El ronroneo es uno de los sonidos más característicos de estos pequeños felinos que viven con nosotros desde hace al menos diez mil años.  Se produce en los músculos de la laringe y el diafragma; el aire que respira ayuda al animal a producir el sonido. ¿Por qué lo hacen? La ciencia no  ha conseguido establecer que tenga solamente un propósito. Una hipótesis dice es un mecanismo de supervivencia y que lo hacen desde que nacen para que la madre los reconozca y no los rechace. También ellas lo utilizan para calmar a sus crías. Hay ocasiones en que los gatos entran en un estado de ansiedad o pánico, y si están enfermos no paran de emitir este sonido. Algunos estudios demuestran que sería una forma de pedir ayuda y protección. Hasta se cree que ayuda a liberar sustancias que actúan como analgésicos para combatir, por ejemplo, los dolores del parto.

Pero cuando conviven con seres humanos los gatos usan el ronroneo para llamar la atención de sus amos y como manifestación de  obediencia y dependencia. Sería algo así como dar las gracias por los cuidados que reciben, y, en especial, cuando los acarician, emiten un tipo de ronroneo que equivale a bienestar o placer. Esto indica que el ronroneo induciría al cerebro del gato a liberar una hormona que contribuye a su relajación.

Y hay más, parece que los gatos han aprendido a sacarle provecho a su ronroneo para manipular a sus dueños.  Investigadores de la Universidad de Sussex, en Inglaterra, demostraron que estos felinos tienen un tipo de ronroneo que incluye una especie de sollozo muy parecido al llanto de un bebé, y que difícilmente los humanos pueden ignorarlo. Ese sonido activaría en nuestro cerebro un mecanismo de petición de auxilio de una criatura humana, y así ellos logran llamar nuestra atención para obtener cariño o comida. A este sonido se lo ha bautizado como "ronroneo de solicitud", y si le sumamos que cuando lo hacen exageran sus gestos, es fácil entender por qué casi siempre se hacen entender y consiguen de sus dueños lo que quieren.