La renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia generó incertidumbre sobre la sucesión presidencial. Sin embargo, la opositora Jeanine Añez, tercera vicepresidenta del Senado, anunció que asumirá la Presidencia y convocará en un plazo de 90 días a elecciones generales.

El senador de Bolivia, Arturo Murillo, confirmó a CNN que Añez cuenta con el respaldo de las Fuerzas Armadas y fue escoltada por militares al llegar al aeropuerto de La Paz.

De acuerdo con la Constitución boliviana, la designación del sucesor presidencial está en manos de la Asamblea Legislativa (con mayoría oficialista). Sin embargo, la decisión tendrá que pasar por un acuerdo político con los opositores.

Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, renunciaron el domingo 10 de noviembre de 2019. Y tras presiones de la oposición también dimitieron los presidentes del Senado, Adriana Salvatierra, y de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, (oficialistas), y los siguientes en la línea de sucesión.

La renuncia de Morales se dio horas después de que el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Williams Kaliman, le quitó su respaldo y lo empujó a dar un paso al costado “para desbloquear la crisis política”.

Para los militares no fue suficiente que Morales llamara a nuevas elecciones tras las irregularidades detectadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en el escrutinio de los comicios del 20 de octubre.

La OEA efectúo una auditoría en la que, según el organismo internacional, se reveló que Morales no superaba la diferencia del 10% de votos que necesitaba para ganar en primera vuelta.

El secretario del organismo, Luis Almagro, hizo un llamado para que el Legislativo boliviano se reúna de manera urgente a fin de garantizar una salida constitucional a la crisis política que vive el Estado.

México concede asilo

Morales aceptó este lunes el asilo político que le ofreció el gobierno de México. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, confirmó que Morales hizo el pedido formal a través de una llamada telefónica. “Recibí una llamada telefónica del presidente Evo Morales en la que solicitó formal y verbalmente asilo político en nuestro país”, revelo Ebrard.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció la tarde del domingo 10 de noviembre de 2019 asilo a Morales luego de que este renunció al cargo. El gobierno mexicano asegura que lo que hubo en Bolivia fue un “golpe de Estado” y que reconoce a Morales como único presidente legítimo.

María Teresa Zegada, politóloga boliviana, aseguró a VOA que no hay un golpe de Estado en Bolivia “porque no hay un grupo ni civil ni armado que pretenda tomar el poder”.

Zegada señala que las renuncias de los funcionarios es el resultado de la presión social generada por el descontento popular tras el resultado de los comicios.

Luego de 14 años en el poder, Morales se presentó en octubre pasado a los comicios presidenciales para buscar su reelección pese a que en un referéndum, en 2016, el 51,31% de los votantes decidió que no podía hacerlo.

Según datos de la Defensoría del Pueblo, durante las tres semanas de conflicto se registran tres muertos y más de 400 heridos.
A criterio de Raúl Peñaranda, director del portal de noticias Brújula Digital, “las enormes manifestaciones que se han producido en todo el país demuestran que gran parte de la ciudadanía ha dejado de creer en Morales”.

El argumento del oficialismo es que la violencia es promovida por Carlos Mesa (candidato opositor) y Luis Fernando Camacho. Durante su gestión logró el 4,7% del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Estos resultados se obtienen a pesar del contexto regional desfavorable. No obstante, los casos de corrupción en su entorno empañaron su labor.

La Unión Europea, la OEA y algunos mandatarios de la región instan a todas las partes en Bolivia a mostrar “contención” y “responsabilidad” para que celebren nuevas elecciones. (I)