Una nueva investigación de la Universidad de Basilea (Suiza), informan que ver, sentir y toca a un perro provoca niveles de actividad cada vez mayores en la corteza prefrontal del cerebro, su zona vinculada con la interacción social, según publican en la revista 'PLOS ONE'.

Los resultados investigativos mostraron que la actividad cerebral prefrontal era mayor cuando los participantes interactuaban con los perros reales que con peluches, y que esta diferencia era mayor en el caso de las caricias, que era la condición más interactiva.

Además, el estudio indico que los efectos persisten aun cuando los animales ya no están presentes.

Es así que acariciar es una actividad terapéutica, tanto para la persona que lo da como para quien lo recibe, lo mismo sucede en el momento de estar en contacto con mascotas.  Es decir, que acariciarlos puede ser una opción para desvanecer el sentimiento de ansiedad o nerviosismo.

Además, esta acción tiene muchos beneficios para la salud que tal vez no conozca. Aquí le compartimos algunos de ellos:

• Disminuye el estrés: Con tan solo 10 minutos que se le dedique a esta acción es suficiente para que se disipe el cortisol en el organismo, la cual es la hormona del estrés. Cuando se acaricia a un perro, se activa la secreción de la serotonina y la dopamina, ayudando a mantener un buen estado de ánimo.
• Mantiene el corazón sano, eso sucede debido a que cuando una persona acaricia a su perro, la “piropea”, es decir, que se interpreta como una especie de desahogo y ocurre una bajada de la tensión arterial.
• Funciona como antidepresivo, cuando un persona tiene una mascota procura cuidarla y hacerla feliz por lo que pasa tiempo de calidad con ella, esto hace que el sentimiento de soledad disminuya.
• Ayuda a sentirse bien, el hecho de acariciar a su perro es una sensación agradable y elimina todo tipo de tristeza, por este motivo incluso están siendo incorporados para procesos terapéuticos.

¿Cómo y dónde acariciar a su perro?

Es importante saber que no se debe acariciarlos en cualquier parte del cuerpo, por lo que es fundamental saber dónde y cómo hacerlo.

Las caricias deben ser con la mano de manera suave y en la misma dirección que crece el pelo, además, hay que recordar que el perro es quien busca la acaricia y no al revés.

Entre las zonas más agradables para acariciar al pero tenemos el pecho, detrás de las orejas, la parte trasera del lomo y entre el cuello y la barbilla.