Los parónimos son aquellas parejas o grupos de palabras que se parecen entre sí porque suenan igual o tienen una forma parecida, y que en algunos casos pueden tener una relación etimológica. Muchas veces, precisamente por esta similitud, los parónimos nos pueden confundir y usamos la palabra equivocada en el contexto que no corresponde. Ahora veremos algunos parónimos que generan confusiones.

En primer lugar, tenemos a accesible y asequible. Muchas veces escuchamos que un lugar es bastante ‘asequible’ porque es fácil llegar o que se vende un electrodoméstico a un precio ‘accesible’. Aunque nos parezcan correctas estas expresiones, no lo son. Asequible se refiere a aquello que tiene un precio moderado o es fácil de conseguir, y accesible es aquello a lo que es fácil acceder. Accesible también se refiere a una persona fácil de abordar. Por lo tanto, los precios son siempre asequibles y los lugares son accesibles.

Otra confusión muy común entre parónimos es la que ocurre entre alimentario y alimenticio. Alimentario es aquello que hace referencia a la alimentación o a lo que tiene relación con ella, mientras que alimenticio es aquello que alimenta. Se puede hablar, por ejemplo, de una crisis alimentaria o de un impuesto alimentario, pero no de una crisis alimenticia ni de un impuesto alimenticio, porque ninguno de los dos alimenta. La dieta o los productos sí son alimenticios (y no alimentarios). Un caso muy parecido a este es el que ocurre con petrolero y petrolífero. Petrolero es lo referente al petróleo, mientras que petrolífero es aquello que tiene petróleo o que lo produce. Es un error, entonces, hablar de campos o yacimientos petroleros, lo correcto es petrolíferos.

Pluvial y fluvial son otros parónimos que se suelen usar como sinónimos, cuando no lo son. Mientras pluvial se refiere a la lluvia, fluvial se refiere a los ríos. Un sistema pluvial, por ejemplo, es el que se usa para encauzar el agua de las lluvias, mientras que el sistema fluvial es aquel se relaciona con los ríos o los arroyos. Otro caso de parónimos en el que una letra genera la diferencia es cima y sima. Mientras cima se refiere a la cumbre de algo, la sima es una cavidad muy profunda en la tierra (es decir, todo lo contrario a la cima).

En los verbos también encontramos parónimos. Un caso muy común es el de palear y paliar. Muchas veces he leído que un gobierno quiere ‘palear’ la crisis, cuando lo correcto es ‘paliar’. Palear es un verbo que no usamos mucho, pues se refiere a trabajar con una pala. Paliar, en cambio, es sinónimo de mitigar; por lo tanto, se puede paliar una crisis o paliar el hambre, pero no podemos palearlas, a menos que nuestro objetivo sea enterrarlas. Con los verbos infringir e infligir ocurren también confusiones. A menudo se dice que alguien infligió la ley, cuando lo correcto es que la infringió, pues infringir es incumplir una norma, mientras que infligir se refiere a causar un perjuicio.

Por último, ya que hablamos de perjuicios, recordemos que esta palabra, que es sinónimo de daño, no debe confundirse con prejuicio, que se refiere a aquellos juicios previos que hacemos antes de evaluar algo.  Seguramente, después de leer esta columna se le ocurrirán muchos más parónimos, solo recuerde que si tiene dudas sobre el uso de estas palabras, es mejor consultar un diccionario que perjudicar al lenguaje.