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El Telégrafo
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Quiñónez llegó al atletismo por exigencia

Quiñónez llegó al atletismo por exigencia
07 de agosto de 2012 - 00:00

Atrás quedaron aquellos días de privaciones y angustia que vivió Álex Quiñónez en su natal Esmeraldas por circunstancias de índole económica. Hoy se encuentra en su punto más alto gracias a los éxitos alcanzados en el deporte base y estará en la partida de los 200m a las 05:50 en Londres.

Desde niño se acostumbró a vivir con sus tías, pues su madre, Ana, se trasladó a Guayaquil en busca de ingresos que le permitieran sustentar la educación de sus hijos y no escapó del sufrimiento. “A veces no tenía qué  comer”, recuerda.

Después, Álex se trasladó al Puerto Principal para vivir con ella y ahí tuvo diversos empleos; pero por la falta de un trabajo estable se regresó a la “provincia verde”.

Un torneo intercolegial fue el inicio del esmeraldeño en el atletismo, a los 15 años; aunque aquella incursión fue efímera, pues luego de competir en la capital del Tungurahua en su primer viaje a un certamen nacional estudiantil, experimentó cierta frustración por su mal rendimiento.

Sin embargo, el gusto por esta disciplina se “reavivó” y en su reaparición en Cuenca, a los 16 años, tuvo un gran desempeño luego de cumplir una metódica preparación.

Tras 2 años en las pistas dejó la actividad para retomar sus estudios secundarios. Logró graduarse de bachiller y hoy cursa el  tercer nivel en la Universidad Luis Vargas Torres, donde estudia  Cultura Física.

El año pasado regresó a las competencias y en el Campeonato Iberoamericano de Barquisimeto-Venezuela registró  la marca “A”, clasificatoria para los Juegos Olímpicos. En suelo “llanero” marcó 20s34c, con lo que consiguió el oro y batió el récord nacional. 

También se colgó la dorada en los 100m (10.33) y una de bronce en la posta de 4 x 100. Esos logros alientan sus aspiraciones de llegar a la final en Londres, “aunque es muy duro, pero nada es imposible”.

Hoy es el sustento económico de su familia en Esmeraldas. Comparte el techo con su madre Ana y sus hermanos gracias a la beca de 887 dólares que mensualmente le entrega  el Ministerio del Deporte.

Su pasatiempo favorito es visitar los ríos y playas de su provincia, así como la finca del hermano de su abuela y, ahí, degustar apetitosa comida, especialmente el encocado, el viche, cebiche mixto y pescado frito. (FMR)

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