Las osamentas de 172 indígenas guatemaltecos que murieron durante la guerra que sufrió el país entre 1960 y 1996 serán entregadas a sus familiares el 27 de noviembre, tras un proceso de exhumación e identificación que comenzó en 2014.

Tras la entrega, las familias las velarán y enterrarán a la mayoría en la comunidad Santa Avelina del municipio de San Juan Cotzal, en el departamento de El Quiché, a 100 km al noroeste de la capital guatemalteca, precisó en un comunicado el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Guatemala.

Las víctimas fueron exhumadas hace tres años en un cementerio clandestino de la comunidad por la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), tras acciones de búsqueda realizadas por los familiares.

La FAFG explicó que las osamentas corresponden a indígenas -desde recién nacidos a ancianos- víctimas de capturas, desapariciones forzadas y muertes violentas.

“La posibilidad de ofrecer un entierro digno a sus seres queridos y la posibilidad de saber dónde visitarlos son etapas esenciales en el proceso de cierre del duelo”, agregó el CICR, que apoya en Guatemala la búsqueda de los desaparecidos de la guerra.

Un informe de la ONU de 1999 señaló que el conflicto dejó 200.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, de los cuales 93% fueron responsabilidad del Estado. (I)