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El nuevo huésped de la casa blanca invitó a la primera ministra británica a visitarlo lo antes posible

EE.UU. inicia la transición hacia la era Trump

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama (derecha), estrecha la mano de su sucesor, el republicano Donald Trump (izquierda), a quien recibió para planificar la transición en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama (derecha), estrecha la mano de su sucesor, el republicano Donald Trump (izquierda), a quien recibió para planificar la transición en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Foto: AFP
11 de noviembre de 2016 - 00:00 - Redacción y Agencia AFP

Washington DC.-

El presidente Barack Obama recibió ayer en la Casa Blanca a su sucesor, el republicano Donald Trump, cuya elección como presidente N° 45 detonó protestas en varias ciudades de Estados Unidos, mientras que las bolsas de valores del mundo mantienen la incertidumbre.

Durante el encuentro, que duró una hora y media en el Salón Oval, el presidente electo señaló -frente a los medios de comunicación- que espera  trabajar con el mandatario saliente y hasta se mostró dispuesto a recibir sus consejos.

Tras la reunión, Obama calificó el encuentro con el republicano como una “excelente conversación”. Horas antes -también frente a los medios- destacó que haría “todo lo que pueda” para que el magnate tenga éxito en sus cuatro años de mandato.

Alrededor de la Casa Blanca, la noche del miércoles, centenares de manifestantes realizaron una vigilia pacífica para que el nuevo mandatario reconsidere su política antimigratoria. “La gente tiene motivos para sentir miedo”, dijo Ben Wikler, director en Washington del grupo MoveOn.org que organizó la protesta en el país.

Desde el miércoles miles de estadounidenses protestaron y se unieron a la convocatoria en Nueva York, Los Ángeles, Washington, Chicago, Seattle, Portland, Filadelfia, Denver y Phoenix en contra de las políticas racistas, sexistas y xenófobas que, según ellos, Trump impulsará.

“No es mi presidente”, cantaba un centenar de jóvenes alrededor de una hoguera efectuada en Los Ángeles, donde 13 personas fueron detenidas por la revuelta, mientras que en Nueva York arrestaron a otras 15 personas más.

¿Por qué si ganó los comicios, el pueblo rechaza a Trump?

Los datos aún preliminares del pasado miércoles otorgaron a la candidata Hillary Clinton 59’916.932 votos, mientras que el republicano obtuvo 59’690.096. En cifras, la demócrata ganó el voto popular, con una diferencia de 226.836 sufragios, sin embargo, perdió ante el voto del Colegio Electoral con 232 frente a los 306 del magnate.

Estados Unidos es el único país del mundo con sistema de sufragio indirecto donde la elección del presidente se decide con los votos del Colegio Electoral, sistema con 229 años de historia. Es decir, a diferencia de Latinoamérica, los estadounidenses no eligen directamente al jefe de Estado, sino que con su voto delegan esa función a los 538 delegados o electores que, en su nombre, votaron en los 50 estados.

Los efectos negativos

La victoria de Donald Trump, que basó su campaña en un programa proteccionista, obliga a interesarse más en los “efectos negativos” de la globalización y del comercio internacional, estimó ayer Gerry Rice, portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI).  

El FMI fue tradicionalmente un férreo defensor de las fronteras comerciales abiertas y de la liberalización del comercio. El diario The Washington Post publicó que entre las ideas de Trump probablemente tan pronto asuma su mandato serán el desmantelamiento de las órdenes ejecutivas emitidas por Obama -incluidas las que protegían de la deportación a algunos inmigrantes que están ilegalmente- y el nombramiento de un fiscal especial para investigar a la opositora demócrata Hillary Clinton.

Otras prioridades serían la derogación y reemplazo de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio o la construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos, aunque esta requerirá la aprobación del Congreso, que será controlado por los republicanos, pero que podría discutir frenarlo.

El martes durante el cierre electoral, el 65% de los votantes que se declararon hispanos apoyó a Clinton. Al reunirse los miembros de la comunidad latina para conocer los resultados y conocer la victoria de Trump se vieron caras largas, llorosas y preocupadas.

“Estamos viviendo en la incertidumbre, muy preocupados, porque no sabemos qué pasará”, dijo Libertad Sánchez, peluquera ecuatoriana de 50 años que vive en Nueva York y llegó a Estados Unidos hace 17 años, pero no tiene los papeles. Los latinos son la primera minoría del país con 55 millones de personas. (I)

EXTREMISTAS FELICITAN AL MAGNATE

Tras la llamada telefónica, Donald Trump invitó a la primera ministra británica, Theresa May, a visitarlo lo antes posible. Esto en el marco en que Reino Unido se dispone oficialmente a anunciar su deseo de abandonar la Unión Europea (UE) o Brexit.

Los islamitas extremistas se congratularon con la victoria del magnate y destacaron en las redes sociales los futuros beneficios, según ellos, que conllevará la elección del republicano, abiertamente hostil a los musulmanes.

Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, está dispuesto a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que Trump quiere modificar o eliminar.

El Nasdaq, segunda bolsa de valores tecnológica, se desplomó el jueves por la caída de empresas, como Amazon y Facebook, afectadas por temor a los cambios de política de Trump. (I)

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Los empresarios negociaron un millonario proyecto inmobiliario

Macri y el magnate mantuvieron una relación cercana en la década del 80

Foto: AFP

El GPS diplomático que tiene en su cabeza el presidente argentino, Mauricio Macri, comenzó a repetir incansablemente la palabra “recalculando”. Nadie en el mundo esperaba ver a Donald Trump en la Casa Blanca. Ni siquiera Macri, el único mandatario de América Latina que no solo lo trató personalmente, sino que también mantuvo negocios con él en la década del 80 cuando ambos eran jóvenes, multimillonarios y hablaban de salir con “chicas”.

Macri lo conoce bien. Y dejó en claro en una entrevista reciente, con la agencia de noticias italiana ANSA, que respaldaba a Hillary Clinton. Sin mencionar a su antiguo socio comercial, dijo: “yo estoy  más para construir redes y un mayor intercambio, no para construir muros que nos dividan”.

Argentina estaba “jugada” con Clinton. Macri había tendido puentes con el gobierno de Barack Obama, que estuvo en Buenos Aires este año. En concreto aspiraba a firmar un acuerdo de libre comercio Washington-Mercosur y atraer inversiones para sellar una alianza estratégica. Incluso logró facilidades para gestionar la visa de entrada a Estados Unidos y la promesa de retirar ese requisito burocrático en el futuro.

Macri apostó todo a ganador con Hillary y perdió. Y el nerviosismo comenzó a jaquear a un gobierno que basó su plan económico en una alianza sólida con Washington. Pero a Macri también le preocupan los recuerdos de Trump.

Ambos se frecuentaron en el 80. El multimillonario empresario italiano Franco Macri, padre del presidente argentino, recordó en el libro de su autoría ‘Charlas con mis nietos’, del año 2013, que su hijo y el mandatario electo estadounidense jugaron golf con él como único testigo durante negociaciones por un millonario proyecto inmobiliario en Manhattan.

“El juego fue muy parejo, Trump jugaba bien, pero en el último hoyo Mauricio le ganó al magnate americano. Ambos nos quedamos sorprendidos cuando Trump, fastidiado con su propio juego, rompió los hierros y las maderas uno a uno”, escribió.

Pero la anécdota retrata más la personalidad del futuro jefe de la Casa Blanca que las relaciones entre ambos empresarios devenidos en presidentes.

La exlegisladora “kirchnerista” Gabriela Cerruti, en su blog ‘Nuestras Voces’, recordó que “en los 80 Macri recibió de manos del hoy presidente estadounidense un cheque de $ 150 millones. Manliba, la empresa (recolectora) de residuos del grupo Macri, nació asociada a Waste Management Inc, de la cual 32 directivos terminaron presos por vínculos con la mafia italiana”.

Según la exlegisladora, “alentados por los millonarios negocios que hacía en Argentina en la dictadura militar y con muchos dólares para sacar del país, los Macri llegaron a Nueva York para asociarse con Waste Managment Inc y formar Manliba, la empresa de recolección de residuos con la que se privatizó por primera vez ese servicio en la ciudad de Buenos Aires durante la intendencia militar del brigadier Orlando Cacciatore”.

Cerruti escribió que “Franco envió a Mauricio Macri a instalarse en Estados Unidos para llevar adelante su proyecto inmobiliario. Se trataba de un complejo de torres en Penn Station, una vieja playa de maniobras de ferrocarriles en la zona noroeste de Manhattan. Las tierras fueron adquiridas por Trump (...) en un principio, pero era necesaria una ardua negociación con la política local para conseguir la rezonificación del lugar y el crédito para financiarlo. “Trump le vendió entonces su parte a los Macri”, indicó. Finalmente el proyecto fue aprobado.

“Pero el Chase Manhattan, que tenía que otorgar el crédito para la financiación, exigió que se sumara un “emprendedor reconocido” y allí volvió Trump a escena. Fueron meses de negociaciones en los que Mauricio terminó haciéndose íntimo amigo del hoy presidente norteamericano”, sostuvo Cerruti.

“Yo creo que me ayudó en esa negociación la audacia de mis veintipico. Trump era loco, caprichoso, y yo llegaba tarde a las reuniones, se las cambiaba de horario. ‘No, Donald, salgamos con chicas esta noche y mañana reunámonos a la tarde...’”, cuenta Mauricio Macri citado por Cerruti en su libro ‘El Pibe’ sobre el presidente argentino.

“Trump vino varias veces a Buenos Aires, donde se alojaba en la quinta Los Abrojos, de los Macri, en (la localidad bonaerense de) Escobar y en (el hotel) Terrazas de Manantiales. En algún momento, la negociación fracasó. Trump no se sumó al proyecto, sino que volvió a comprar la parte de Macri con ese cheque de $ 150 millones en esa reunión”.

Según Cerruti, las relaciones entre Trump y Macri “no terminaron nada bien”.

Treinta años después, ambos son presidentes. Macri dio órdenes a sus funcionarios de tender puentes con el nuevo gobierno. Pero tiene miedo de que Trump no le conteste el teléfono o que le diga, como habituaba en su reality show The Apprentice, ‘you are fired’ (estás despedido). (I)

Por Marcelo Izquierdo / Argentina

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