En lugar de arrullar muñecas, la infancia de Samantha Arévalo transcurrió entre piscinas, sobre una bicicleta o correteando con otros niños. Su primera incursión en el deporte la hizo practicando triatlón, pero a los 10 años resolvió que la natación sería su estilo de vida.

Dueña de los récords nacionales absolutos en 200, 400 y 800 metros libres, 200 y 400 metros combinado, 200 metros mariposa y 200 metros pecho, la ‘Sirenita’ ecuatoriana, como la llaman, está a 2 segundos de conseguir la marca A de los 800 metros libres para clasificarse a sus segundos Juegos Olímpicos (Río de Janeiro 2016).

Tímida, la joven de 21 años acepta charlar con EL TELÉGRAFO y recorrer algunos de los mejores momentos de su carrera, así como sus expectativas.

¿Cómo se vinculó a la natación?

Empecé a edad muy temprana motivada por mis padres y mis hermanos mayores que hacían deporte, en especial triatlón. Aprendí a nadar a los 6 años y a los 7 ya estaba con un pequeño entrenamiento. A esta edad uno disfruta más, lo toma como juego. Me fascinaba nadar en el río Upano.  

¿Su papá y sus hermanos mayores practicaban triatlón?

Sí, mi papá, Leonardo Arévalo, fue quien incentivó a mis 2 hermanos, Víctor Hugo y Javier, quienes gracias a sus esfuerzos han tenido buenos resultados. Somos de la provincia de Morona Santiago, en su momento dieron varias medallas para la provincia y también para el país. Me entrené junto a ellos hasta los 10 años, cuando decidí que, a nivel competitivo, la natación sería mi estilo de vida.

¿Ha intentado practicar otras disciplinas?

Mi papá me llevó a conocer todos los deportes y me permitió escoger, me recomendó el karate. Le dije: “Bueno, voy a probar con el karate”, pero no es lo mío. Al segundo día ya quise regresar a la piscina y me quedé en ella.

¿Prefiere nadar en piscina o en aguas abiertas?

Por ahora disfruto mucho de la piscina porque el ambiente es totalmente diferente. Nadar en la piscina es un poco como el fútbol: hay más gente, mucha bulla, es más llamativo; una siente más presión, hay más adrenalina y nerviosismo. Se debe tener carácter para realizar una prueba a pesar de todo esto. Las competencias de aguas abiertas son un poco más tranquilas; a pesar de que son 10 kilómetros, toda la energía está enfocada en la prueba. Una recibe golpes y rasguños de las otras competidoras. En estas pruebas se necesita temple para terminar el recorrido.

¿Qué desearía hacer por la natación ecuatoriana?

Motivar a que la practiquen más personas. En este deporte encontré muchas bendiciones: he podido viajar, conocer lugares a los que no hubiese podido ir en otra situación. Para mí entrenar todos los días no es un sacrificio, es un gusto. La disciplina y preparación son necesarias en cualquier campo, es igual para un médico, para un artista... la preparación nos lleva a cumplir algo. No es como el fútbol, que se vende mucho porque la prensa lo da a conocer, pero creo que con buenos resultados la natación llamará la atención de los jóvenes.

¿Quedar en el puesto 29 de los 800 metros libres de los Juegos Olímpicos de 2012 fue menos o más de lo que esperaba?

Era más niña, tenía 16 años cuando me clasifiqué, fue una experiencia inolvidable; es la motivación que me hizo continuar estos años con las mismas ganas de mejorar cada día. El objetivo era mejorar mi marca, no me sentí frustrada porque, por el tiempo que tenía, sabía que no iba para estar en los primeros lugares. En Londres pude bajar mi tiempo en 2 segundos (8m 48s), actualmente es de 8m 35s; tengo que bajar 2 segundos más para obtener la marca A y creo que estamos por buen camino.

¿Cómo analiza lo que pasó en los Juegos Panamericanos de 2015 en los 10 km de aguas abiertas, donde la página oficial la anunció como primera, pero el foto finish le dio el tercer lugar?

Son experiencias que nos llevan a aprender muchas cosas, como saber aprovechar cada momento de la competencia: igual, que el entrenamiento nos debe preparar para cosas pequeñas como ese toque final en el tablero. Lo que pasó es que, en aguas abiertas, los nadadores tenemos que nadar con 2 chips en cada mano, pero el que marca el puesto es el de la mano que toca el tablero. La mano que tenía abajo llegó antes, pero la nadadora que llegó tercera fue la primera en tocar el tablero.

¿Qué hace para divertirse o recrearse cuando no hay competencias a la vista?

Hay tiempo para todo. Cuando hay una competencia cerca la preparación nos tiene enfocados las 24 horas en la piscina; sin embargo, hay que saber llevar el descanso. Si tenemos tiempo libre, vamos con mis compañeros a comer pizza o cualquier otra cosa. Cuando ya tengo un poco más de tiempo viajo donde mi familia. Me encanta el aire libre, crecí en Macas y para mí la mejor distracción es salir a algún lugar abierto, donde también haya alguna piscina porque es diferente distraerse jugando en la piscina que entrenar en ella.

¿Le gustan las mascotas?

Sí, pero como paso de viaje no puedo tener una mía. Vivo con mi hermano mayor, él tiene 2 perritos pugs, entonces paso con ellos; se llaman Federico y Pancho.

¿Es de las mujeres que gusta mucho ir de compras?

Es otra de las cosas que compartimos con mis compañeros, porque cuando estamos fuera del país no tenemos tiempo para conocer muchos sitios, pero de repente sí los centros comerciales. Me gustan mucho los zapatos, pero creo que la mayor parte del tiempo, como deportista, paso con tenis, ropa deportiva y jeans.

¿Qué opina de las personas que juzgan a las mujeres más por su apariencia física que por otras cualidades?

Es lamentable. Llegar a conocer a alguien implica años, ni siquiera una pareja de casados va a llegar a conocerse completamente. Pienso que se tiene que apreciar otras cosas, como la sinceridad y la honestidad, es lo principal.

¿Qué atributos debe reunir un hombre para que usted se enamore de él?

En este momento no tengo novio, estoy enfocada en la natación. No conozco a muchas personas, mis compañeros me cuidan mucho. Veo un gran ejemplo en mis hermanos y en mis compañeros, a quienes respeto mucho. Creo que lo principal es el respeto, la amistad y la honestidad; que sea un hombre transparente.

¿Cuál es el detalle más bonito que le han dedicado?

Me gustan los detalles, pero lo que más aprecio son las cosas que se dan de corazón, que no son programadas. Me encanta la caballerosidad y la espontaneidad. Esas cosas pequeñas son las que hacen la diferencia.

¿Alguna vez le llevaron una serenata?

Nunca me han llevado una serenata. Una para mí todavía no (risas). Me encanta la música de todo tipo, sería una sorpresa.

¿Qué platillo es su favorito?

Me gusta más la comida ecuatoriana, los platos típicos. Los mariscos de nuestro país no se comparan con los de ningún lado. En Macas el plato principal es el ayampaco, que es pollo con palmito, es riquísimo. He probado las ancas de rana en la provincia de Zamora, también son deliciosas.

¿Es buena para cocinar?

Me agrada cocinar, pero no tengo mucho tiempo. Me gusta hacer golosinas como los pasteles mojados.

¿Colecciona algo?

Esferas de cristal de diferentes lugares.

Si le ofrecen un papel en una película, ¿aceptaría?

Me pongo un poco nerviosa ante las cámaras, pero una debe aprender de todo. No participaría en una película de terror, pero en otro género sí.

¿Cuál es la anécdota más graciosa que le ha ocurrido como nadadora?

Una vez se me rompió el terno de baño, tuve que improvisar. Fingí que no pasaba nada porque, como se rompió la parte de atrás, me iban a ver todo. Ocurrió en los 400 metros libres de la Copa del Pacífico, en Colombia, gané la medalla de oro. Al salir tuvieron que pasarme una toalla. No sé si se vio algo, los jueces son los que están ahí y el resto está más lejos. Esto fue cuando estaba en la categoría prejuvenil, hace unos 6 años. (I)