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Entrevista / Zenón Depaz / filósofo peruano

"Alberto Fujimori formalizó la lógica arcaica del vivo"

"Alberto Fujimori formalizó la lógica arcaica del vivo"
Foto: Cortesía
30 de marzo de 2016 - 00:00 - Víctor Vimos, corresponsal en Lima

Faltan dos semanas para que los peruanos vayan a las urnas. La campaña, próxima a su fin, deja en el aire una serie de acciones, palabras y omisiones, que dan cabida a una reflexión sobre los usos del lenguaje, la memoria, la ley y las distintas lógicas sociales que son contexto para esta elección. El filósofo Zenón Depaz, profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, desarrolla argumentos sobre este debate.

¿Existe un momento, en la historia política reciente del Perú, donde la confluencia entre la viveza y la informalidad sea evidente?

Desde los años noventa la informalidad invade la política pública. Un referente importante es Fujimori, tanto que se puede hablar de la política peruana antes y después de él. Él impuso una nueva Constitución, de corte neoliberal, presidida por un elemento ideológico que refuerza la tendencia al individualismo extremo. Formalmente, uno podría decir que Fujimori era un tipo moderno porque la ideología que  está plasmada en la Constitución es moderna, pero no; en realidad lo que ha hecho es formalizar la lógica arcaica del vivo, del aprovechado, y desde entonces eso está instalado en nuestra sociedad. Y en estas elecciones es muy visible.

Los ejemplos parecen sobrar...

Claro. En el caso de César Acuña, por ejemplo, se supo que, echando mano del fraude, hizo carrera y fortuna: es propietario de varias universidades privadas con fines de lucro en el país, surgidas al amparo de la Constitución fujimorista. Acuña, un típico ‘vivo’, hizo uso de esas normas y convirtió una universidad de $ 5.000 de capital inicial en una universidad multimillonaria. Y todo amparado en la autonomía universitaria que le ha permitido, literalmente, vender grados y títulos al granel.

¿Quizá por eso una aspiración constante del electorado peruano se inclina por candidatos nuevos, desconocidos, poco relacionados con estos vicios del poder?

Esto viene desde los años 80. Siempre gana acá un candidato que de alguna manera aparece por fuera de lo previsible, prometiendo cambios. Fue el caso de Fujimori, Toledo, Humala. En Perú, la gente busca, como un acto de reflejo, un outsider que a contracorriente de lo que ha sido habitual: el fraude, la mentira, el decir una cosa y hacer otra, de alguna manera rompa con esa tendencia que se percibe como corrosiva.

El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha cobrado protagonismo en esta elección. ¿El uso de la ley escapa a los vicios del poder?

En el contexto peruano, lo peor que le puede pasar a alguien, y esto ha llegado a ser de sentido común, es pasar por el Poder Judicial. Se supone que en cualquier orden civilizado la gente debería sentir garantías en la justicia; pero no, aquí la gente siente pánico de pasar por el Poder Judicial. La desconfianza ante el Poder Judicial da cuenta de cómo ve aquí la gente la administración de justicia.

Si la situación en las elecciones actuales es tan grave, ¿a través de qué canales pueden los ciudadanos empatar con algún candidato?

Quien va en primer lugar en las encuestas ahora es Keiko Fujimori. Uno pensaría que esta gente no sabe el modo en el que operó Alberto Fujimori; pero no es así; claro que lo sabe, pero lo justifica. Hay una frase que circula por ahí: ‘Roba, pero hace obra’. Lo justifican diciendo: ‘Hizo todo eso, es verdad, pero estabilizó la economía, pero acabó con el terrorismo’. Tenemos allí gente que justifica la anomia, el irrespeto con el orden, y lo valora positivamente. (I)

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