Ecuador, 04 de Mayo de 2024
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El Telégrafo
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Análisis

Dos asambleístas para una comisión

Están aferradas a sus cargos o “atornilladas” a las sillas como dice uno de sus colegas. Doris Soliz, presidenta, y Esther Cuesta, vicepresidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales, se niegan a dejar sus despachos. Siete de los 12 integrantes de esa comisión pidieron su renuncia porque no quisieron tratar el informe de la CIDH sobre la consulta, el pasado 7 de febrero. Desde entonces Soliz y Cuesta perdieron el liderazgo de la comisión y se quedaron sin quórum.

¿Por qué no quieren dimitir? Según sus declaraciones, las autoridades de las mesas legislativas se eligen para dos años y ellas apenas tienen 10 meses en funciones. El problema es que con su comportamiento la comisión no ha sesionado casi todo este mes, aunque los siete integrantes que desconocen a Soliz y Cuesta sí se han reunido aparte para trabajar. La última sesión en conjunto fue después de que estalló el coche bomba en San Lorenzo. Un tema clave de seguridad nacional que requiere el trabajo de esa mesa legislativa. Incluso el presidente de la Asamblea, José Serrano, anunció que creará una comisión ocasional para tratar ese tema porque la que existe está paralizada.

Es evidente que el interés de esas dos asambleístas es tener el control político en la comisión y boicotear las decisiones de su exorganización Alianza PAIS (AP), ahora en manos de los morenistas. También está claro que a ellas no les importa el país, sino oponerse al Gobierno. A esto se suma otra crítica: el trabajo de las dos disidentes de PAIS al frente de la mesa tampoco ha sido el mejor, dicen sus colegas. Han tenido una sesión por semana y solo han aprobado resoluciones, la mayoría pendientes del período legislativo anterior.

Esta situación recuerda lo ocurrido en el Legislativo pasado con Fernando Bustamante, exmilitante de AP. Él presidía la Comisión de Relaciones Internacionales, pero sus colegas de bancada no le perdonaron que se abstuviera de votar por las enmiendas y dejaron de asistir a las sesiones durante dos semanas. Pero Bustamante, a diferencia de Soliz y Cuesta, actuó con inteligencia política, sensibilidad y renunció. ¿Qué puede pasar? Según Fabricio Villamar, de CREO, integrante de esa comisión, el plenario deberá decidir sobre este problema que se convirtió en institucional, así como el de la Comisión de Educación, presidida por Augusto Espinosa, quién tampoco quiere renunciar. (O)

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