El gobierno de Brasil justificó la suspensión de su participación en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) al afirmar que el bloque “está paralizado” y es un “desperdicio de oportunidades y de dinero”, ante el rechazo a la medida por parte de analistas y especialistas en relaciones internacionales.

La explicación fue dada por el canciller Aloysio Nunes Ferreira, quien se refirió a la suspensión de la Unasur hecha por el gobierno de Michel Temer en alianza con Argentina, Chile, Paraguay y Perú. Esa decisión fue comunicada a Bolivia, que ostenta la presidencia pro tempore del bloque creado en 2008 y con gran impulso de Brasilia.

“Lo que hicimos fue una apelación para superar el impasse que llevó a que la Unasur esté paralizada. Hace más de un año estamos sin secretario general. Existe un bloqueo al candidato presentado por Argentina para asumir. Es un desperdicio de oportunidades de integración”, afirmó Nunes Ferreira, un político de carrera que es senador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aliado de Temer.

La cuestión económica para mantener la Unasur también pesó, según declaró Nunes Ferreira: “Es un desperdicio de dinero porque son muchos funcionarios y hay que mantener un edificio magnífico, pero no está siendo utilizado”, comentó en Río de Janeiro.

“No podemos solventar la Unasur en la situación en la que está”, dijo, tras destacar que la comunidad sudamericana necesita desarrollar acciones de defensa, salud e integración física.

Los seis países alegan que Ecuador, Venezuela, Surinam y Bolivia vetaron el nombre del candidato argentino, José Octavio Bordón y nunca avanzaron las negociaciones.

La decisión causó impacto en el mundo académico y diplomático brasileño, sobre todo porque se interpretó que desde que asumió el presidente Michel Temer el gobierno abandonó la política externa.

“Tenemos un gobierno que no piensa en política externa, que muestra una incapacidad grande en términos estratégicos, lo único que le interesa es compartir relaciones con potencias, pero algunos dentro del gobierno creen que el grupo es una cuestión que no es de Estado”, dijo a EL TELÉGRAFO el profesor de Relaciones Internacionales Lucas Leite, de la Universidad Fundación Armando Álvarez Penteado (FAAP).

Para el especialista, “Brasil es el que más pierde” porque abandona su capacidad de ejercer liderazgo en la región al ser el país más grande en territorio y la principal economía latinoamericana.

“La Unasur es un bloque sin una ideología de hecho y le atribuyen dentro del gobierno una ideología que no hay que compartir. Temer, desde que asumió, eligió la confrontación con la integración regional a cambio de tradicionales mercados, como Estados Unidos o la Unión Europea”, dijo Leite.

Según Leite, “Estados Unidos está feliz con este acontecimiento debido a que ni el Mercosur ni la Unasur forman parte de la lógica de Washington” porque se mantiene el status quo. La culpa también la tienen, opinó, los actores económicos brasileños, que no buscan autonomía sino que van detrás de los mercados tradicionales.

En la misma línea Temer redujo la influencia brasileña en el bloque de gigantes emergentes como los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) desde 2016, según el profesor Leite.

La decisión del gobierno de Temer le puso, según Leite, un quiebre a la experiencia integradora que viene desde el fin de la dictadura en Brasil, en 1985, con presidentes que han dejado sus marcas en la región. (I)

Detalles
Reacciones
El presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), Manolo Pichardo, expresó  su “preocupación” por  la crisis desatada al interior del organismo de ámbito regional.

12 países americanos son miembros de la Unión de Naciones  Suramericanas.

Sede del grupo continental
La Secretaría General del bloque está ubicada en la Mitad del Mundo, en Quito. El último en ocuparla fue Ernesto Samper. (I)

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La semilla de la integración germinó en Guayaquil

Hace 16 años, Guayaquil fue la sede de la II Cumbre de Presidentes. La cita regional se efectuó el 26 y 27 de julio y coincidió con los 180 años del único encuentro que tuvieron los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín en esta ciudad.

Al encuentro asistieron diez presidentes de la región: Eduardo Duhalde (Argentina), Jorge Quiroga (Bolivia), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Andrés Pastrana (Colombia), Gustavo Noboa (Ecuador), Bharrat Jagdeo (Guyana), Luis González (Paraguay) Alejandro Toledo (Perú) y Hugo Chávez (Venezuela).

El 27 de julio, los mandatarios suscribieron el Consenso de Guayaquil sobre integración, seguridad e infraestructura para el desarrollo”, el acto se efectuó en la Plaza de la Integración (Palacio de Cristal); el alcalde Jaime Nebot Saadi entregó las llaves de la ciudad a los jefes de Estado asistentes.

El documento suscrito fue considerado en su momento el más rico en propuestas integradoras, pues los mandatarios se comprometieron a  impulsar el eje multimodal amazónico integrado por Ecuador, Brasil, Perú y Colombia, así como activar mecanismos de diálogos entre Mercosur y la CAN.

En esa cumbre, el entonces mandatario brasileño instó al fortalecimiento de la integración regional, mientras que Hugo Chávez ya promovía lo que se llamó, Alianza Bolivariana para América (ALBA), como respuesta a la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA). (I)