El Dakar 2018 reanudó ayer su camino tras su jornada de descanso en La Paz, con una etapa maratón por el territorio boliviano, donde los competidores no podían recibir ningún tipo de asistencia ni ayuda durante la jornada.

Los pilotos tenían como principal objetivo cuidar sus vehículos todo lo que puedan para llegar desde La Paz hasta el famoso y turístico salar de Uyuni, en un recorrido de 671 kilómetros, de los que 302 kilómetros serán cronometrados y otros 425 de enlace.

Para las motos y los quads será su primera etapa maratón, pues días después tendrán otra jornada similar por la calurosa zona de Fiambalá, esta vez ya en Argentina.

Una vez que lleguen a Uyuni, los competidores no podrán disponer de sus mecánicos hasta que al día siguiente lleguen al final de la octava etapa, que se correrá hoy entre Uyuni y Tupiza, también en Bolivia.

El recorrido de la etapa no baja de los 3.750 metros sobre el nivel del mar, por lo que los pilotos pueden notar los efectos de la altura y del frío, con posibilidad de que llueva durante la competencia y se encuentren con caminos muy encharcados y llenos de barro.

En motos, el argentino Kevin Benavides (Honda), líder del rally, será uno de los encargados de abrir pista, pues partirá en segundo lugar, por detrás del francés Antoine Meo (KTM), ganador de la última etapa, celebrada este jueves entre Arequipa (Perú) y La Paz.

El español Joan Barreda (Honda) partirá desde atrás con la intención de recortar alguno de los nueve minutos que lo separan de Benavides, pero su muñeca, sentida por una lesión, puede que le impida pilotar al máximo de sus facultades por los fangosos caminos del altiplano boliviano, bastante húmedos tras las últimas lluvias.

En coches, el español Carlos Sainz (Peugeot) tendrá una nueva oportunidad de seguir recortando la distancia de más de 27 minutos que le separa del líder del rally, el francés Stéphane Peterhansel (Peugeot). El puntero de la prueba mantiene su ritmo desde el inicio y continúa incrementando la ventaja. (I)