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La elección quiebra a la Nueva Mayoría de michelle Bachelet

La renuncia de Lagos provoca un terremoto político en Chile

El jueves, el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete (izq), indicó que el expresidente Ricardo Lagos (centro) no se bajará de la carrera a La Moneda.
El jueves, el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete (izq), indicó que el expresidente Ricardo Lagos (centro) no se bajará de la carrera a La Moneda.
Foto: static.t13.cl
11 de abril de 2017 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Santiago

Un terremoto político. Eso fue lo que provocó la decisión tomada el domingo por el Partido Socialista (PS), al escoger a Alejandro Guillier, senador independiente y conocido periodista, como su candidato presidencial. Eso generó que ayer el exmandatario Ricardo Lagos abandonara su nueva aventura por el poder, precisamente tras conocer la elección del PS, partido en el que ha militado históricamente.

Es como si fuera un terremoto grado 8. Aunque Lagos no contaba esta vez con un amplio apoyo ciudadano -las encuestas le daban 6% de intención de voto- el hecho de que los socialistas decidieran optar por Guillier refleja el profundo cambio que está viviendo la Nueva Mayoría de la presidenta Michelle Bachelet, antiguamente conocida como Concertación. Lagos es un militante del PS y su partido optó por apoyar a una figura independiente como Guillier. En Chile, el exmandatario es uno de los pocos políticos que tiene doble militancia. Así, comulga con el Partido Socialista, pero también con el Partido Por la Democracia (PPD).

Para algunos se trataba de una crónica de una muerte anunciada. Lagos no despertó el entusiasmo ciudadano que él esperaba, en una situación completamente opuesta a la de 1999, cuando logró vencer al candidato de derecha Joaquín Lavín, convirtiéndose en el primer socialista en alcanzar La Moneda desde Salvador Allende en 1970. “He decidido renunciar a la aspiración de alcanzar nuevamente la Presidencia de la República”, dijo Lagos a la prensa. “He puesto todo mi empeño por llevar este mensaje político a los chilenos, pero veo que también en mi propio espacio político la centroizquierda no se ha provocado una convergencia en torno a este proyecto”, agregó.

En el Comité Central del Partido Socialista del domingo, Guillier -afiliado al Partido Radical- logró 67 votos contra 36 del expresidente (2000-2006), en una votación secreta. “La vida continúa”, señaló ayer Lagos, de 79 años. Para algunos, se trata del fin de una carrera política que se consolidó como uno de los principales opositores a la dictadura de Augusto Pinochet, para luego convertirse en presidente en el año 2000.

“Los chilenos me conocen. No soy un caudillo. Sé escuchar la voz del pueblo y someterme a su veredicto”, afirmó Lagos en su mensaje. Lo cierto es que su candidatura no recibió el suficiente apoyo, en parte porque muchos recuerdan que durante su Gobierno se idearon dos de las medidas más impopulares entre los chilenos: el sistema de transporte público conocido como Transantiago y el crédito con aval del Estado, que mantiene a cientos de miles de universitarios con sendas deudas financieras.

Lo complejo de la renuncia de Lagos es que genera un profundo quiebre dentro de la Nueva Mayoría. Se esperaba que hubiesen elecciones primarias para definir al candidato del oficialismo que enfrentará al expresidente Sebastián Piñera (centroderecha). En vez de aquello, es probable que la Nueva Mayoría presente dos candidatos a la primera vuelta y que no se realicen las primarias.

Así, el PS, junto con el Partido Comunista, el Partido Radical y probablemente el PPD, llevarán como carta presidencial a Guillier, mientras que la Democracia Cristiana (DC), que también forma parte de la alianza de Bachelet, podría presentar a primera vuelta a su máxima dirigente, Carolina Goic. Sin embargo, con la elección del domingo quedó claro que no todos en el Partido Socialista están cuadrados con Lagos.

El panorama para la Nueva Mayoría no es especialmente alentador, tomando en cuenta que desde el retorno a la democracia el Partido Socialista siempre había optado por un candidato de la Concertación como su carta presidencial. Si bien Alejandro Guillier ha votado la mayoría de las veces por los proyectos de ley e ideas de la Nueva Mayoría, es visto como un outsider, con propuestas más de izquierda. Para sus detractores, se trata de un candidato más cercano al populismo que a la izquierda.

Por eso, ante una eventual primaria o un escenario de primera vuelta en la que también participe Goic, a la Democracia Cristiana se le hará difícil apoyar a Guillier después, en un eventual balotaje.

A su vez, en Chile se observa la decisión del Partido Socialista como un giro desde su tradicional socialdemocracia hacia la izquierda, que es lo que muchos militantes le reclamaban.

“Agradezco el apoyo del pueblo socialista. Vamos a las primarias con unidad para proyectar el triunfo progresista para un Chile mejor”, indicó Guillier tras el apoyo del Partido Socialista. Como si fuera poco el enredo electoral del oficialismo, el propio senador advirtió en su momento que si la Nueva Mayoría no realizaba primarias, él no se presentaría a la primera vuelta.

Esa posibilidad está en la mesa, en caso de que la Democracia Cristiana decida que Carolina Goic se presente directamente a la primera vuelta y evite las primarias. Incluso ahora la Nueva Mayoría no solo enfrenta a Piñera como su principal rival, sino que también a Beatriz Sánchez, una conocida periodista apoyada por el Frente

Amplio, de izquierda no oficialista, que pretende romper el binomio político y convertirse en una alternativa a la Nueva Mayoría a Chile Vamos (centroderecha). “Es su decisión y tenemos que respetarla y acatarla”, acotó Bachelet, al referirse a la renuncia de Lagos que ha remecido el tablero político chileno. (I)

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