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De las palabras a los hechos

Verbos con defectos

Verbos con defectos
01 de diciembre de 2014 - 00:00 - María del Pilar Cobo, Correctora de textos y lexicógrafa

Quizás en alguna ocasión habrán escuchado acerca de los verbos defectivos. ¿Son estos verbos algo así como los parias de la conjugación verbal? Los verbos defectivos, de hecho, cuentan con defectos: no pueden conjugarse en todas las personas, en todos los tiempos o en todos los modos, como sí sucede con los verbos ‘normales’. En la gramática española son cada vez menos frecuentes estos verbos, sobre todo porque el uso les ha quitado sus defectos, o porque ya son anticuados.

 

El verbo defectivo más conocido es ‘haber’, cuando su significado equivale a ‘existir’. Como sabemos, el defecto de este verbo es que solo puede conjugarse en tercera persona del singular (no podemos decir ‘Hubieron varios accidentes en la vía’ o ‘Habemos cincuenta personas en el salón’). La misma anomalía se da en verbos como granizar, tronar, nevar, relampaguear o llover. En el caso de este último, también se suele conjugar en tercera persona del plural cuando se usa en sentido figurado (por ejemplo: ‘Llovieron las críticas contra el ministro’). Asimismo, se consideran defectivos los verbos amanecer, anochecer y atardecer, aunque pueden ser usados en primera persona en sentido figurado (por ejemplo: ‘Amanecí cansada’).

 

El verbo acaecer y aquellos que significan ‘acontecimiento’, como suceder, ocurrir o acontecer también cuentan con la particularidad de que solo pueden conjugarse en tercera persona del plural y del singular, y en las formas impersonales (infinitivo, participio y gerundio). Estos verbos se conocen como ‘terciopersonales’. Dentro de esta categoría también están los verbos concernir, obstar y atañer.

 

Existen otros verbos que no pueden conjugarse en todos los tiempos. Esto ocurre con soler, que carece de conjugación en futuro, en condicional y en imperativo. Este defecto se da por el mismo significado del verbo. Lo mismo ocurre con el verbo acostumbrar cuando es sinónimo de soler. Empedernir, por otro lado, es quizá el verbo defectivo que más restricciones encuentra, pues solo cuenta con el infinitivo (empedernir) y el participio (empedernido); su vida es tan limitada que ni siquiera tiene un gerundio.

 

Por último, están los verbos defectivos que solo pueden conjugarse cuando sus desinencias empiezan con –i. Este es el caso de compungir. Es incorrecto decir que alguien ‘se compunge’, pues en este caso la desinencia empieza con –e. Asimismo, entran en este grupo desabrir, aterir y descolorir. Anteriormente, los verbos agredir y abolir eran parte de esta categoría, sin embargo, en la actualidad se aceptan conjugaciones como ‘agredo’ o ‘agreden’, y ‘abolo’ y ‘abolen’. No obstante, para este último la RAE sigue proponiendo que se prefieran solo las conjugaciones que comienzan con –i.

 

Como vemos, son pocos los verbos que presentan anomalías en sus conjugaciones, pero siempre es necesario conocer cuáles son para no cometer errores.

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