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El Telégrafo
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Fuerzas turcas penetran en Siria y toman posiciones en Idlib

El avance de las tropas iraquíes enciende las alarmas en Kirkuk

La policía iraquí hace guardia en una antigua posición militar kurda, en la ciudad de Tuz Khurmatu, en Irak.
La policía iraquí hace guardia en una antigua posición militar kurda, en la ciudad de Tuz Khurmatu, en Irak.
Foto: AFP
14 de octubre de 2017 - 00:00 - Redacción y Agencia AFP

Kirkuk.-

Incitada por informaciones contradictorias, la tensión entre los gobiernos de Irak y de la región autónoma del Kurdistán iraquí aumentó ayer debido a la disputa por la provincia del Kirkuk (noreste), ya que los kurdos se niegan a entregar a los iraquíes parte del territorio que ocupan desde 2014.

Mientras tanto, en la frontera siria el ejército turco desplegó decenas de soldados y vehículos blindados en la norteña provincia de Idlib.    

En Kirkuk, los habitantes están nerviosos por las noticias que llegan desde el frente de combate donde, a pocos kilómetros de distancia, se posicionan los combatientes kurdos y las fuerzas iraquíes.

En un contexto de fuerte tensión tras la celebración el 25 de septiembre de un referéndum de independencia en el Kurdistán iraquí declarado ilegal por el gobierno central, medios de prensa afirmaban que las fuerzas iraquíes preparan una gran ofensiva para arrebatar a los combatientes kurdos las posiciones en la rica provincia petrolera de Kirkuk, en el sur del país.

“Las fuerzas armadas iraquíes avanzan para recuperar sus puestos militares tomados” en junio de 2014, cuando los combatientes kurdos les arrebataron el control de diversas posiciones aprovechando el caos causado por una ofensiva yihadista del grupo Estado Islámico (EI), declaró un general iraquí que pidió el anonimato.

Retomaron “el viernes por la mañana la base 102, al oeste de la ciudad de Kirkuk, cerca de la autopista que lleva a Tikrit, de la que los peshmergas (combatientes kurdos) que estaban allí hasta ayer por la noche se fueron sin combatir”, precisó.

Jaafar Sheij Mustafa, comandante peshmerga en Kirkuk, según la prensa local, confirmó ayer que se retiraron de algunas zonas que controlaban, pero advirtió que se preparan para combatir.

Sin embargo, la comandancia de las Operaciones Conjuntas iraquíes negó ayer que las unidades castrenses hayan lanzado una operación militar en Kirkuk, tal y como divulgaron los medios.

“En Kirkuk todo está tranquilo, no hay ninguna operación militar, el traslado al sur del Ejército iraquí se efectúa con el fin de liquidar los restos de Daesh (acrónimo árabe del autodenominado Estado Islámico)”, explicó el gobernador de la provincia, Abdurahman Talabani.

El jefe de la policía de Kirkuk, el general Jatab Aref, también aseguró que “la situación de la seguridad es estable” en la ciudad poblada por más de un millón de kurdos, árabes y turcomanos.

Pero nada sirvió para tranquilizar a los habitantes, que llegaban cargados con sus bidones de plástico a las gasolineras, o a los civiles kurdos de los barrios del norte, que sacaron las armas. Uno de ellos, Jasro Abdallah, afirmó que está “dispuesto a combatir junto a los peshmergas”, los combatientes kurdos.

“Abajo Masud” se leía en uno de los bloques, en alusión al presidente del Kurdistán, Masud Barzani, artífice del referéndum de independencia del 25 de septiembre, que agravó enormemente las tensiones entre Erbil y Bagdad.

El sur de la provincia de Kirkuk alberga pozos de petróleo, un recurso codiciado tanto por el Kurdistán como por Bagdad, cuyas finanzas se vieron socavadas por la caída del precio del crudo y tres años de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Los tres campos petrolíferos de la provincia de Kirkuk proporcionan 250.000 barriles diarios (bd) de los 600.000 bd de petróleo que exporta la región del Kurdistán iraquí pese a la oposición de Bagdad.

Si los kurdos perdiesen estos campos aquello representaría una importante caída de ingresos para la región autónoma.

La ofensiva en la frontera siria

En tanto, un importante contingente de tropas turcas penetró ayer en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, y estableció “puestos de vigilancia”, en la zona según el Ejército.

El Estado Mayor turco afirmó en un comunicado que la operación va dirigida a combatir a los yihadistas del EI. Mientras medios de prensa afirman que este despliegue de Ankara parece que también tiene como objetivo impedir la expansión en el norte de siria de milicias kurdas apoyadas por Estados Unidos en la lucha contra los yihadistas, pero consideradas por Turquía como terroristas.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó la entrada en Siria de sus fuerzas armadas, con el respaldo del Ejército Sirio Libre, nombre dado por Ankara a una facción rebelde, que combate al régimen de Bachar al Asad.

Esta operación se produce en medio de una clara mejora en las relaciones entre Turquía, que apoya a los rebeldes, y Rusia, aliado del régimen sirio, que negociaron con Irán un acuerdo en Astaná, capital de Kazajistán, que prevé cuatro zonas de distensión, una de ellas en Idlib. (I)

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