Ciudad del Vaticano.-

El Vaticano abrirá un juicio por la filtración de documentos reservados de Benedicto XVI contra su mayordomo, Paolo Gabriele, y el cómplice, el informático Claudio Sciarpelletti, cuyo nombre salió a relucir ayer por primera vez desde que estalló el escándalo.

El mayordomo y el informático, un empleado de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, gobierno central del Vaticano, serán juzgados por “robo agravado” y “complicidad”, en este caso conocido como el escándalo “Vatileaks”, según el documento judicial de 35 páginas divulgado por el Vaticano y firmado por el juez de instrucción, Piero Bonnet, y el procurador Nicola Picardi.

Gabriele, de 46 años, con ciudadanía vaticana, detenido el pasado 23 de mayo, quedó el 22 de junio bajo detención domiciliaria, y desde entonces permanece junto con su familia en el Vaticano.

El mayordomo está acusado de robar documentos confidenciales del escritorio de Benedicto, de los cuales varios se filtraron después a los medios. Entre ellos estaban planes sobre un supuesto complot para asesinar al Pontífice, así como sobre controvertidos negocios del banco del Vaticano.

Por su parte Sciarpelletti, técnico de sistemas informáticos de la Secretaría de Estado, detenido el 25 de mayo y liberado al día siguiente, será juzgado por “receptación” de objetos robados. Los medios de comunicación no tenían conocimiento de la detención ni de su implicación hasta ayer. “Su papel es marginal”, precisó en una conferencia de prensa el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.

El proceso penal se celebrará después del 20 de septiembre, será un proceso público, algo inédito en la historia del Vaticano, y la pena que puede recaer, sobre todo a Gabriele, oscila entre uno a 6 años, aseguró  Lombardi. Sin embargo, no se descarta que el Papa, que consideraba a Gabriele como a un hijo, pueda absolverlo.

El Vaticano proseguirá la investigación sobre otras personas involucradas en el escándalo. Al parecer dos personas, identificadas con las iniciales X y W, fueron intermediarias entre Gabriele y Sciarpelletti. Sus nombres no han sido dados a conocer porque no se ha determinado aún su situación judicial, indicó el religioso.

La imagen del Vaticano ha quedado dañada por la filtración de estos documentos internos, entre ellos numerosas cartas privadas dirigidas al papa o a su secretario, lo que ha puesto en entredicho el liderazgo de Benedicto XVI  en la Iglesia católica. “El Papa recibió todos estos documentos. Hay voluntad de respetar los resultados de la investigación, reiteró Lombardi.

Según el texto de la decisión judicial divulgada a la prensa, en el allanamiento del apartamento del mayordomo papal se encontró un cheque de 100.000 euros destinado para el Pontífice, una pepita de oro y un ejemplar de 1581 de la Eneida, el célebre poema épico de Virgilio, escrito en latín.

Se hallaron, además, 37 documentos reservados en el apartamento privado de Gabriele en Castelgandolfo, la residencia de vacaciones del Papa a las afueras de Roma.