Damasco.-

El presidente sirio, Bashar al Asad, rezó ayer en una mezquita de Damasco con motivo de la fiesta del Eid al Fitr, que marca el final del mes de ayuno del Ramadán.   

En imágenes difundidas por la televisión oficial, Asad aparece sentado en el suelo de la mezquita de Al Hamad, en el barrio residencial de Muhajirin (norte), acompañado, entre otros, por el primer ministro Wael al Halaqi, recientemente designado para ocupar esta función; Mohamed Said Bkitan, secretario general adjunto del partido Baas, y el jefe del Parlamento, Jihad Lahham.

Esta era la primera aparición pública del presidente, vestido con traje oscuro, camisa blanca y corbata gris, desde el 4 de julio, cuando pronunció un discurso en el Parlamento y se registró un ataque que costó la vida a la cúpula de la seguridad del régimen el 19 de julio.

Desde entonces se han generado  rumores sobre su supuesta salida del país, que vive un conflicto armado que enfrenta a las fuerzas del régimen con tropas rebeldes.

El presidente estuvo acompañado por varios altos cargos, pero no por el vicepresidente, Faruk al Sharaa, quien según versiones no confirmadas -y desmentidas ayer por su oficina- se habría pasado a la oposición.

Mientras tanto, ayer continuaron los combates en Alepo entre las fuerzas de Al Asad y los rebeldes. Las partes se enfrentaron en el distrito de Seif al Dawla, un suburbio en el sur de la ciudad del norte del país, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.

También hubo enfrentamientos en la provincia rebelde de Idlib, en el norte. Más de 20.000 personas han muerto en Siria desde que comenzaron las revueltas en 2011.