El arquero colombiano Faryd Mondragón ya era mundialista cuando el camerunés Roger Milla firmó en Estados Unidos 1994, con 42 años, un mes y 8 días el récord de longevidad del certamen, al marcar el gol de la honra en la goleada por 6-1 contra la Rusia de Oleg Salenko.

Apodado ‘El Turco’, por la procedencia libanesa de su madre, Mondragón tenía 23 años y era suplente en una Colombia floreciente con Carlos Valderrama, Andrés Escobar, Freddy Rincón y Faustino Asprilla, en un combinado dirigido por el ‘profe’ Francisco Maturana, que había firmado una clasificación impecable que incluyó un glorioso triunfo en Buenos Aires frente a la selección Argentina (5-0).

Mondragón no jugó ningún encuentro en dicho Mundial, desastroso para la selección colombiana, última de un peleado grupo por detrás de la Rumanía de Gica Hagi, la Suiza de Chapuisat y la selección anfitriona. No jugó Mondragón en el 94, pero se estaba ante el inicio de una larga trayectoria por la que el guardameta, elegido mejor portero de la primera fase en Francia 1998, puede convertirse en el jugador más veterano que jamás haya jugado en un Mundial. El cancerbero cumplió 43 años el pasado sábado y con Colombia ya clasificada a los octavos de final, Pékerman le podría dar la titularidad en el tercer partido de la fase de grupos hoy ante Japón.

No sería el único récord de Mondragón, un portero con alma de trotamundos, al haber jugado en las ligas de Colombia, Argentina, Paraguay, España, Francia, Turquía, Alemania y Estados Unidos, antes de volver al equipo de su vida, el Deportivo Cali. Otro de sus registros es el de haber disputado seis fases de clasificación para un Mundial con Colombia (1994, 1998, 2002, 2006, 2010 y 2014). También ha rebasado el récord de participación en dos mundiales por más tiempo, establecido en 12 años, y que estaba en poder del delantero suizo Fredy Bickel (1938-1950).

Mondragón, que fue el protagonista en la rueda de prensa de Colombia antes del partido con Japón, no cabía de gozo. “Es un sueño para todos. Si hace 8 años me hubiesen dicho que iba a estar aquí y en esta situación no lo hubiera creído. Lo que ha hecho Pékerman por mí, convenciéndome de seguir, no lo olvidaré nunca. Si no, seguro y me hubiera retirado hace 2 años”.

“Creo que soy un privilegiado por estar aquí. Ha sido el mejor cumpleaños de mi vida”, subrayó el veterano golero, que desconoce si será elegido para jugar ante Japón. “Estamos todos preparados, los 23 que estamos aquí”, aseguró.

Y es que en caso de que Pékerman no se decida por Mondragón en el once abridor, el DT argentino le daría unos minutos antes del final del partido contra los asiáticos.

Pisar el gramado en esta Copa del Mundo no sería un récord solo de Mondragón, sino de Colombia. “Daría cualquier cosa porque Colombia batiera su récord y estuviera en cuartos de final”, indicó.

“Uno no sabe cuándo le tocará, pero todos estamos preparados y lo importante es hacerlo bien”, dijo el arquero, quien se retirará cuando se vaya de Brasil. Por último, Mondragón reconoció que el Mundial continúa siendo un torneo genial. “Este es un grupo joven, pero con experiencia. El Mundial es otra cosa desde que suena el himno, lo que genera un enorme sentimiento”.

Los ‘nipones’ se aferran a lo que haga Grecia

Japón pretende disipar las dudas que nacieron en la segunda parte del primer partido del Mundial. Todo iba bien para el conjunto que entrena el italiano Alberto Zaccheroni, que ganaba a Costa de Marfil. Sin embargo, en dos minutos el equipo africano dio la vuelta a la situación y metió a Japón en un lío.

El cuadro ‘nipón’ perdió y no pasó del empate ante Grecia en su segundo compromiso. Todos tienen opción aún en este grupo. Pero el conjunto oriental no depende de sí mismo, sino de lo que suceda en el estadio Castelao de Fortaleza entre los equipos heleno y africano.

Japón, que cuestiona el trabajo del preparador italiano en un equipo lleno de dudas y lejos de la determinación del pasado, necesita salir con los 3 puntos y goles y que Costa de Marfil no gane.

Al borde de la eliminación, Japón está lejos de igualar su mejor registro en un Mundial: los octavos de final de Sudáfrica 2010 y Corea y Japón 2002. Y lo que es peor: dominador del fútbol oriental es incapaz de dar el salto definitivo a la alta competición internacional.