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La idea del chef es licenciataria de la marca pais, por ello apoya a pequeños productores

El sabor y la sazón del seco ecuatoriano se comercializarán en un camión en Alemania

Los secos de pollo, chivo y  carne cuestan $ 3,50, al igual que el arroz con menestra y carne. Ofertarán guatita.
Los secos de pollo, chivo y carne cuestan $ 3,50, al igual que el arroz con menestra y carne. Ofertarán guatita.
Foto: John Guevara / El Telégrafo
29 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Ciudadanía

A las 08:00, las ollas ya empiezan a hervir en el  interior de un peculiar camión. A esa hora, el olor a culantro, naranjilla y ajo, entre otros alimentos, desprenden su característico aroma y seducen —a ratos al azar— a quienes transitan por las calles de Quito. Hay quienes —hasta ese momento— no entienden cómo esa singular fragancia emana desde un vehículo parqueado en plena calle. Las inquietudes desaparecen cuando Guillermo Miranda abre la puerta lateral del vehículo y una gran cocina industrial se exhibe al público.

Ollas, sartenes, extractor de olores y licuadoras se encuentran dentro  de ese vehículo. El guayaquileño creó el restaurante rodante ‘El seco, comida ecuatoriana’ desde noviembre de 2015. Su idea es recorrer el país y también llevar la sazón a escala internacional (Alemania) a bordo de su camión ofreciendo el tradicional seco ecuatoriano. Por ello, dentro de su menú están los secos de pollo, chivo y carne. La peculiaridad de su producto está en la receta original, que, según su papá, Guillermo, fue entregada por sus abuelos hace 50 años.

Miranda, quien es el gestor del proyecto, es chef. Se graduó en la Universidad San Francisco de Quito en 2010 y cuenta que el camión le “pareció una plataforma muy divertida” y por ello apostó por cocinar dentro para llamar la atención de la gente. “La comida ecuatoriana se la puede hacer bien hecha, tiene potencial”, señala. Usa productos agroecológicos, que cosecha de su terreno en Guayllabamba, además adquiere alimentos a pequeños productores del país de Guayllabamba, Cayambe y El Quinche. Son licenciatarios oficiales de la Marca País, que promueve el Ministerio de Comercio Exterior.

Por ello, cuenta que todo lo que tiene en el furgón es elaborado con tecnología nacional, empezando por el vehículo. Invirtió cerca de $ 70 mil para implementar una cocina al interior. Espera llegar a contar con energía solar dentro del auto.

Giras culinarias internacionales

Miranda trabaja con su hermana Belén y 3 ayudantes. En sus planes está realizar giras culinarias a escala nacional e internacional. Implementará la idea en Alemania. “Lo que me interesa es que el mundo se entere de que la comida ecuatoriana está allí y tiene todos los elementos: carisma, contundencia y cariño en hacerlo, creo que vamos a tener una gran aceptación”.

Dentro del Ecuador solo recorren Quito, pero en dos meses más esperan llevar la idea a Guayaquil y con los dos vehículos visitar el país.

Al día, según el chef, preparan alimentos para 150 personas. Atienden de 11:30 a 16:00, pero muchas veces cierran antes por la acogida. Su publicidad es a través de las redes sociales, con las que comunican a la gente en dónde estarán parqueados. “No queremos estar en una sola ubicación”, dice.

El sabor particular no es la única peculiaridad del producto, sino la presentación del mismo: sirven con el tradicional arroz cocolón, y el jugo del pollo, chivo o carne lo entregan por separado, en un vaso, para que el cliente lo esparza sobre los alimentos. También tienen más de 10 variedades de ají que un productor portovejense elabora.

José Yánez trabaja en el camión y,  para él, hacer el cocolón es lo más difícil. “Me parece una experiencia bonita cocinar en un camión”. El criterio lo comparte Belén, hermana de Guillermo, para quien lo mejor es  “estar en lugares diferentes todos los días”. A María Eugenia Mero, otra de las colaboradoras, le gusta “aprender cosas nuevas”.

“Está riquísimo”, dice Christian Pareja, uno de los clientes, y una sonrisa se desprende del rostro de Miranda. Respira. Se da cuenta de que su producto pasó la prueba y cada día —confiesa— le gusta escucharlo de los comensales. Para Javier Hidalgo, otro de los cocineros, oír aquello “le motiva a seguir”.

Pareja se enteró de la ubicación de ese día (calles Amazonas y Eloy Alfaro) por las redes y ya estaba de camino al norte de Quito por las Naciones Unidas, “pero no se pudo resistir y volvió”. De personajes conocidos que les han visitado, Miranda recuerda a los ministros del Interior, José Serrano; de Agricultura, Javier Ponce; de Senplades, Sandra Naranjo, así como el locutor Pato Borja, entre otros. (I)

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