verduras, pues el suelo necesita un lapso para reponer sus propiedades”, explicó Ana Manzano, agricultora de Cevallos.

Generalmente las cosechas en esta ciudad inician en enero y terminan en mayo. Esta tarea implica varios cuidados y precauciones.

Quienes cosechan inician la jornada a las 06:00, deben llevar equipo de protección que incluye traje de látex, guantes y gafas para evitar que las pequeñas espinas de la fruta dañen los ojos.

“Dependiendo de la extensión del cultivo, la recolección suele tomar entre dos y tres horas. Es recomendable hacerlo en las primeras horas de la mañana, cuando aún no ha salido el sol y no hay viento, a fin de preservar la salud y bienestar de los trabajadores”, señaló Francisco Medrano, productor de Huachi Grande, sector del sur de Ambato.

Esta comunidad ambateña es una de las pocas en la ciudad en las que se siembra tuna. Tanto allí como en Cevallos, técnicos del MAG impulsan proyectos de potenciación del cultivo de nopal.

Se trata de una planta que necesita gran cantidad de abono. Por tal motivo el acompañamiento técnico es vital para aprender los diferentes métodos y alternativas para elaborar abonos orgánicos.

“En tiempo de cosecha se recoge un aproximado de 300 cajas semanales, y luego la producción baja. Para estos últimos meses del año se cosechan algo más de 30 cajas por semana”, añadió Medrano.

Cada caja tiene 50 libras de fruta. El producto se comercializa en el Mercado Mayorista de Ambato, a $ 25 por caja de tuna de mayor calidad, y en mercados de los cantones Quero, Mocha, Patate, entre otras ciudades. (I)