Perú proyecta crecimiento del 4,8% para 2015

Se han venido abajo. Las expectativas económicas con las que el Perú inició este 2015 no han resistido al reciente anuncio hecho por el Banco Mundial en el que se contradice la proyección de crecimiento que, desde el gobierno, se pretendía para este año.

Un 5% de crecimiento era lo que el Ministerio de Economía programó como meta a cumplir durante los próximos meses. Pero para el organismo financiero internacional ese será un objetivo difícil de cumplir, pues se prevé que en el mejor de los casos la economía peruana apenas logre establecer su crecimiento en un 4,8%.

Algunos analistas locales han seguido la declaración del Banco Mundial para sostener que el verdadero nivel de crecimiento será de 4,5%, lo que se distancia del 5,8% a 6% proyectados para el pasado 2014.  

La justificación de esta rebaja en las proyecciones encuentra en varios factores su mejor argumento. El crecimiento registrado el año pasado fue menor a lo planificado, 2,7%,  lo que hace que la economía peruana empiece en desventaja frente a su propia planificación. A ello se suma la expectativa de lentitud en la actividad económica del primer trimestre de 2015, asumida como efecto de la incertidumbre financiera mundial.

Parte importante de estas justificaciones ha apuntado al gobierno de Humala como el obstaculizador de crecimiento, al no imprimir celeridad en el tratamiento de leyes que favorezcan a la extracción minera. La inversión en proyectos extractivos, que requieren del Gobierno voluntad política y financiera, podría significar, de acuerdo a los analistas, un empuje para la riqueza nacional. Pero si esto no se diera, las proyecciones de crecimiento podrían estar por debajo de los niveles enunciados.

En el día a día, los peruanos sienten el efecto de todos estos índices y cambios.
No bien iniciado el año, el precio del dólar se disparó cerca de superar la barrera de los 3 soles, cantidad que no se había registrado desde hace una década. La moneda norteamericana reveló su fortalecimiento afectando al mercado local, acostumbrado a un precio de 2,5 soles desde hace varios años. Hoy, las proyecciones plantean que durante el 2015 el dólar llegará a valer hasta 3,20 soles, un rasgo que afectará a gran parte de la población nacional.

La reacción de la gente frente a este tipo de anuncios ha sido, aún, de cautela. En el Perú, el fortalecimiento del precio de los metales significó, durante los últimos años, un crecimiento económico caracterizado como el ‘boom peruano’, y que llevó a un sector importante de la población a contraer deudas en dólares en los sectores de automotores y bienes raíces. El panorama que se avecina parece que encontrará en ellos a sus principales afectados, quienes ya analizan las ofertas emitidas por sus casas prestamistas para convertir a soles sus deudas.

A ello se ha sumado la reducción en el precio del petróleo que, en el Perú, donde los precios de los combustibles se manejan de forma libre, ha tenido algo de buena noticia. La disminución en un 15%, en el precio de la gasolina y el gas, ha sido tomada por el gobierno de Humala como un efecto de lo que él ha nombrado “un manejo responsable de la economía”, apoyado en las conclusiones del informe del Banco Mundial, que señalan a este como uno de los países que, a pesar de los bajos niveles de crecimiento que se proyectan, han cumplido con todas las políticas macroeconómicas que dictan los organismos internacionales.

Queda por ver, en adelante, cómo las incertidumbres planteadas a partir de estos elementos se dilucidan, y la forma en que la economía peruana las asume, con el posterior efecto que ello causará en la población.