Previamente a la final de la Copa Libertadores edición 2016, el anfitrión de la final de vuelta y posterior campeón, Atlético Nacional de Medellín, homenajeó a sus ídolos, entre ellos nada más y nada menos que tres conocidos nuestros no tan valorados en su momento ni nunca en Ecuador, Francisco Maturana, Hernán Darío Gómez y Luis Fernando Suárez. Mientras el club verde mostraba aquella noche -y siempre- su satisfacción por ser la casa donde esos personajes triunfaron en el fútbol colombiano y continental en
una ceremonia inolvidable para quienes estuvieron en las gradas o en el césped del Atanasio Girardot de Medellín, en Ecuador se los recuerda como perdedores. De Maturana se dice que fracasó porque no clasificó al Mundial, ‘Bolillo’ era un técnico ‘amarrete’ (defensivo) y  trinquero que solo convocaba a los jugadores que ordenaba Luis Chiriboga y, pese a que Suárez comenzó bien, terminó siendo tildado como un entrenador sin autoridad. Aquella noche no hubo homenaje para Reinaldo Rueda, porque aún no entraba en la historia de los ganadores. Eso sí, estaba a 90 minutos de serlo. El último estratega colombiano que pasó por la Tricolor y que la devolvió a un mundial también fue señalado como miedoso, defensivo y poco preparado, por no haber llegado a los octavos de final del Mundial de Brasil 2014. En pocas palabras, para el común denominador de los opinadores de fútbol, ningún entrenador fue bueno. Uno fue peor que otro y las clasificaciones a los mundiales era una obligación, gracias a la altura y a uno que otro buen jugador, que obviamente era elogiado en la victoria y vilipendiado en la derrota.

En la actualidad, la ‘Tri’ atraviesa otro mal momento y parece alejada del Mundial de Rusia 2018. La explicación repetida en cada esquina y en las redes a la falta de resultados es que el seleccionador es necio y pone a este y no al otro. Y cuando pone al otro tardó en hacerlo. No hay espacio para analizar profundamente si los jugadores funcionan o no y por qué. Quinteros ha alineado a la mayor parte de los jugadores que la gente pidió por el bajo nivel de los consagrados, pero lastimosamente han presentado menores condiciones que los primeros. Con el ex Emelec cambió el estilo, que nos permitió ganar 4 partidos al hilo al inicio y que demanda mayores riesgos; y si esperamos mejores resultados tendremos que aceptar que un proceso no arroja grandes resultados a corto y, a veces, ni a mediano plazo. O somos pacientes y respaldamos el trabajo del entrenador actual de la Tricolor o regresamos a la línea colombiana -exitosa aunque se diga lo contrario-, que se maneja de forma conservadora, sabiendo las limitaciones de nuestros jugadores. Si Quinteros no llega al Mundial será tildado de fracasado; y si lo logra, como Rueda, también. A fin de cuentas no hay DT que nos calce. (I)