Miles de personas, sobre todo de clases medias y altas, marcharon este domingo en la Ciudad de México. Caminaron juntas aunque con distintas banderas y consignas, no hubo reclamo unívoco en la protesta "Vibra México".

La iniciativa partió de 79 grupos entre asociaciones civiles, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales. Se unieron para rechazar las políticas agresivas hacia México que impulsa el presidente estadounidense  Donald Trump, pero varios de los convocantes insistieron también en la necesidad de reclamar también al mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto. Repudiar o no al gobierno fue el debate que polarizó opiniones por estos días.

Ya en la calle, la protesta estuvo dividida también: un grupo arrancó su marcha desde el Hemiciclo a Benito Juárez y otro comenzó desde el Auditorio Nacional. En sentido contrario en los pasos y también en el reclamo: la Primera marcha sólo repudió a Trump y en la segunda hubo muchos reclamos en contra de Peña Nieto.

Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización Alto al secuestro y persona cerca a los más altos círculos de poder, encabezó la Protesta que sólo miraba hacia Estados Unidos. Fueron pocos quienes la acompañaron, más bien topó con empujones y repudio popular por su abierto respaldo al actual gobierno pero aseguró que su protesta "no es pro Peña, es pro México".

La otra marcha fue muy concurrida: miles de personas avanzaron como dice el refrán, 'juntas pero no revueltas'. Hubo quienes caminaron en silencio y usaron sólo banderas de México mientras otros cuestionaron a Peña Nieto y la clase política. Se escucharon desde el Cielito lindo, típico de estadios de fútbol, a consignas más politizadas. Carteles en contra de Trump y su muro fronterizo como también pancartas que reclamaron la tibia respuesta del Presidente mexicano, quien atraviesa el peor momento de su mandato, con popularidad cercana al 13%, según sondeos de prensa.

Este domingo, en las calles mexicanas hubo armonía pero también discusiones a viva voz. Voces que pugnaban por la marcha silenciosa y la consigna de "unidad", otras que elegían el grito de hartazgo y la exigencia "¡Fuera Peña!".

Intelectuales como Enrique Krauze y  Denise Dresser se sumaron a la marcha que sí criticaba al gobierno; al igual que el activista Emilio Álvarez Icaza, ex secretario general de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

También estuvo presente en ese sector Enrique Graue, rector de la UNAM, máxima universidad el país, pero él mantuvo una postura más conservadora al resaltar que su presencia era sólo contra Trump.

La policía local impidió el avance de un contingente que usaba un camión, un grupo de personas con discurso claramente más politizado y sin ropa elegante.

Terminó sin mayores incidentes la protesta pero también sin discurso ni acto de unidad. Cada quien salió por su lado.

El reclamo de repudio al presidente y su gobierno se coló por completo en la marcha que pretendía ser más bien silenciosa. (I)