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Los gremios negocian alzas salariales para enfrentar la carestía de la vida

Los argentinos se preparan para otra subida; ahora son los pasajes de trenes y buses

Por la extensión territorial de Argentina, los trenes son la principal vía de transporte de los ciudadanos.
Por la extensión territorial de Argentina, los trenes son la principal vía de transporte de los ciudadanos.
Foto: Cortesía
30 de marzo de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

Primero fue el “tarifazo” de hasta 700% en las facturas eléctricas. Ahora, en abril, será el turno del gas. Pero no será todo: ese mismo mes aumentarán los combustibles y los pasajes de trenes, metro y ómnibus de pasajeros. Esta nueva alza en las tarifas y servicios redondeará una inflación mensual de 5%, en un nuevo golpe al bolsillo de los argentinos que ya sufren una proyección anual inflacionaria superior a 35%, estiman las consultoras y economistas.

El presidente Mauricio Macri tiene una idea fija: quiere que todos los aumentos en los servicios se materialicen en el primer semestre porque sueña con una brusca caída inflacionaria en la segunda parte del año. Considera que el índice en ese segundo semestre será de 1% mensual. Y lo repite en cada declaración pública.

Pero antes deberá confrontar el fuerte aumento que se avecina. Por ejemplo, un viaje en tren interurbano que hoy cuesta $ 0,13 subirá entre $ 0,23 y $ 0,33. El incremento en ómnibus será también importante. El boleto que hoy cuesta entre $ 0,20 y $ 0,23 prácticamente se duplicará pasando de $ 0,33 a $ 0,40.

El transporte recibe hoy un fuerte subsidio del Estado y el gobierno quiere recortar esa ayuda para combatir el déficit fiscal heredado de la administración anterior que ronda el 7% del PIB. Eso, según las actuales autoridades, porque el exministro de Economía kirchnerista, Axel Kicillof, asegura que es de 2,3%.

El ejecutivo afirma que un boleto de ómnibus costaría en realidad entre $ 0,80 y $ 0,86 sin subsidios. Las autoridades aún no definen el nuevo boleto del subterráneo. Hoy cuesta $ 0,30 y tendría un alza del 25% lo que lo dejaría en $ 0,40.

Pero habrá más: los combustibles tendrán un nuevo aumento. Ya subieron un 6% en marzo y se espera otro incremento similar en abril. Y cuando la gasolina sube, también los alimentos por el costo del transporte.

La carne ya lleva acumulado un “sacudón” del 50% en el último trimestre. Y el gas tendrá un fuerte incremento que, según el canal de noticias C5N, oscilará entre el 40% y 300%. La única buena noticia es que los servicios de agua potable podrán esperar: las tarifas recibirían un fuerte aumento recién en mayo.

Mientras tanto, los argentinos aguardan el final de las negociaciones salariales “paritarias” entre gremios y patronales, rescatadas por el kirchnerismo tras 40 años de ausencia y convertidas hoy en el único refugio contra la inflación. Los acuerdos salariales que ya cerraron están oscilando en aumentos de 30% anual.

Tampoco habrá satélite

A eso se suma que el gobierno suspendió la construcción del satélite Arsat-III prevista para este año por cuestiones de presupuesto insuficiente. El presidente de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (Arsat), Rodrigo De Loredo, justificó la decisión con la escasez de fondos y confirmó que se retomará tras vender los servicios del Arsat-II, lanzado el 30 de septiembre de 2015.

El funcionario aseguró que llevarán la oferta a toda la región antes de emprender la construcción del Arsat-III, que la anterior administración esperaba tener en el espacio para 2019. (I)

El movimiento obrero busca la unificación

El movimiento obrero argentino, hace 70 años identificado con el peronismo y hoy dividido en tres grandes grupos, negocia la unidad para enfrentar la difícil situación de los trabajadores.

Las tres ramas en las que se divide la Confederación General del Trabajo (CGT) convocaron a una marcha conjunta el  29 de abril próximo para conmemorar el día del trabajador que se celebrará el 1 de mayo. Ese día se movilizarán la CGT-Azopardo (por el nombre de la calle en que se encuentra su sede) liderada por el camionero

Hugo Moyano, un exkirchnerista que se acercó a Macri en la campaña electoral; la CGT-Azul y Blanca, del dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, identificado con el Frente Renovador del excandidato presidencial Sergio Massa, y la CGT kirchnerista, del líder metalúrgico Antonio Caló.

La marcha conjunta posiblemente confluirá en el monumento al Trabajo, a unas 10 cuadras de la Casa Rosada. Ese será el primer paso hacia la unidad del movimiento obrero peronista que desembocará en una fusión de las tres ramas el 22 de agosto. Ese día se realizará una reunión multipartidaria “y ahí trataremos de hacer una conducción única”, manifestó Caló al salir de un encuentro que mantuvo con Moyano y Barrionuevo donde se selló el acuerdo.

La CGT se dividió en el último gobierno de Cristina Fernández cuando Moyano se quejó por la irrupción de La Cámpora en las listas de candidatos legislativos en desmedro de los dirigentes gremiales. (I)

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